El presidente Emmanuel Macron llegó este viernes a Nueva Orleans, una ciudad que fue francesa antes de que Napoleón Bonaparte se la vendiera a los estadounidenses en 1803, para defender la enseñanza del francés y concluir su visita de Estado de tres días a Estados Unidos.

Al día siguiente de una recepción fastuosa en la Casa Blanca que selló la “amistad” del presidente francés con su homólogo estadounidense, Joe Biden, Macron aterrizó en Luisiana, en el sureste del país, donde pasó menos de 24 horas, después de una acogida al son del jazz en la pista del aeropuerto, donde el presidente francés y su esposa Brigitte disfrutaron de un paseo por las callejuelas del histórico y muy animado centro de la ciudad de Nueva Orleans.

Emmanuel Macron, en mangas de camisa, fue recibido con un “Bienvenue Monsieur” (Bienvenido señor). Él y la primera dama posaron con niños pequeños en los brazos, así mismo, en una rueda de prensa improvisada, saludó “una tierra de criollización”, donde prevé anunciar un “programa de aprendizaje de la lengua francesa” a través del fondo “Francés para Todos” (French for All).

En Washington dijo que quería renovar “la imagen del francés en Estados Unidos, que a veces quizás se ve como elitista”. Antes de despegar de Washington el viernes por la mañana, Macron participó en un desayuno con representantes de empresas digitales durante el cual, según el Elíseo, recordó “todos los esfuerzos” realizados desde su primer mandato de cinco años para “convertir a Francia, el país europeo líder en tecnología”.

Después, siguiendo los pasos del general Charles de Gaulle en 1960, puso rumbo a Nueva Orleans, mientras el jefe de Estado “celebrará un patrimonio franco-estadounidense” pero también “rendirá homenaje a la resiliencia de una gran ciudad estadounidense” enlutada por el huracán Katrina, que causó más de 1.800 muertos y destrozos por valor de miles de millones de dólares en 2005.

Este tiene previsto reunirse con “empresas comprometidas con los temas energéticos y climáticos”, según el Elíseo, al igual que, por su parte, la ministra de Relaciones Exteriores, Catherine Colonna, y el gobernador de Luisiana, John Edwards, también firmarán un acuerdo sobre transición energética en este estado rico en gas y petróleo.

Acompañado por el director de cine Claude Lelouch y el bailarín y coreógrafo Benjamin Millepied, Macron se reunirá también con actores de la vida cultural de esta ciudad, cuna del jazz, al día siguiente de una cena de gala en la Casa Blanca amenizada por el pianista Jon Batiste, procedente de una familia de músicos de Nueva Orleans.

El jueves Macron y Biden exhibieron su buena sintonía y cerraron filas para buscar una salida a la guerra en Ucrania, además de comprometerse a mitigar sus discrepancias en torno a un plan de fomento industrial estadounidense que París considera perjudicial para sus empresas porque concede subsidios masivos a los productos fabricados en Estados Unidos.

Sobre las “exenciones” que exige a Estados Unidos para las industrias europeas, Macron declaró: “A principios del próximo año”, en el primer semestre de 2023, “tenemos que haber resuelto este tema”.

*Con información de AFP.