Defensores de la libertad de prensa, opositores bielorrusos o adalides de la causa climática como la joven sueca Greta Thunberg figuran entre los favoritos para el Premio Nobel de la Paz que se otorga el viernes en Oslo.
Como siempre, cada año en la temporada del Nobel abundan los pronósticos sobre quien podría obtenerlo. El ejercicio es difícil pues este año hay 329 candidatos, pero su identidad permanecerá secreta durante 50 años. Y es aun más difícil ya que los avances recientes en materia de paz son escasos.
Entre los favoritos están defensores de la libertad de prensa como Reporteros Sin Fronteras (RSF) y el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), la red de fact-checkers IFCN, buscadores de noticias falsas (a la que pertenece la AFP) o luchadores contra la corrupción como Transparency International.
Los medios “contribuyen a obligar a los gobiernos (...) a rendir cuentas con sus reportajes” y a contrarrestar “el desafío creciente que representan las fake news y la desinformación”, señaló el director del Instituto de investigación sobre la paz de Oslo (Prio), Henrik Urdal.
Otra posibilidad es la oposición no violenta en Bielorrusia, donde el presidente autoritario Alexander Lukashenko va en su sexto mandato tras elecciones ampliamente consideradas como fraudulentas en agosto de 2020.
Ama de casa convertida en candidata, a pesar suyo tras el encarcelamiento de su esposo, Svetlana Tijanóvskaia, afirma que ganó las elecciones y encabeza la protesta desde su exilio lituano. La joven de 39 años figura entre los nobelizables, sola o con otras figuras de la oposición, Maria Kolesnikova y Veronika Tsepkalo.
“Sería una forma de subrayar a la vez la importancia de las mujeres, de la democracia y la no violencia”, destaca el profesor sueco Peter Wallensteen, especialista de asuntos internacionales. “Un premio a Svetlana (Tijanóvskaia) sería una forma indirecta de criticar a Putin”, pues Rusia es el principal apoyo del régimen bielorruso, señala el historiador del Nobel, Asle Sveen.
El covid daña la fiesta
Sveen se inclina por una recompensa, sin duda más mediática, para la musa sueca de la lucha contra el cambio climático, Greta Thunberg. El martes, un premio inédito de Física recompensó a expertos científicos del clima. “Es el problema más importante del momento”, subraya Sveen, dos meses después de un informe alarmante de expertos de la ONU (Giec) y a semanas de la crucial conferencia COP26.
Son mencionadas también la Convención-marco de Naciones Unidas sobre los cambios climáticos (CCNUCC) y su secretaria ejecutiva, la mexicana Patricia Espinosa. Un tiempo presentada como sólida en este periodo de pandemia, la candidatura de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue figurando en las casas de apuestas, pero ha sido afectada por controversias sobre su papel en las fallas del programa Covax de distribución de vacunas a los países pobres.
El covid no influyó mucho en la naturaleza de las proposiciones sometidas al comité Nobel, según su secretario, Olav Njølstad. “Parecería, pero solo se cuentan con los dedos de la mano”, le señaló a la AFP. Entre otros nombres figuran la campaña contra los robots asesinos que es apoyada por el Consejo noruego de la paz, el opositor ruso Alexei Navalni o la canciller alemana Angela Merkel, que termina su mandato.
El año pasado, el premio Nobel de la Paz fue para el Programa Alimentario Mundial (PAM), la mayor organización humanitaria mundial de lucha contra el hambre. El covid, que ya obligó a entregar el premio a distancia, podría dañar la fiesta del 10 de diciembre, fecha tradicional para la ceremonia de entrega de galardones.
Por segundo año consecutivo, los premios Nobel de ciencias y literatura no estarán presentes en Estocolmo. Por su parte, el Instituto Nobel en Oslo debe decidir si hará una ceremonia por Zoom o presencial con el galardonado de este año.
Con información de AFP.