La escena se presentó cuando dos activistas bajo la premisa por “el derecho a una alimentación sana y sostenible”, entraron al icónico museo y lanzaron un plato de sopa sobre la imagen de la Mona Lisa, obra elaborada por Leonardo Da Vinci en el siglo XVI y que constituye uno de los patrimonios culturales mas importantes del mundo.
¿El arte o el derecho a la alimentación?
Durante casi dos minutos, las mujeres fueron filmadas mientras le echaban sopa color naranja al vidrio de protección de la pintura y acto seguido, sobrepasaron la barrera de seguridad que rodea la obra para posar al su lado y comenzar a dar su enérgico discurso.
“¿Qué es lo más importante? ¿El arte o el derecho a una alimentación sana y duradera? Nuestro sistema agrícola está enfermo”, gritó una de las activistas.
Ante el hecho, casi de forma inmediata, varios empleados del Louvre colocaron varias lonas negras frente al cuadro para evitar que los asistentes grabaran y tomaran imágenes de las activistas, sin embargo, todo el suceso alcanzó a quedar registrado y se ha divulgado en las últimas horas.
El grupo Riposte Alimentaire (Respuesta Alimentaria) a favor de la alimentación sostenible, se ha atribuido el hecho a través de su red social X y han identificado a las responsables como dos mujeres de 24 y 63 años quienes, a través de su “acción no violenta exigen el establecimiento de una Seguridad Social Alimentaria Sostenible”, informó Europa Press.
Con eso Riposte Alimentaire denuncia que, en Francia, “una de cada tres personas se salta las comidas por falta de medios” mientras que “al mismo tiempo, se desecha el 20 por ciento de los alimentos producidos”. Y además agregó: “Nuestro modelo estigmatiza a los más precarios y no respeta nuestro derecho fundamental a la alimentación”.
El arte, una recurrente víctima de vandalismo
La Gioconda, también conocido como la Mona Lisa, es considerado el lienzo más famoso del mundo, razón por la cual está expuesto tras un cristal protector desde 2005.
La última vez que recibió los ataques de activistas ocurrió el pasado 29 de mayo de 2022, cuando un hombre acudió al museo para lanzar una tarta de crema mientras reclamaba la protección del planeta frente al cambio climático.
Y no es el único caso de vandalismo contra famosas obras de arte en el mundo por parte de los activistas ecológicos. En otras ocasiones grupos activistas medioambientales arrojaron sopa de tomate sobre la el cuadro de los Girasoles, de Vincent van Gogh que cuelga en la Galería Nacional de Londres y otro grupo la emprendió a martillazos contra el cuadro La Venus del Espejo, de Diego Velázquez en la misma pinacoteca.
En otra ocasión, dos activistas de la organización Futuro Vegetal se pegaron a los marcos de los cuadros de La maja vestida y La maja desnuda, del Museo del Prado y escribieron en la pared ‘+1.5°’, refiriéndose al anuncio de la ONU de la imposibilidad de cumplimiento del Acuerdo de París.