Los líderes políticos y altos funcionarios británicos implicados en el partygate deben “asumir la responsabilidad” de la cultura que condujo a las numerosas fiestas ilegales en Downing Street durante los confinamientos, indicó el miércoles un muy esperado informe sobre este escándalo.
“No se debería haber permitido que se produjeran muchos de estos eventos”, concluyó tras su investigación la alta funcionaria Sue Gray, considerando, pero sin nombrar al primer ministro Boris Johnson, que “los altos cargos implicados, tanto políticos como funcionarios, deben asumir la responsabilidad de esta cultura”.
Considerada rigurosa e implacable, Gray entregó sus muy esperadas conclusiones antes de la comparecencia semanal de Johnson ante el parlamento, a la que seguirá una rueda de prensa por la tarde.
La alta funcionaria comenzó a investigar hace meses los numerosos eventos sociales celebrados en dependencias gubernamentales cuando las reglas contra el covid-19 impedían a los británicos reunirse con sus seres queridos e incluso despedirse de los fallecidos por una enfermedad que causó 178.000 muertos en el país.
Terminó su informe en enero, pero la policía decidió entonces abrir su propia investigación y Gray se vio obligada a publicar una versión muy editada de sus conclusiones, omitiendo todos los detalles, para no interferir en las pesquisas.
Scotland Yard cerró su investigación la semana pasada, imponiendo 126 multas a 83 personas por 8 fiestas.
El primer ministro y su esposa Carrie Johnson, así como el ministro de Finanzas Rishi Sunak, recibieron una sola sanción, de 50 libras (unos 65 dólares) por el que aparece como el menos importante de los encuentros, una fiesta por su 56 cumpleaños celebrada el 19 de junio de 2020 en la sala del consejo de ministros.
El líder conservador se disculpó “sin reservas” ante el Parlamento, pero descartó dimitir asegurando que no se le había “ocurrido en ese momento, ni posteriormente” que su participación en el breve encuentro “pudiera constituir una infracción de las normas”.
¿Mintió Boris Johnson?
Enfrentado a principios de año a una rebelión interna en sus filas conservadoras que buscaba destituirlo a raíz de este escándalo, Johnson vio después como la guerra en Ucrania cambió el foco de atención a finales de febrero, reduciendo la amenaza que pendía sobre su cabeza.
En el contexto de crisis bélica, y dado el importante papel que el británico ha tenido en la respuesta internacional a la invasión rusa, muchos miembros de su mayoría pidieron esperar al resultado de las investigaciones antes de volver a contemplar un eventual voto de censura, que debe ser solicitado por al menos 15 % de los 359 diputados del Partido Conservador.
Si la investigación de la policía londinense dejó al primer ministro no muy mal parado, la de Gray no fue tampoco tan dura como algunos esperaban.
En su primera versión había parecido implacable, denunciando graves “errores de liderazgo y juicio” en Downing Street y criticando un “consumo excesivo e inapropiado” de alcohol en el lugar de trabajo.
Pero sus conclusiones completas no agregaron las pruebas, fotografías incluidas, que muchos diputados conservadores esperaban impacientemente para decidir si el primer ministro fue sincero cuando dijo que no tenía la impresión de infringir las reglas.
Johnson negó, además, en diciembre ante la Cámara de los Comunes que se hubiesen infringido en sus oficinas las reglas contra el coronavirus impuestas por él mismo. Pero la oposición, y algunos de los diputados de la mayoría conservadora, denuncian que mintió a sabiendas. Y aprobaron que tras la publicación del informe de Gray se abran los trabajos de una comisión parlamentaria que deberá determinar si Johnson engañó al Parlamento, lo que según el código de conducta debería implicar su dimisión.
Agregando presión, el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, también investigado por una posible infracción de las normas anticovid, anunció que de ser multados él y su número dos, Angela Rayner, renunciarían a sus cargos.
Por si todos esto fuera poco, en los últimos días se filtraron a la prensa nuevas fotos que ponen en duda la inocencia de Johnson.
ITV News difundió imágenes tomadas en la fiesta de despedida del jefe de comunicación de Downing Street, Lee Cain, el 13 de noviembre de 2020, pocos días después del anuncio de un segundo confinamiento en Inglaterra. En ellas se ve a Johnson levantando una copa y charlando con varias personas en torno a una mesa con botellas de vino y comida.
*Con información de AFP