Lo que inicialmente era una simple reunión de amigos un fin de semana, terminó siendo una tragedia para Sam Ballard, un joven quien tras un reto quedó tetrapléjico luego de comerse una babosa.

Todo ocurrió en una vivienda en Sydney, Australia, en el año 2010. Jimmy Galvin, amigo de Sam Ballard, contó en diálogo con Lisa Wilkinson de The Sunday Project, que ese día, mientras estaban en la reunión, de la nada salió una babosa que se posó ante los presentes a la reunión.

Fue en ese instante que, en medio de la fanfarronería, Sam Ballard tomó al pequeño molusco de tierra y se lo metió a su boca, lejos de imaginarse de lo que iba a ocurrir en su cuerpo con el pasar de los días.

“Estábamos sentados aquí, disfrutando un poco de la noche de apreciación del vino tinto, tratando de actuar como adultos. Y luego surgió la conversación: ‘¿Debería comerla?’ Y luego Sam se fue y bang, así fue como sucedió”, contó Galvin a The Sunday Project.

La enfermedad no le afectó al joven sus facultades mentales. | Foto: Libre de derechos

Aseguran que con el pasar del tiempo el joven empezó a presentar debilitamiento y dolor en las piernas, a tal punto que llegó a pensar que estaba padeciendo de esclerosis múltiple, la misma enfermedad que tenía su padre.

Teniendo en cuenta el avance de sus dolencias, un día Sam Ballard debió ser trasladado de urgencia al hospital Royal North Shore Hospital, en Sydney, donde permaneció 420 días en coma.

En medio de exámenes, los médicos hallaron que el joven había contraído meningoencefalitis eosinofílica, una rama de la meningitis y, una vez despertó del estado de coma, quedó tetrapléjico.

De acuerdo con CNN, el joven en realidad había desarrollado la enfermedad del gusano pulmonar de rata, a raíz de haber consumido la babosa infectada.

Desde los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) señalan que, aunque casos como el de Sam Ballard son poco usuales, una persona puede resultar infectada al ingerir babosas o caracoles crudos que están contaminados con dicho parásito, tal como le terminó ocurriendo a Sam Ballard.

Sam Ballard tuvo cambios significantes en su aspecto físico y calidad de vida. | Foto: Libre de derechos

“Las personas con esta afección pueden tener dolores de cabeza, rigidez en el cuello, hormigueo o dolor en la piel, fiebre, náuseas y vómitos. El tiempo entre comer la babosa o el caracol y enfermarse suele ser de 1 a 3 semanas”, detalló NSW Health.

En cuanto a Sam Ballard, su familia indicó que era una promesa de rugby y pasó a necesitar atención las 24 horas al día, los siete días de la semana, dado el estado de salud en que quedó.

Se trató de un doloroso proceso que tan solo tendría fin ocho años después, con su muerte. En todo el período de su enfermedad, Sam Ballard estuvo rodeado de su familia y amigos, quienes trataron de hacer su vida más llevadera, mientras lo alentaban y cuidaban.

El obituario describe a Sam Ballard como “un verdadero luchador y héroe para su hermano menor, Joshua, y su hermana Melanie (...) Sus últimos días fueron los más felices y estaba rodeado de una habitación llena de amor”.

Al joven lo recuerdan como un gran deportista. | Foto: Copyright 2020 The Associated Press. All rights reserved.