El próximo 11 de marzo, Gabriel Boric cumplirá un año como presidente de Chile. Sin embargo, ha tenido de todo menos una luna de miel, como ocurre tradicionalmente con los mandatarios recién elegidos en la región. Desde el día uno, el dirigente de izquierda ha visto caer su popularidad, a la espera de un milagro político.
En menos de un mes de su llegada al Palacio de la Moneda, Boric ya tenía a más de la mitad de los chilenos en contra de su mandato, según la firma Cadem. Estos malos números del mandatario rompieron cualquier récord de sus antecesores, que demoraron más para conseguir una desfavorabilidad tan rápida. Por ejemplo, Sebastián Piñera tardó casi seis meses en tener a más del 50 por ciento desaprobándolo.
El gran problema para el joven mandatario es que desde el inicio su desaprobación ha sido alta sin siquiera tener un año al mando del país. Por ahora, es difícil pensar que el gobierno podría dar un vuelco, teniendo en cuenta como han ido las cosas en Chile desde que Gabriel Boric llegó al poder; las críticas no le han faltado.
Sin embargo, en la más reciente encuesta de la firma Cadem, registra 29 por ciento de aprobación, dos puntos más que en la medición anterior, mientras que la desaprobación va en el 65 por ciento. Para el presidente de izquierda, el resultado puede ser un respiro, pues podría marcar un cambio en la tendencia y, según los expertos, las cifras tienen una explicación que podría ayudar al dirigente a recuperar algo de terreno de cara al futuro.
La crisis de los incendios que azotaron Chile en las últimas semanas paradójicamente habría sido una oportunidad de oro para Boric, ya que, si bien parte de la ciudadanía criticó el accionar de emergencia del Gobierno, también se vio a su gabinete muy activo cuando el desastre natural empezó a generar estragos en el país. Incluso, varios cancelaron sus vacaciones para estar al frente de la situación, algo que pudo fortalecer al equipo de gobierno.
“He podido ver un protagonismo importante, donde él (Boric) está trabajando con todas las instituciones que se necesitan para reforzar la institucionalidad y las políticas públicas que hay que crear para resolver estos incendios”, dijo Daniela Campos Letelier, docente de la Unab y magíster en Ciencia Política, al medio chileno El Desconcierto.
De igual forma, el mayor talón de Aquiles de Boric había sido su decisión de concederles indultos a manifestantes condenados por delitos en medio del estallido social de Chile de 2019. Varios de ellos eran calificados de no ser protestantes, sino de ser delincuentes condenados en múltiples ocasiones con delitos que nada tenían que ver con el descontento político que se vivía en el país.
Dicho escándalo fue perdiendo vigencia con el aumento de la delincuencia y la salida de la ministra de Justicia, Marcela Ríos, después de ocurrido el escándalo, con una denuncia constitucional en su contra, la cual terminó sin efecto. El mismo Boric también se vio amenazado por la oposición de ser imputado en el caso, pero todo se diluyó con el tiempo y con la llegada de los incendios, que hizo que la ciudadanía tuviera otras prioridades.
Mientras Boric sigue en sus horas más bajas en cuanto a popularidad, las dos figuras más contrarias recuperan imagen positiva, el expresidente Sebastián Piñera y el excandidato presidencial José Antonio Kast, a quien el presidente de izquierda venció en las elecciones. El antiguo mandatario cuenta con una popularidad del 49 por ciento, números que no tenía desde antes de las protestas de 2019, y Kast registra la misma cifra.
De momento, es incierto si Boric podrá recuperar el terreno perdido durante todo un año. Lo único seguro es que los chilenos demandan un gobierno que no se quede solo en promesas y pueda cumplir las expectativas con las que fue elegido. El tiempo corre para Boric, tres años se van volando y su legado puede estar en riesgo.