Por irrumpir en la intimidad durante una investigación, la justicia española absolvió a un hombre acusado de varios delitos (entre ellos robo); a pesar de que las pruebas recolectadas por la Policía lo vinculaban directamente con el acto delincuencial. Sin embargo, un salto en el ‘debido proceso’ llevó a que el veredicto estuviera a su favor.
El Mundo tuvo acceso a la sentencia que resolvió levantar la condena interpuesta contra un sujeto, que solo figura como J.M.N, por tomar el historial médico de este para acusarlo. El fallo se basó en que nunca hubo autorización del individuo ni una orden judicial para que terceros accedieran a sus datos personales.
Las autoridades habían puesto en marcha un operativo para encontrar al responsable de robo con violencia en “casa habitada”. Para ello tomaron como punto de partida la descripción entregada por las víctimas y la forma en que se desarrollaron los hechos, lo que incluyó cómo el sospechoso resultó lesionado, producto de su delito.
Sin embargo, las tareas de indagación se adelantaron de manera independiente y terminaron en una sentencia que luego fue apelada por J.M.N, quien alegó violación a su intimidad. La policía recorrió varios hospitales en busca de información de pacientes que se hubieran asistido por heridas que correspondieran con las que sufrió el presunto ladrón.
¿A qué datos se accedió?
Las pesquisas policiales revelaron que un hombre ingresó el 22 de enero de 2020, casi a medianoche, al Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca por lesiones producto de “una pelea en la que había sido golpeado con un martillo grande en la parte posterior del hombro/espalda y que, con posterioridad al enfrentamiento, había sufrido un accidente por desviarse el coche a la cuneta de la carretera por la que transitaban”, recopiló El Mundo.
Esa descripción encajaba con el relato de las víctimas de robo y se tomó como prueba para la imputación de cargos y posterior atribución de responsabilidades. A los datos de ingreso se sumaba un teléfono de contacto que las autoridades tomaron y en el que encontraron una conversación con otro acusado.
J.M.N. recurrió la sentencia, de la que no se proporcionaron mayores detalles, y alegó que si sus datos no se hubieran tomado sin autorización había sido imposible que se le vinculara con el proceso en curso. Ese argumento fue aceptado por el Supremo que dispuso anular la condena.
Fundamento del veredicto
Según el diario español, aunque las leyes no establecen un parámetro específico sobre quién debe emitir exactamente autorización para acceder a información personal (como la sanitaria) sí hacen una salvedad.
“Ninguna objeción se establece, desde un plano de legalidad ordinaria, a que los datos personales, incluso los médicos cuando estén anonimizados, puedan ser cedidos por los centros sanitarios para una investigación policial, incluso más allá de una investigación concreta y específica”.
Sin embargo, la ley fija que debe existir “una autorización judicial y que esté específicamente dirigida a un procedimiento de investigación concreto, cuando se pretendan los datos clínicos asistenciales correspondientes a un determinado e identificado individuo”, recogió El Mundo.
Según la justicia, el historial clínico permitió “la manifestación del paciente sobre cómo se habían causado las lesiones como consecuencia de haber sido golpeado en el hombro con una maza y por haber sufrido después un accidente de tráfico; hechos que coincidían con la descripción del enfrentamiento mantenido con una de sus víctimas y con la localización del coche accidentado en el que habían huido”, agregó el documento al que accedió ese medio.
Video | Abuelo disparó contra un ladrón que se metió a su casa por el techo
Los casos de inseguridad son el pan de cada día en varios países de la región, sin embargo, cuando las víctimas se levantan en contra del delincuente, las situaciones giran y se convierten en momentos icónicos que, en algunos casos, son resaltados por la valentía de sus protagonistas.
Pues bien, este es uno de estos casos mencionados, puesto que la víctima fue un hombre de 76 años, al parecer, ya jubilado, que al darse cuenta de que alguien intentaba entrar a su casa por el techo buscó la forma de defenderse y evitar el robo.
El hecho se desarrolló en el Villa Diamante, Buenos Aires, Argentina, según informó el medio local el Clarín, identificando al hombre de avanzada edad como Juan Carlos González, y agregando que el hecho fue grabado por las cámaras de seguridad de la cuadra, en la que se ve al presunto delincuente merodeando la propiedad hasta subir al tejado para intentar entrar.
Sin embargo, poco tiempo después, el abuelo sacó un arma y le disparó al presunto ladrón, y aunque este último intentó salir huyendo del hecho, terminó cayendo al suelo desde la terraza de la casa al andén de la calle, momento en el que un carro que estaba al frente de la fachada inicia su marcha.
Según recalcaron los medios locales, González no fue detenido y, hasta el mes pasado, tampoco enfrentaba procesos legales por la muerte del presunto delincuente, sin embargo, las autoridades sí habrían tomado posesión del arma con la que se llevó a cabo el hecho, y se ha defendido que el abuelo actuó en “defensa propia”, para evitar que le robaran sus pertenencias.
Tras la incautación del arma, la Fiscalía indicó que esta se encontraba con su documentación en regla, y que el caso se describió como: “averiguación de causales de muerte, robo agravado por el uso de arma de fuego y escalamiento”.