SEMANA: Señor Capriles, ¿qué piensa de todas las irregularidades que vive la oposición en Venezuela?
Henrique Capriles: No quisiera poner el acento en todas las irregularidades y todo lo que es una lucha desigual. Cada vez que tenemos una elección en Venezuela, vemos el ventajismo, vemos cómo se utilizan fondos públicos para hacer campaña. Vemos cómo el control institucional se pone al servicio de un partido político, no al servicio de los venezolanos. No quisiera que estos minutos los ocupáramos en eso, sino todo lo contrario.
Más bien, decir que, después de 25 años que lleva esta mal llamada revolución, por primera vez en 25 años, la oposición, es decir, los que queremos cambio en el país, llegamos a las elecciones. Porque los que faltan son escasamente cuatro días y llegamos a las elecciones con una brecha, con una ventaja clara y contundente. Es decir, es una expresión de que el país quiere cambio, que después de 25 años, el sentimiento de cambio es abrumador.
En Venezuela no se pueden publicar encuestas, pero estamos a través de un medio colombiano. Estamos hablando de una diferencia en encuestas serias que todavía quedan en Venezuela, porque las hay de más de 25 a 27 puntos. Sabemos que con todo el tema de la reingeniería electoral y todas las irregularidades que siempre hace el gobierno puede haber allí una merma.
Pero la diferencia es tan clara, tan contundente, que lo que debería pasar el próximo domingo 28 de julio es que salgamos millones de venezolanos a votar en paz, que triunfe la paz, que triunfe la democracia. Que Edmundo, con quien sea elegido, el nuevo presidente de los venezolanos. Aquí nadie tiene que tenerle miedo a que en el país se dé un cambio. En Venezuela no viene una persecución, no viene una revancha. En Venezuela lo que viene es una alternancia en el poder que es propio de la democracia.
SEMANA: ¿Usted cree que este es el memento de la historia de Venezuela en que la oposición ha estado más cerca de este cambio?
H.C.: Sin duda alguna que sí. Este es otro país. No es la realidad que me tocó a mí enfrentar cuando fui candidato presidencial contra Chávez y la primera vez contra Maduro. El país hace varios años era un país donde la base de apoyo del gobierno era grande. Es claro que Chávez tenía el liderazgo. No es el caso de Maduro. Maduro logró sobre el liderazgo de Chávez en los primeros años, montarse sobre ese liderazgo. El tema es que este ha sido el peor gobierno de la historia y es normal, absolutamente normal.
Y lo saben en Colombia, lo sabe el gobierno colombiano. La sorpresa sería que ganara Maduro. La sorpresa no es que gane Edmundo. La sorpresa sería que ganara Maduro. Y yo creo que cuando las brechas son tan claras y el sentimiento de la población es tan claro, por mucho que el gobierno quiera subir el tono y perseguir, encarcelar, secuestrar, poner alcabalas en las carreteras, cuando un pueblo se decide a cambiar, va en esa senda.
SEMANA: ¿Cómo vivió esa campaña contra Maduro en 2013?
H.C.: Hace 11 años que mi candidatura presidencial frente a Maduro veníamos de la muerte de Hugo Chávez, que me había ganado las elecciones. Era la campaña más corta de la historia, pero son otros tiempos, son completamente otros tiempos. Y yo lo que espero como venezolano, como una persona que ha estado comprometida con la causa del país, es que el próximo 28 de julio triunfe la democracia y que todos esos insultos, amenazas, descalificaciones, toda esa matriz de opinión que el gobierno quiere sembrar de que no es posible el cambio, que ellos van a seguir, que todo eso sencillamente quede como parte de una muy mala campaña del gobierno.
SEMANA: ¿Cuál sería el primer paso en caso de que Edmundo González gane las elecciones?
H.C.: El 29 amanece el país con un huracán de esperanza, con la transición en enero del próximo año. ¿Qué pienso yo que debería pasar entre el 29 de julio y el 10 de enero? Hay que tener el inicio de una etapa de negociación, porque el candidato que pierda va seguramente a querer garantías, pero el candidato que gana, que es el nuevo presidente, también va a requerir garantías.
Las garantías tienen que ser para las dos partes, porque a partir del próximo año hay cosas que sí cambian en el poder ejecutivo, pero otras instituciones no van a cambiar, porque su mecanismo de selección está previsto en la constitución. El año que viene hay que elegir una nueva Asamblea Nacional. Y a partir de la elección de esa nueva asamblea nacional se elegirá al fiscal, al contralor, al defensor. El Tribunal Supremo también tiene su ley.
Esperemos a ver aquellos que militan políticamente, qué harán si su causa ha sido político, si se van a mantener en los cargos, porque su deseo de mantenerse en los cargos, pero yo pienso que a partir del 29, si algo debe ir firme por parte del mundo, González es un cumplimiento estricto y re restricto de la constitución. Nosotros queremos que en Venezuela triunfe el Estado de derecho, triunfe la legalidad, triunfa el respeto, triunfe el respeto a la ley, el respeto, la constitución.
SEMANA: Usted menciona que podrían negociar con el régimen de Maduro para una negociación para la salida del poder de la dictadura ¿Cómo podría ser esa negociación?
H.C.: Nadie tiene que tenerle miedo ni a la constitución ni a la ley. A lo que hay que tenerle miedo es a la arbitrariedad, al atropello, al autoritarismo, a eso es lo que hay que tenerle miedo. El candidato Edmundo González, nuestro candidato, lo ha dicho: aquí no viene una revancha, aquí no viene confiscación de partidos, aquí no vienen inhabilitaciones.
El partido que salga del poder va a tener todas las garantías como cualquier otro partido para ir a competir en cualquier elección. Nosotros no vamos a hacer lo que nos hicieron, porque si no, el país, ¿cómo se recupera? Si el que llega se va a ocupar de perseguir al que estaba, ¿en qué momento se ocupa el presidente de resolver los tantos problemas que tenemos los venezolanos?
Nosotros necesitamos un presidente que trabaje, que se ocupe del país. Y eso no ha sido Maduro, todo lo contrario. Creo que todos los actores internacionales, de Estados Unidos, los países europeos, aquí todo el mundo habla de devolver a la democracia. Y en democracia no hay arbitrariedad, no hay perseguidos. Esa es una de las fortalezas de la democracia. La democracia va de la mano con la constitución.