Los socorristas prosiguieron este martes 5 de julio, con drones y helicópteros, la búsqueda de personas desaparecidas el domingo en el derrumbe de una parte del glaciar de la Marmolada, el mayor de los Alpes italianos, aunque las posibilidades de encontrar supervivientes son mínimas.
El desastre dejó al menos siete muertos, ocho heridos y unas cinco personas consideradas desaparecidas por sus familiares, en vez de doce, según el último balance. “Esta tragedia es el emblema de las tantas tragedias que el cambio climático descontrolado está provocando en tantas regiones del mundo”, comentó el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella.
Uno de los fallecidos fue Filippo Bari, un escalador que se encontraba ascendiendo por la montaña y que tuvo el tiempo para tomarse una selfie antes de la tragedia. La imagen ya ha sido compartida y es viral en redes sociales. Incluso el alcalde de Isola Vicentina publicó en su página oficial de Facebook la foto del escalador, donde se le ve sonriente, tras ir ascendiendo a la cima.
“Filippo (su cuerpo) logró ser rescatado, la gran Marmolada quería quedárselo. La comunidad de Isola Vicentina acompaña en estos duros momentos a su mamá Emanuela, a su padre Beppe, a su amado hermano Andrea, a su esposa, hijo y a toda la familia”, se lee en el sentido mensaje del mandatario de esa localidad italiana.
Debido a la tragedia, se instaló una capilla ardiente en el área deportiva de Canazei, la localidad más cercana, donde se encuentra la unidad de crisis que coordina las operaciones. Entre los heridos más graves figuran dos alemanes, un hombre de 67 años y una mujer de 58, internados en cuidados intensivos.
Los rescatistas desplegaron drones equipados con cámaras térmicas, con la esperanza de localizar rastros de vida bajo la masa de hielo y rocas que se desprendieron, explicó el alcalde de Canazei, Giovanni Bernard. Pero las posibilidades de encontrar supervivientes “son casi nulas”, advirtió el jefe de los servicios de salvamento en alta montaña de la región, Giorgio Gajer.
Las labores se han limitado a sobrevuelos de drones y helicópteros en la zona del desastre, debido a que se teme el colapso del glaciar, por lo que ningún socorrista podrá acceder a pie. “El peligro es que se puedan desprender otros bloques de hielo. No se puede acceder a toda la zona”, explicó la unidad de crisis de Canazei. “En caso de que se identifique material, se procederá a levantamientos fotográficos y eventualmente a un retiro rápido”, añadió.
Los expertos consideran que será difícil encontrar personas con vida, así como recuperar sus restos debido al temor de que se desplome otra parte del glaciar, comparable a un edificio de 15 metros. La particular “ola de calor” sigue afectando a la región y no se descarta que se desplomen porciones de glaciar.
Un equipo de técnicos especializados va a instalar cerca de un refugio “un radar capaz de detectar movimientos rápidos, como avalanchas, y más lentos, como deslizamientos de tierra”, explicó Nicola Casagli, profesor de geología aplicada de la Universidad de Florencia, quien se encuentra en el lugar.
El desastre, ocurrido al día siguiente de una temperatura récord de 10°C en la cima del glaciar, en medio de una ola de calor anticipada en la península, está “sin duda” vinculado a “la degradación del medio ambiente y del clima”, reconoció el primer ministro, Mario Draghi, quien manifestó su “dolor” y “apoyo” a las familias de las víctimas. Solo tres de los siete excursionistas que murieron han sido identificados.
El Ministerio de Relaciones Exteriores checo confirmó que uno de sus ciudadanos estaba entre los fallecidos. El glaciar se derrumbó cerca de la localidad de Punta Rocca, en el trayecto habitual para llegar a su cumbre. La Marmolada, apodada “la reina de los Dolomitas”, es el glaciar más grande de esta cadena montañosa del norte de Italia.
Con información de AFP