Este 31 de enero, el telescopio espacial James Webb -de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (Nasa, por sus siglas en inglés)- reveló una imagen que se ha llevado la atención de millones de personas, pues está repleta de galaxias y estrellas brillantes coronadas por las seis puntas de difracción características del Webb.
Sin embargo, el foco de atención se lo lleva la gran galaxia espiral que aparece en la base de la imagen, y luego se detalla una profusión de galaxias más pequeñas y distantes, que van desde espirales completas hasta simples manchas brillantes. Pues bien, la galaxia más grande se llama LEDA 2046648.
“¿Te llamó la atención esa gran galaxia espiral hacia la parte inferior de la imagen? Nombrado LEDA 2046648, está a poco más de mil millones de años luz de la Tierra y se encuentra en la constelación de Hércules”, resaltó la agencia espacial.
Uno de los principales objetivos científicos de Webb es observar galaxias lejanas -y, por tanto, antiguas- para comprender los detalles de su formación, evolución y composición. La aguda visión infrarroja de Webb ayuda al telescopio a mirar hacia atrás en el tiempo, ya que la luz de las galaxias más antiguas y distantes se desplaza al rojo hacia longitudes de onda infrarrojas, según ha detallado la agencia espacial estadounidense.
“Esta imagen, tomada durante la calibración del instrumento, ayudó a probar la capacidad de Webb para desenterrar ‘fósiles’ galácticos. Las galaxias antiguas están tan lejos que a medida que el espacio se expande, su luz se ha extendido a longitudes de onda infrarrojas, la especialidad de Webb”, escribió la Nasa sobre el proceso de esta imagen.
La comparación de estos fósiles galácticos con las galaxias modernas ayudará a los astrónomos a comprender cómo crecieron las galaxias hasta formar las estructuras que vemos hoy en el Universo, según recogió la Nasa. Webb también sondeará la composición química de miles de galaxias para arrojar luz sobre cómo se formaron y acumularon los elementos pesados a medida que las galaxias evolucionaban.
Para aprovechar al máximo el potencial de Webb para la arqueología de galaxias, los astrónomos e ingenieros deben calibrar primero los instrumentos y sistemas del telescopio. Cada uno de los instrumentos del Webb contiene un laberíntico conjunto de espejos y otros elementos ópticos que redirigen y enfocan la luz de las estrellas recogida por el espejo principal del Webb. Esta observación formaba parte de la campaña de puesta en servicio del espectrógrafo NIRISS (Near-InfraRed Imager and Slitless Spectrograph, por sus siglas en inglés).
Además de realizar actividades científicas por sí mismo, NIRISS apoya observaciones paralelas con la cámara infrarroja cercana (NIRCam) de Webb. NIRCam captó esta imagen de galaxias mientras NIRISS observaba la enana blanca WD1657+343, una estrella muy estudiada. Esto permite a los astrónomos interpretar y comparar los datos de los dos instrumentos diferentes, y caracterizar el rendimiento de NIRISS.
Captan señal de radio de una galaxia ubicada a 8.800 millones de años
Astrónomos captaron una señal de radio de hidrógeno atómico en una galaxia lejana ubicada a 8.800 millones de años luz, la detección por telescopio más alejada de la que se tenga registro hasta ahora.
El nuevo récord de distancia se le atribuye a un telescopio indio, el Radiotelescopio Gigante de Ondas Métricas (GMRT por sus siglas en inglés).
El hidrógeno es el combustible básico y necesario para la formación de estrellas en una galaxia. Por lo tanto, para comprender la evolución de las galaxias a lo largo del tiempo cósmico, es necesario hacer un rastreo de la evolución del gas neutro en distintas épocas.
Puntualmente, el hidrógeno atómico emite ondas de radio de 21 cm de longitud de onda, detectables con radiotelescopios de baja frecuencia, como el GMRT. Esta emisión, de 21 cm, es un rastro directo del contenido de gas atómico tanto en galaxias cercana como lejanas.
El reciente hallazgo e la señal de radio tiene importancia para la astronomía, pues los registros futuros a través de radiotelescopios más potentes resultará elemental para que científicos comprendan mejor los orígenes del universo y cómo se formaron los primeros astros.
*Con información de Europa Press.