La derogación de todas las funciones asignadas al vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, por parte del presidente de Ecuador, Lenín Moreno, es -por ahora- el último capítulo de una lucha de poder en seno del partido de gobierno que también involucra al expresidente Rafael Correa.Desde el cambio presidencial el pasado 24 de mayo, los ecuatorianos han visto a los principales líderes de Alianza País pasar de celebrar un nuevo mandato —luego de 10 años en el gobierno— a distanciarse públicamente con declaraciones hechas, en su mayoría, a través de las redes sociales.La velocidad en que se han deteriorado las relaciones en el interior del partido de gobierno y entre los fundadores de este proceso político conocido como Revolución Ciudadana hacen difícil de entender cómo se pasó de aquella jornada fraterna del pasado mayo a este presente fratricida."Sabíamos que Moreno nunca fue del agrado de Correa y que Glas no fue nunca del agrado de Moreno, pero nunca anticipamos que se podía precipitar tan rápido la crisis", dijo a BBC Mundo Felipe Burbano de Lara, analista político y profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, muestra el decreto presidencial que le retira todas sus funciones y lo que califica de "una clara retaliación política". Foto: GettyDurante la campaña electoral, varios analistas comentaban en las entrevistas que el antiguo mandatario deseaba como su sucesor a Jorge Glas, por entonces su vicepresidente.Puede leer: Lenín Moreno y Correa: una ruptura que suena familiarPero Correa se habría inclinado finalmente por Moreno, quien lo acompañó como vicepresidente en su primer período de gobierno, debido a que según las encuestas preelectorales contaba con un mayor índice de popularidad.En este juego de presidentes y vicepresidentes, Moreno "heredó" como compañero de fórmula al hombre al que hoy ha derogado de sus funciones y que lo acusa de alejarse de las banderas históricas de su movimiento.Cruce de tuitsEl 24 de mayo, día de la asunción de Moreno, la mayor inquietud política era saber cuál sería la relación entre el nuevo mandatario y su antecesor y mentor político.
Moreno aseguró haber heredado de Correa "un endeudamiento y un grave escenario" económico. Foto: Getty¿Trabajarían de forma coordinada como Lula da Silva y Dilma Rouseff en el Brasil del Partido de los Trabajadores o el Palacio de Carondelet se convertiría en la Casa de Nariño, la sede del poder colombiano que presenció el enfrentamiento entre Álvaro Uribe y el actual mandatario Juan Manuel Santos?La respuesta no tardó mucho tiempo en llegar: menos de 10 días.El 2 de junio, a través de su cuenta de Twitter, Correa criticaba los operativos que la Fiscalía General del Estado había desarrollado en tres ciudades del país que habían terminado con la detención de cinco ciudadanos involucrados presuntamente en la trama de corrupción de Odebrecht, la empresa brasileña acusada de pagar sobornos en varios países latinoamericanos."Creer que las detenciones y allanamientos de esta madrugada son fruto de una semana de trabajo es ingenuidad extrema", escribía el expresidente.
Cuatro días después, ya no en su cuenta de Twitter sino en una columna publicada en el diario público El Telégrafo, el exmandatario criticaba que en la lucha contra la corrupción se pida ayuda a organismos internacionales (en este caso Naciones Unidas) "claudicando en lo avanzado todos estos años en cuanto a institucionalidad y soberanía se refiere".Sin embargo, el 11 de junio, el ataque ya era decididamente frontal.Le recomendamos: Los problemas de Lenín Moreno"Qué lástima que desde ciertos funcionarios del Ejecutivo, autoridades de control y hasta jueces, se esté siguiendo el discurso de la oposición, a la cual le importa un bledo la lucha anticorrupción, tan solo buscan ‘trofeos políticos‘, que, si no hay, habrá que inventarlos. El frente externo no me preocupa, sí el interno, donde, por torpeza o deslealtad, se habla de marcar ‘distancia‘ con mi gobierno".La respuesta de Moreno llegó el 6 de julio también por la vía de Twitter. El mandatario escribió en su perfil la definición del síndrome de abstinencia: "Reacción provocada por la reducción o suspensión brusca de una sustancia de la que se tiene dependencia‘ como el azúcar, el alcohol, las drogas... o el poder".
En sus 10 años en el gobierno Correa inició un proceso político que llamó "Revolución Ciudadana". Foto: GettyOtras declaraciones de Moreno indicando que en materia económica no le habían dejado "la mesa servida" y criticando el nivel de endeudamiento de su antecesor contribuyeron a distanciarlo aún más del expresidente."La crisis se veía venir porque si Moreno quería distanciarse políticamente de Correa, este esfuerzo no podía tomar la forma de un proceso pacífico y tranquilo, era de esperarse una ruptura", dijo Burbano de Lara a BBC Mundo.Pero para el analista, la velocidad en que se desencadenó esta crisis sólo se explica a partir de las acusaciones de corrupción, en especial las que apuntan al vicepresidente Glas, a quien la oposición intentó llevar a un juicio político y quien es objeto de una investigación por parte de la Fiscalía.¿Otra Alianza País?Este miércoles, Glas difundió un duro mensaje en el que criticaba la gestión de Moreno, a quien acusó de alejarse de la Revolución Ciudadana.
En 2006, Correa y Moreno fueron electos presidente y vicepresidente respectivamente. Foto: GettyEl mismo día, la asambleísta Gabriela Rivadeneira, secretaria ejecutiva de Alianza País, hizo un llamado a que toda la militancia permanezca en estado de alerta y movilización con el fin de defender los intereses de dicha revolución."Lo decimos por enésima vez: el 2 de abril no ganó una persona, ganó un proyecto político, un programa y una causa. Las palabras de nuestro líder histórico, el compañero Rafael Correa, expresan el sentimiento y la convicción del conjunto de nuestra militancia".En medio de versiones de que podría haber una fractura definitiva en el partido de gobierno, el presidente Moreno manifestó que "frente a cualquier adversidad y a cualquier diferencia política nuestra posición siempre es la convocatoria a la unidad y más unidad"."Sabíamos que Moreno nunca fue del agrado de Correa y que Glas no fue nunca del agrado de Moreno, pero nunca anticipamos que se podía precipitar tan rápido la crisis" , Felipe Burbano de Lara, analista político y profesor de la FLACSOUna fuente de Alianza País le dijo a BBC Mundo que dentro del movimiento político existe "incertidumbre, rabia y preocupación".En el último tuit escrito desde Bélgica, el país de origen de su esposa donde vive actualmente el exmandatario, Correa invita a Glas a tomarse "como una condecoración" la decisión de Moreno de derogar sus funciones.Glas, por su parte, dijo en conferencia de prensa que respetará la decisión de Moreno pero atribuyó lo ocurrido a su decisión de "decir la verdad", añadiendo que el actual gobierno sólo permite criticar y opinar a los que odian a la Revolución Ciudadana.En un tuit, también escrito este miércoles, un periodista ecuatoriano hacía un resumen de todo lo ocurrido en las últimas horas y decía -entre asombro e ironía- que el ambiente político en el país no habría estado "tan divertido" si hubiese ganado Guillermo Lasso, el candidato opositor que fue derrotado por Moreno en la segunda vuelta del pasado 2 de abril.