En los últimos años, el planeta vivió una transformación política, un giro que representó la consolidación de movimientos de izquierda, que, después de años de formar parte de una oposición predadora, lograron hacerse con el poder, frente a una derecha tradicionalista que no había alcanzado a calmar las necesidades de la población en distintos países. Ahora, tras el fracaso de diferentes movimientos progresistas, la llamada nueva derecha avanza en su conquista.
Si bien hace unos años se habían dado unos atisbos de una nueva dirección hacia la derecha en el mundo, específicamente en 2016 con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, la votación positiva del bréxit en Reino Unido, que trajo consigo a Boris Johnson, fuera de la presidencia de Jair Bolsonaro en Brasil, los resultados en estas naciones no fueron los esperados. Terminaron con un fracaso para los conservadores y una vuelta hacia movimientos más liberales.
Sin embargo, esa ola inicial ha tenido una frecuencia más amplia ahora, con líderes que se atreven a desafiar cualquier estructura establecida y una capacidad de enamorar al público con sus discursos y su visión de futuro. Esto, sin importar si les caen ataques clasificándolos de homófobos, racistas, discriminadores o cualquier otro calificativo.
Entre las características de estos mandatarios, hay una visión política totalmente pesimista, en la que ven en el mundo occidental una sociedad decadente al borde del abismo y que necesita ser salvada de la izquierda, la multiculturalidad y el globalismo. Encuentran visiones en común en discursos contra varias de las minorías, la migración y un enfoque económico para solventar los problemas de sus países. Los representantes principales son Donald Trump, Nayib Bukele y Javier Milei.
Donald Trump
Esta revolución conservadora tiene como líder natural en el mundo a Trump, quien curiosamente no es presidente y que, además, salió en una fuerte controversia de la Casa Blanca luego de ser acusado de presionar los resultados electorales frente a Joe Biden y de promover la toma del Capitolio. No obstante, posteriormente, a raíz del cuestionado gobierno de Biden, ha recuperado popularidad y su nombre toma fuerza como candidato presidencial para volver al mando en Estados Unidos. Actualmente, los sondeos lo ponen muy cerca del actual mandatario, quien pretende reelegirse.
Pero su escenario es complejo: suma 91 cargos criminales y le esperan decenas de juicios en su contra. Sin embargo, ningún líder importante de derecha en el mundo se atreve a condenarlo, a pesar de que se le acusa de interferencia electoral y haber provocado una revolución para quedarse en el cargo de presidente tras perder las elecciones. Ahora la Corte Suprema estudia si es legal que algunos estados lo puedan eliminar de sus boletas electorales o si tiene inmunidad y podrá ser candidato.
Nayib Bukele
El segundo representante es el recién reelecto mandatario salvadoreño, Nayib Bukele. A partir de su llegada al poder en 2019, dio un vuelco al país con su enfoque radical para transformar la seguridad. Desde que en 2022 anunció la entrada en vigencia del estado de excepción, lleva más de 71.000 detenidos en medio de la guerra contra las pandillas, mientras más de 300 han sido dados de baja.
En temas sociales fue cambiando su posición política después de que llegara al poder. Antes de asumir la presidencia de El Salvador defendía el derecho al aborto y aseguraba que en caso de ser presidente iba a hacer de este una acción legal en el país. Pero al ser electo dio un giro y ahora califica la interrupción voluntaria del embarazo como un “genocidio”. Asimismo, ha bloqueado el matrimonio igualitario y esta semana prohibió la enseñanza de la “ideología de género en las escuelas”.
“Bukele, Trump y Milei están en un mismo bloque, que se define por intereses nacionales y geopolíticos, pero no por afinidad ideológica. Estos tres personajes están en contra de esa agenda de los globalistas de organizaciones como la ONU o la OEA, que sin presentarse a las urnas pretenden ser el gobierno efectivo”, dice Geovani Galeas, escritor salvadoreño especializado en la vida del presidente de su país.
Asimismo, el autor asegura que Bukele nunca se ha definido como un hombre de derecha o izquierda y que tiene grandes diferencias con Milei. Por ejemplo, el argentino ha renegado de los negocios con China, mientras que el salvadoreño abraza dichos tratados, y hay actitudes de Trump que Bukele “jamás haría”.
Javier Milei
El más reciente de los ganadores presidenciales es el mandatario argentino, quien derrotó al peronismo en las elecciones de noviembre. Desde su llegada al poder, ha desatado una tormenta que buena parte de la población considera necesaria, pero muchos otros califican como equivocada y extremista. Entre las medidas que ha tomado están la desregulación de la economía, un fuerte recorte fiscal y eliminación de subsidios, así como la prohibición del lenguaje inclusivo en las esferas públicas del poder.
Pero hasta ahora la revolución de Milei arranca. El mandatario ultraliberal promete más cambios económicos para sacar al país de su crisis económica, abriendo Argentina al mundo. Esta puede ser una de las grandes diferencias con alguien como Trump, quien en medio de su ultranacionalismo tiene como consigna que todo lo que pueda elaborar la industria de Estados Unidos no debería importarse.
“Los tres han sacado provecho de la idea de que la democracia ha dejado de ser eficiente por culpa de los discursos de derechos humanos. Entonces, se han apoyado en esta idea de punitivismo: básicamente, con el aumento de penas y con unas políticas draconianas, es posible que la gente viva mejor y más tranquila. Y, obviamente, hay un discurso muy fuerte contra algunas conquistas que han logrado grupos LGTBI, afros e indígenas, u obreros en el caso de Milei”, le aseguró Mauricio Jaramillo, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, a SEMANA.
Más allá de la discusión política, los tres han puesto de manifiesto este nuevo giro político en el mundo. ¿Quién sigue?