Los gases de efecto invernaderos, las emisiones de dióxido de carbono y el cambio climático como conjunto, siguen estando en la mira de las autoridades internacionales, pues cada vez sus efectos se hacen más notorios en el planeta y podrían llegar a un punto de no retorno.

Es por esta razón que la Organización de Naciones Unidas (ONU) alertó en las últimas horas que la sequía, uno de los efectos del calentamiento global, podría convertirse en la próxima pandemia, para la cual, si no se toman acciones pertinentes, podría no existir una cura.

“La sequía está a punto de convertirse en la próxima pandemia y no existe una vacuna para curarla. La sequía ha afectado directamente a 1.500 millones de personas en lo que va de siglo y este número crecerá drásticamente a menos que el mundo mejore en la gestión de este riesgo y comprenda sus causas fundamentales y tome medidas para detenerlas”, dijo el representante Especial del Secretario General para la Reducción del Riesgo de Desastres, Mami Mizutori.

Además, precisó que la sequía derivará en problemas de seguridad alimentaria en los países, por lo que serán cientos de miles de personas las que sufran estrés hídrico en los siguientes años. “La sequía se manifiesta durante meses, años, a veces décadas, y los resultados se sienten por el mismo tiempo. La sequía exhibe y exacerba las desigualdades sociales y económicas que están profundamente arraigadas en nuestros sistemas y golpea con más fuerza a los más vulnerables”, precisó.

El llamado del organismo es que a los países se unan para retroceder a la humanidad en su gran esfuerzo por construir un futuro sostenible. Esto, destacando que las sequías siempre han formado parte de la experiencia humana, pero se subestiman gravemente los daños y los costes derivados de ellas.

Según la ONU “los costos derivados de los impactos de la sequía entre 1998 y 2017 muestran que las sequías han afectado al menos a 1.500 millones de personas y han provocado pérdidas económicas de al menos US$ 124.000 millones de dólares en todo el mundo. Las estimaciones de algunos de los costos directos incluyen pérdidas anuales en los Estados Unidos de América de aproximadamente US$ 6.400 millones de dólares estadounidenses por año y unos 9.000 millones de euros en la Unión Europea”.

En su declaración, los miembros del organismo precisaron que es necesario tener un nuevo mecanismo mundial para ayudar a los países a abordar la naturaleza transfronteriza del riesgo de sequía. Y además, se destaca la necesidad de tener asociaciones nacionales de resiliencia a la sequía que movilizarían a los socios públicos, privados y de la sociedad civil y trabajarían para garantizar un vínculo fluido entre los niveles nacional y local.

El informe Especial sobre la Sequía 2021 de la ONU recomienda a los países lo siguiente:

  • La prevención tiene costos humanos, financieros y ambientales mucho más bajos que la reacción y la respuesta.
  • Una mayor comprensión de los riesgos sistémicos complejos y una mejor gobernanza del riesgo pueden conducir a una acción eficaz sobre el riesgo de sequía.
  • Las asociaciones de resiliencia a la sequía a nivel nacional y local serán fundamentales para gestionar la sequía en un mundo en calentamiento donde las lluvias serán cada vez más impredecibles y requerirán soluciones prácticas para abordar problemas como la deforestación, el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas, el pastoreo excesivo, la salinización, el anegamiento y el suelo. erosión.
  • Un mecanismo para la gestión de la sequía a nivel internacional y nacional podría ayudar a abordar la naturaleza compleja y en cascada del riesgo de sequía.
  • Los sistemas y servicios financieros deben evolucionar para alentar enfoques cooperativos, promover mecanismos de protección social y alentar la transferencia de riesgos y el financiamiento contingente, a fin de brindar un apoyo adaptativo diversificado a la gestión del riesgo de sequía.
  • Se necesitan nuevas vías para fomentar la inclusión de los conocimientos autóctonos y locales, compartir valores y oportunidades para aprovechar los beneficios de una gobernanza eficaz del riesgo y compartir eficazmente las experiencias de gestión del riesgo de sequía.