En la búsqueda de la ‘paz total’ implementada por el gobierno de Gustavo Petro, Colombia se ha ido familiarizando con algunos términos como “gestores”, “facilitadores” o “voceros de paz”, pues todas las discusiones se dan con diferentes organizaciones como el ELN, organizaciones criminales urbanas y el nuevo paramilitarismo como las águilas negras.
Un gestor de paz ayuda a un proceso de paz en curso y la designación se restringe a miembros de grupos al margen de la ley, con el fin de ayudar con la fase de diálogos incluyendo suspensiones de medida de aseguramiento o facilitar la suspensión de pena o implementar una pena alternativa.
En entrevista con SEMANA, el expresidente de Ecuador Lenin Moreno se refirió a la ‘paz total’ del gobierno del presidente Gustavo Petro y a la ayuda de miembros de las fuerzas armadas al margen de la ley para ser facilitadores de este proceso liderado por el presidente de la República.
“Así como la democracia, la paz, es un bien superior y requiere un sacrificio, hay que asegurarse de que esa paz sea eso, total”, dijo el exmandatario.
“Que no se esté hablando de paz mientras se sigue masacrando, mientras se sigue pidiendo vacunas a comerciantes, a agricultores, ganaderos; mientras se sigue matando a la gente; mientras se cometen asesinatos de todo tipo, y mientras se sigue secuestrando a la gente y traficando con sustancias estupefacientes...”, le dijo Moreno a SEMANA.
El expresidente aseguró que es difícil formarse una idea de las intenciones del presidente Gustavo Petro, de la “direccionalidad de un gobierno”, hasta no conocer realmente su accionar. Aseguró que, según ha conocido, los primeros pasos que ha dado el presidente Petro “han sido bastante bien recibidos por el pueblo colombiano, que “es a la final a quien les deben dar cuentas los mandatarios, aseguró.
La frontera con Colombia fue otro punto importante que SEMANA trató con el exmandatario ecuatoriano, sobre todo por los índices de criminalidad y el incremento de narcotráfico en la región. Moreno planteó algunas soluciones, como la legalización de la droga: “Es posible que sea una solución”, pero habría que debatirla y ponerla a consideración de aquellos entendidos en el tema, dijo.
Sin embargo, según el exjefe de Estado, debe continuar al tiempo invirtiendo en todos los recursos que están destinados al combate de las drogas y las mafias organizadas, y también la inversión de recursos para el tratamiento de personas que están con narcodependencia. “Creo que la droga está causando muchísimo daño en nuestros jóvenes y en nuestros niños”, afectando el futuro de las próximas generaciones, aseveró Moreno.
Un total de diez países han elegido a mandatarios de izquierda en América Latina, siendo la elección de Gustavo Petro la reafirmación de que el continente está cambiando hacia liderazgos fuera de lo común y que podrían terminar actuando en bloque, lo cual parece probable teniendo en cuenta la relación que tienen la mayoría de estos presidentes entre sí.
Junto a Petro, una de las más recientes incorporaciones a la izquierda en la región fue la de Gabriel Boric, actual presidente de Chile, quien lleva menos de un año en el cargo. Él es la representación del progresismo en el continente; también, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se une a la lista con dos meses en el poder de un país que antes estaba liderado por Jair Bolsonaro.
Alberto Fernández llegó al poder en 2019 al ser heredero de las políticas de Cristina Fernández de Kirchner y contraparte del expresidente Mauricio Macri. Sin embargo, unos malos rendimientos económicos y su baja popularidad (35 %) parecen allanar el terreno para un cambio de orientación política en el país para las elecciones de 2023.
Respecto a este panorama regional de liderazgo de izquierda, el expresidente Moreno aseguró que “siempre hay algunos cambios de ciertos tipos de conceptos” en Colombia, por ejemplo en el tema de derechos humanos; en Chile, respecto a las “dictaduras nefastas” como las vividas en Nicaragua y Venezuela. Sin embargo, “es preocupante”, dice Moreno, no refiriéndose al triunfo de una tendencia política, sino de la posibilidad de tener regímenes autoritarios que violan la libertad de expresión o la independencia de funciones, dijo el exmandatario.