Tras pasar la noche en carpas instaladas en la Plaza de Mayo, frente a la presidencia, organizaciones sociales de Argentina dieron por terminada el jueves 11 de agosto una protesta pacífica de 24 horas en reclamo de mayor ayuda social para contrarrestar la pobreza y la desbordada inflación.
El llamado “acampe”, con más de un millar de carpas montadas en este tradicional epicentro de la protesta en Argentina, fue el punto culminante de una multitudinaria marcha de la izquierdista Unidad Piquetera, enfrentada con el gobierno peronista de Alberto Fernández.
“Levantamos el acampe pero continúa el plan de lucha bajo otra metodología. Estuvimos 24 horas haciendo un reclamo muy fuerte que tiene que ver con una situación social muy grave que necesitamos resolver inmediatamente”, dijo Eduardo Belliboni, dirigente del Polo Obrero. Estas organizaciones convocaron a otra marcha para el miércoles próximo.
A primera hora de la mañana del jueves se levantaron las carpas y numerosos manifestantes se fueron retirando de la Plaza, donde cerca del mediodía se realizó una asamblea a cielo abierto que dio por terminada la protesta.
Las organizaciones exigían ser escuchadas por el nuevo ministro de Economía, Sergio Massa, pero las recibió el miércoles un funcionario de rango menor. Previamente el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, las citó para el 24 de agosto.
“Pasamos la noche con mucho frío pero hubo mucho compañerismo. Venimos todos por lo mismo. Mucha gente la está pasando mal económicamente, hay una crisis enorme en la Argentina y tenemos que hacer esto porque el gobierno nos quiere sacar de la calle pero no de la pobreza”, declaró Susana Verón, activista del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), de 53 años.
En declaraciones a la TV Pública, el secretario de Articulación de Política Social del gobierno, Gustavo Aguilera, consideró que la manifestación “parece más un capricho político que una protesta concreta”.
Aguilera apuntó que la semana pasada el gobierno otorgó un bono extra de 11 mil pesos (casi 80 dólares al cambio oficial) para agosto para quienes se benefician del plan Potenciar Trabajo, uno de los numerosos subsidios que otorga el Estado argentino a los más postergados.
Además Massa anunció un aumento de 15,53 % para las jubilaciones en septiembre, que se aplicará también en la asignación universal por hijo y por embarazo, otros dos programas de ayuda social. Asimismo, se dará un bono de 7.000 pesos (50 dólares) a las jubilaciones más bajas. “Eso es absolutamente insuficiente. Necesitamos un bono para todos los que están por debajo de la línea de indigencia, que son muchos más que los jubilados”, reclamó Belliboni.
La pobreza llegó a 37 % en 2021 y se estima que la próxima medición será de 40 %, cuando el gobierno promete cumplir con la reducción del déficit fiscal acordada con el Fondo Monetario Internacional para refinanciar una deuda de 44.000 millones de dólares.
El instituto de estadísticas, Indec, da a conocer el índice de inflación de julio, que se prevé superará el 7 %, el más alto del año, al dispararse luego de la intempestiva renuncia del exministro de Economía Martín Guzmán, que impactó en el mercado cambiario con un fuerte aumento de la cotización del dólar paralelo y financiero.
El propio Sergio Massa definió como “la mayor fábrica de pobres” a la inflación, que acumuló 36,2 % en el primer semestre y analistas del mercado estiman alcanzará 90 % en el año.
Con información de AFP