La ola de protestas centradas en la afectación de famosas obras de arte por ambientalistas continúa robándose la atención del mundo, algunos en apoyo y otros en contra, lo cierto es que han logrado ponerse en el centro de la discusión emitiendo un fuerte mensaje de preocupación tanto para el arte, como para el medio ambiente.

Este sábado 5 de noviembre se presentó un nuevo caso, justamente en el Museo Nacional del Prado en Madrid, donde dos activistas de Futuro Vegetal pasaron la línea de seguridad y escribieron en la pared, entre dos cuadros de Goya, un mensaje en señal de protesta por la carencia de acciones en pro del cuidado del medio ambiente.

Se trata de un “+1,5º”, escrito entre los cuadros de La maja desnuda y La maja vestida, del pintor Francisco de Goya, que se encontraban expuestos en Madrid, los ambientalistas recalcaron que el mensaje tenía como objetivo “alertar sobre la subida de temperatura mundial que provocará un clima inestable y graves consecuencias en todo el planeta”.

Esta protesta se suma a otras que se han sucedido en las últimas semanas, como la de dos ecologistas que lanzaron sopa de tomate a Los girasoles de Van Gogh, expuesto en la National Gallery de Londres. Sin embargo, este viernes se presentó otra situación similar con otra de las obras del mencionado autor.

La nueva manifestación ocurrió en el museo de Roma, cuando un grupo de ecologistas arrojó una sopa de verduras a la pintura El sembrador, una obra de Vincent van Gogh de 1888, que representa a un agricultor sembrando su tierra bajo un sol poniente.

Según fuentes oficiales, la obra estaba protegida por un vidrio, por lo que no sufrió daños durante el ataque que fue realizado por activistas como gesto de protesta ante la pasividad de la comunidad internacional por el cambio climático.

“Mi nombre es Laura y he decidido sumarme a las diferentes series de acciones que se están llevando a cabo estos días en distintos países, porque soy plenamente consciente de que nadie y de ninguna manera se está haciendo cargo de la catástrofe medioambiental que estamos viviendo”, dijo una de las tres jóvenes que realizaron el ataque.

Se trata del movimiento Última Generación, que anunció más acciones no violentas en todo el mundo hasta que los ciudadanos obtengan respuestas de su gobierno sobre sus demandas, que incluyen detener el uso de gas y de carbón y de invertir al menos 20 GW de energías renovables, escribieron en un comunicado divulgado mientras realizaban el ataque.

“Estamos asistiendo a un colapso global en la indiferencia total por parte de los Gobiernos”, gritó la activista mientras estaba sentada frente a la pintura.

El nuevo ministro de Cultura de Italia, Gennaro Sangiulian, se pronunció frente al ataque y aseguró que “Se trata de una acción infame que hay que detener y condenar”, quien también advirtió que se trata de acciones que pueden ser castigadas penalmente.

La acción de las jóvenes fue condenada también por los visitantes a la exposición en el Palacio Bonaparte, con cerca de medio centenar de obras del genio neerlandés y organizada para conmemorar el 170 aniversario de su nacimiento.

“Todo lo que tendríamos derecho a ver en nuestro presente y en nuestro futuro está siendo oscurecido por una catástrofe real e inminente, al igual que esta sopa de verduras ha cubierto los campos y la casa del campesino”, aseguraron los jóvenes activistas al referirse a los paisajes del principal exponente del posimpresionismo.

Los visitantes del museo también reaccionaron al ataque de los ecologistas: “No se protesta así. Vergüenza. Basta”, gritó uno de los presentes, indignado por el gesto, mientras agentes de las fuerzas del orden retenían a las tres jóvenes, al igual que a una fotógrafa que se encontraba en el lugar.

*Con información de Europa Press y AFP.