Si todo acaba cuando las funciones del cuerpo detienen su operación es uno de los cuestionamientos más recurrentes; además, centro de choque entre escépticos y creyentes. Para estos últimos, el deceso no es sinónimo de final, en el sentido más amplio de la palabra, sino la trascendencia a otro escenario.
Clínicamente, el fallecimiento de una persona se decreta cuando hay ausencia de las operaciones y sensaciones más elementales, como la respiración, el pulso, los latidos y los reflejos, por ejemplo. Lo que ocurre desde ese momento está sujeto a varias controversias: para algunos no hay otro plano más que el material, mientras unos más defienden (como ya se mencionó) la existencia de un lugar alterno.
En los hospitales y, específicamente, Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), la delgada línea que separa la vida de la muerte es una constante. Los momentos de agonía son presenciados (en numerosos casos) tanto por el personal médico como por los familiares de pacientes, algunos de los cuales llegan, incluso, a despedirse.
¿Hay consciencia tras la muerte?
En esa línea, uno de los interrogantes para los que la ciencia parece tener mayor acercamiento es si hay consciencia al momento de morir. De ser así, ¿cómo se puede medir ese nivel y hay variación o no en cada caso? Para intentar dar una respuesta, investigadores se han dado a la tarea de analizar lo que ocurre cuando alguien tiene experiencias cercanas al deceso.
Uno de ellos es el doctor Sam Parnia, que integra la Facultad de Medicina en la Universidad de Nueva York (Estados Unidos). Para él, aun cuando una persona ha sido declarada técnicamente muerta hay actividad cerebral, concretamente consciencia, tras los primeros dos y veinte segundos.
De acuerdo con el especialista, citado por Deutsche Welle (DW), la parte de ese órgano vital en la cual se procesan los pensamientos es la corteza cerebral y los segundos mencionados corresponden al lapso que esta puede permanecer sin oxígeno. Es en ese periodo cuando “se pierden todos los reflejos del tronco encefálico: por ejemplo, el reflejo pupilar, todo eso desaparece”, explicó el médico.
En medio de sus indagaciones, Parnia agregó que con otros expertos estaban “intentando comprender las características exactas que las personas experimentan cuando pasan por la muerte, porque entendemos que esto va a reflejar la experiencia universal que todos vamos a tener cuando morimos”, dijo en lo reseñado por DW (que citó a Big Think).
“También estudiamos la mente humana y la conciencia en el contexto de la muerte”, añadió.
Experiencias cercanas a la muerte
Los relatos de una enfermera, que ha estado varios años de su trayectoria en Unidades de Cuidados Intensivos, ha despertado estupefacción por revelar lo que presuntamente la gente podría ver en la fase final de sus vidas. Su nombre es Julie McFadden y, entre lo compartido, asegura que algunos parecen tener ‘contacto’ con familiares ya fallecidos.
“Por lo general, sucede aproximadamente un mes antes de que el paciente muera. Empiezan a ver a parientes muertos, amigos muertos, mascotas viejas que fallecieron –espíritus, ángeles– que los visitan”, aseveró McFadden, quien en TikTok suele compartir vivencias inusuales presenciadas en su trabajo.
De acuerdo con The Mirror, lo que ha presenciado se acerca a un proceso de transición en el que aquellos a punto de partir muestran un semblante de tranquilidad que, para ella, no corresponde a ninguna alteración.
“No me parece una alucinación porque la gente que dice esto suele estar bastante alerta y orientada, suele estar lúcida (...). No es como si estuvieran diciendo un montón de cosas locas que no tienen ningún sentido (...). Me preguntan: ‘¿Por qué estoy viendo a mi madre muerta?, ¿la ves?’”, afirmó.