Una nueva tormenta se está formando en el Atlántico llamada Lee la cual se formó este martes en el océano Atlántico, y se prevé que se convierta en un huracán de categoría 3 o superior a medida que se acerque al Caribe para el fin de semana, indicaron meteorólogos.
La tormenta se encontraba a unos 1.980 kilómetros (1.230 millas) al este de las Antillas Menores el martes por la noche. Tenía vientos máximos sostenidos de 85 km/h (50 mph) y se movía hacia el oeste-noroeste a 26 km/h (16 mph), según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).
Se pronostica que el meteoro se fortalecerá hasta convertirse en un huracán “extremadamente peligroso” a más tardar el viernes mientras se desplaza sobre aguas cálidas, y que pasará a poca distancia al noreste de la región del Caribe, añadió el NHC.
Los pronósticos preliminares no indican que tocará tierra, aunque el NHC advirtió que “es muy pronto para determinar exactamente qué tan cerca pasará este sistema de las Islas de Sotavento”.
Lee es la décimosegunda tormenta con nombre en la temporada de huracanes del Atlántico, la cual se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre.
En agosto, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos advirtió que la temporada de huracanes de este año sería más intensa de lo normal. Se pronostican entre 14 y 21 tormentas con nombre, de las cuales entre seis y 11 podrían convertirse en huracanes, y entre dos y cinco podrían alcanzar una categoría de 3 o mayor.
En el Pacífico, la tormenta tropical Jova seguía fortaleciéndose muy lejos de la costa suroeste de México, y no representa amenaza para tierra firme.
Jova tenía vientos de 110 km/h (70 mph) y se pronostica que se convertirá en huracán el miércoles, según el NHC. El meteoro se ubicaba a unos 1.085 kilómetros (675 millas) al sur de la península de Baja California y se desplazaba en dirección oeste-noroeste a 15 km/h (9 mph).
Tras el paso de Idalia por Florida, las Carolinas y Georgia residentes regresan a pueblos arrasados
Los huracanes y las tormentas tropicales no son algo nuevo en el sur de Estados Unidos, pero la magnitud de los daños causados por Idalia sorprendió a Desmond Roberson mientras recorría lo que quedaba en pie de su vecindario en Georgia.
En una calle, contó, había un árbol caído sobre casi cada casa. Las calles seguían cortadas por los troncos de los árboles y las líneas eléctricas derribadas, y los semáforos continuaban apagados en los principales cruces.
Roberson se dio un paseo por Valdosta el jueves acompañado de un amigo para revisar los daños causados por Idalia, que tocó tierra en Florida como huracán y luego se debilitó a tormenta tropical a medida que avanzaba hacia el norte, arrasando esta localidad de 55.000 habitantes.
“Es un laberinto”, dijo Roberson. “Tuve que dar la vuelta tres veces porque las carreteras estaban bloqueadas”.
La tormenta tenía vientos de 145 kilómetros/hora (90 mph) cuando impactó de forma directa en Valdosta el miércoles, dijo el gobernador de Georgia, Brian Kemp.
“Tenemos suerte de que esta tormenta fuese estrecha, se moviera rápido y no se posara sobre nosotros”, indicó Kemp en una conferencia de prensa el jueves en Atlanta. “Pero si estabas en la trayectoria, fue devastadora. Y estamos respondiendo de ese modo”.
Un residente en el estado falleció tras caerle un árbol encima cuando trataba de retirar otro de una carretera.
Arrasó viviendas
Idalia tocó tierra el miércoles en Florida, donde arrasó viviendas y derribó postes eléctricos. Luego viró hacia el noreste, azotando Georgia, inundando muchas playas en Carolina del Sur y provocando una marejada en las calles del centro de Charleston. En Carolina del Norte, descargó más de 23 centímetros (9 pulgadas) de agua en Whiteville, anegando edificios del centro.
Miles de operarios se apresuraron para restablecer el suministro eléctrico en Florida, pero cerca de 100.000 clientes seguían sin electricidad el jueves en la noche.
La tormenta se alejó de la costa estadounidense a primera hora del jueves y se adentró en el océano Atlántico, todavía con vientos de 105 km/h (65 mph). Podría azotar las Bermudas el sábado con lluvias intensas y posibles inundaciones repentinas, según el Centro Nacional de Huracanes.