Este fin de semana, 117 ciudades francesas convocaron a manifestaciones contra lo que han denominado una ‘dictadura sanitaria’; esto, debido a las medidas anunciadas por el gobierno de Emmanuel Macron sobre la vacunación obligatoria del personal médico, así como la extensión del certificado conocido como ‘pass sanitario’ de vacunas.
Este último ahora es necesario para actividades sociales como eventos masivos, entre los que se encuentran conciertos y partidos de fútbol, o lugares como hospitales, restaurantes, bares y discotecas. La consigna de los manifestantes es que es una violación a su libertad individual de decidir vacunarse o no.
Según el ministerio del Interior francés, existió un total de 136 concentraciones en las que participaron más de 114.000 personas. De estas, 18.000 fueron en París, divididas en varias manifestaciones, y 96.000 en el resto del país. La causa de estas protestas fueron las medidas tomadas por el presidente francés, que anunció la obligación de vacunarse para el personal sanitario y otras profesiones.
Sin embargo, la medida más polémica y con mayor repercusión ha sido la necesidad de poseer un certificado sanitario que muestre que la persona está vacunada o es negativa por covid-19 para acceder a la mayoría de lugares públicos a partir de agosto.
Entre los manifestantes proliferaban las banderas francesas y algunos llevaban estrellas amarillas, como las que se obligaba a llevar a los judíos en la Alemania nazi, con la inscripción “certificado sanitario”. Las consignas de los manifestantes han sido también los discursos de “Libertad”, “No a la dictadura sanitaria”, “Macron renuncia”, que se escucharon al unísono por miles de personas congregadas a orillas del río Sena, en el centro de París, en una de las tres protestas celebradas en la capital francesa.
“Estamos en una dictadura, estamos en una tiranía (...) Esto se llama apartheid entre vacunados y no vacunados”, dijo Florian Philippot, político de ultraderecha opositor a Macron, que hizo parte activa de las marchas de este fin de semana.
A pesar de estas propuestas, según un sondeo, las medidas anunciadas por Macron son aprobadas por la mayoría de los franceses. Desde los anuncios, más de dos millones de franceses reservaron un turno para vacunarse contra la covid-19.
Así mismo, el país ha roto su propio récord de aplicación de vacunas ante el anuncio de las medidas, lo cual ha provocado que al día siguiente de la declaración de Macron 729.000 personas se vacunaran, aumentando en casi 200 mil el promedio diario. Alrededor de 35,5 millones de personas —algo más de la mitad de la población francesa— han recibido hasta ahora al menos una dosis de la vacuna anticovid, mientras que 27 millones han recibido dos.
Varios de los manifestantes han dicho que no se consideran ‘antivacunas’, sino que más bien creen que las medidas dictadas por Macron son autoritarias y afectan la libertad de las personas a vacunarse o no. “No somos en absoluto unos antivacunas. Solo queremos que cada persona tenga la libertad de decidir si se hace vacunar o no. Los test PCR pueden aguantar y hay que mantenerlos gratuitos”, dijeron Aurélie y Tiphaine, empleados de un centro comercial.
También, entre los protestantes que se tomaron las calles francesas sí hay varias personas que manifestaron dudar de la seguridad de las vacunas. “Tenemos dudas sobre las vacunas contra el coronavirus, no es que pensemos que la Tierra es plana, pero no conocemos los efectos a largo plazo de estas vacunas fabricadas rápidamente y que Macron quiere imponernos”, expuso un manifestante en Montpellier.
Por ahora, se espera que las medidas aprobadas por Macron entren en vigor a principios del mes de agosto, esto como un mecanismo de contención de nuevas variantes del virus que evolucionan rápidamente por Europa y el mundo.