Desde hace tres meses se inició la guerra entre Israel y el grupo terrorista Hamás, cuando la organización radical islámica atacó el territorio del Estado judío, dejando más de 1.000 muertos inocentes al invadir el país y además de masacrar a los habitantes secuestró a 240 personas para llevarlas hacia Gaza. A lo cual el Gobierno israelí dio una respuesta militar implacable, que ha dejado más de 22.000 fallecidos.

Con este contexto, el rechazo hacia la respuesta israelí ha ido sumando adeptos en el mundo, teniendo como aliados a la gran mayoría de países musulmanes, así como a otros en Suramérica, incluyendo a Colombia, Venezuela, Nicaragua, Brasil y Cuba. Pero la condena hacia el Gobierno de Benjamín Netanyahu tomó un nuevo capítulo cuando Sudáfrica denunció a Israel por genocidio en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) a finales de diciembre.

“Ningún ataque armado en el territorio de un Estado, por muy grave que sea (...), justifica que se vulnere la convención”, dijo en La Haya ante la CIJ el ministro sudafricano de Justicia, Ronald Lamola, en medio de los alegatos que iniciaron este jueves. “La respuesta de Israel al ataque del 7 de octubre cruzó esta línea y da lugar a violaciones de la convención”.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, desestimó tras la audiencia del jueves las acusaciones de Sudáfrica y afirmó que no es su país, sino Hamás quien está perpetrando un "genocidio". (Photo by Michel Porro/Getty Images) | Foto: 2024 Michel Porro

Entre los argumentos del país africano está que el accionar de Israel llevó a la población de Gaza al borde de la hambruna. Según los funcionarios sudafricanos, la situación en el territorio es tan grave que los expertos explican que podría morir más gente en Gaza por el hambre y la enfermedad que por las mismas acciones militares del ejército israelí.

Pero lejos de quedarse en silencio, los funcionarios de Israel han rechazado la denuncia de Sudáfrica en la Corte Internacional de Justicia de La Haya. “Sudáfrica, que actúa como brazo legal de la organización terrorista Hamás, distorsionó completamente la realidad en Gaza tras la masacre del 7 de octubre”, dice el comunicado compartido por Lior Haiat, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel.

“Ignoró por completo el hecho de que los terroristas de Hamás se infiltraron en Israel, mataron, ejecutaron, masacraron, violaron y secuestraron a ciudadanos israelíes, simplemente porque eran israelíes, en un intento de llevar a cabo un genocidio”, complementa el texto que muestra el rechazo hacia la denuncia de Sudáfrica.

Según Israel, este tipo de acciones estarían permitiendo que Hamás vuelva a cometer crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y crímenes sexuales repetidamente como los que ocurrieron el 7 de octubre en territorio israelí. El presidente Isaac Herzog se manifestó en contra de la demanda. “Estaremos en la Corte Internacional de Justicia y presentaremos con orgullo nuestro caso de legítima defensa (...) de acuerdo con el derecho internacional humanitario”, afirmó.

El ministro de Justicia y Servicios Correccionales de Sudáfrica, Ronald Lamola, en el centro, y el ministro adjunto palestino de Asuntos Multilaterales, Ammar Hijazi, a la derecha, se dirigen a los medios frente a la Corte Internacional de Justicia en La Haya, Países Bajos, el jueves 11 de enero de 2024. | Foto: Copyright 2024 The Associated Press. All rights reserved

La defensa de Israel es que sus tropas están haciendo todo lo posible para asegurar que no haya bajas civiles, dentro del contexto de la guerra. Por ahora, se espera que continúen las etapas iniciales del proceso judicial que se lleva a cabo en La Haya, en Países Bajos. Sudáfrica argumenta que Israel ha violado la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, además pidió medidas cautelares para que el conflicto se detenga lo más pronto posible.

Pero es posible que, a pesar de lo que manifieste la Corte, Israel pueda hacer caso omiso a estas medidas. Por ejemplo, en su momento desde La Haya se ordenó a Rusia que detuviera la invasión a Ucrania, la cual sigue hasta hoy en día. Países como Colombia y Brasil han aplaudido la demanda de los sudafricanos.