Hace exactamente seis años el médico Hugo Eduardo Cedeño esquivó la muerte en un atentado sicarial que por fortuna solo comprometió su brazo izquierdo. Conducía una camioneta junto a su esposa y su hijo cuando un pistolero motorizado le descargó varios disparos a través de la ventana del conductor. Él mismo llegó a la clínica y salió ileso. Para la época (diciembre de 2012) era gerente de la IPS del municipio de Cartago y ahora es el gerente del hospital Santa Ana de los Caballeros de Ansermanuevo, otra población valluna distante a escasos diez minutos. Y su cita con la muerte volvió a repetirse, pero esta vez no era uno sino dos los sicarios, armados no con pistolas sino con fusiles AK-47 y Galil. El saldo de la incursión armada fue de dos muertos (un líder cívico y la suegra del médico) y cinco heridos, entre ellos Cedeño. Este portal logró dialogar con el precandidato quien ya se encuentra en su casa en Cartago, sanando la herida de bala que recibió en el pie derecho. Desde allí y en medio del dolor y confusión por lo ocurrido, narró detalles inéditos del momento del ataque, su reacción, la impotencia frente a las víctimas y los posibles móviles detrás de ese atentado. También denunció que pese a que era amenazado constantemente, la Unidad Nacional de Protección, UNP, desde hace un año le redujo de cuatro a dos escoltas y le quitó el carro blindado y en la actualidad estaba en trámite suspenderle el restante esquema de seguridad. “Lo primero que debo decir es que me querían matar; prueba de ello es que los sicarios me persiguieron disparando sus armas, pero reaccioné corriendo hacia la parte trasera de la tarima. En el camino sentía las balas cuando pegaban en el piso”, relató Cedeño tras aclarar que la actividad social ya había culminado, pero decenas de personas seguían en el sitio durante el ataque. Continuó, “en realidad me salvé porque mi escolta (Harlison Durán) estaba en medio de la línea de fuego de los asesinos. Cuando lo hirieron en el pecho él se volteó y me dijo ´doctor, me dieron´ y yo le respondí páseme la pistola y corrí hacia la tarima”.En contexto: Pánico en Cartago por ataque con fusiles en pleno centro Agregó, que para él ese ataque duró entre cinco y diez minutos, “porque los sujetos tuvieron el descaro de cambiar los proveedores de sus armas y seguir disparando; por eso lamento mucho la lenta reacción de las autoridades, en especial porque a menos de una cuadra hay un CAI de la policía”. Cedeño no dudó en argumentar que detrás de ese atentado hay móviles políticos y sostiene esa tesis por una sencilla razón: “desde julio de este año me vienen amenazando con llamadas y mensajes de texto de números desconocidos en los que me advierten que mi vida corre peligro si persisto en la idea de ser alcalde”, aseguró el médico. Dijo además, que precisamente un día antes de la brigada de salud en el parque La Isleta, “una persona que conozco me recordó el riesgo que corría mi vida. Es decir, desde las amenazas mis días transcurrían en constante alerta”. Aclaró, que por ahora se reserva los nombres de los que para él podrían estar detrás de ese atentado. “no quiero entorpecer la investigación de las autoridades y mucho menos soltar posibles responsables sin tener algún grado de certeza”, argumentó. No obstante, Cedeño precisó que en la actualidad solo suenan tres nombres de precandidatos con serias opciones de llegar a la alcaldía de Cartago, “pero descarto que ellos puedan tener alguna relación con los hechos; más bien apuntaría a los poderes ocultos o respaldos que hay detrás de ciertas aspiraciones”. Pero sin duda el dato más revelador que dio el médico Cedeño, tiene que ver con las recientes decisiones que tomó la UNP en torno a su esquema de protección. Según dijo el precandidato, en la actualidad tiene dos escoltas, “no porque ellos (UNP) me los quiera dejar, sino porque interpuse un recurso cuando me notificaron que me quitarían todo el esquema, por cuenta de esa carta les tocó suspender la decisión que por cierto aún no resuelven”. Y con una sonrisa de indignación aseguró que en la actualidad a los dos escoltas que aún mantienen en su esquema, “les quitaron las armas de dotación porque se abrió la investigación judicial a raíz del atentado. Lo malo es que les retengan sus armas, sin una respuesta oportuna para dotarlos con nuevos elementos”, explicó. En cuanto a su futuro político, Cedeño manifestó que por ahora solo es momento de pensar en las víctimas y el duelo de todas las familias afectadas por ese hecho de violencia, “más adelante habrá tiempo para pensar y hablar sobre esos temas”.