“Domingo, 14 de junio de 1942. Lo mejor será que empiece desde el momento en que te recibí, o sea, cuando te vi en la mesa de los regalos de cumpleaños (porque también presencié el momento de la compra, pero eso no cuenta). El viernes 12 de junio, a las seis de la mañana, ya me había despertado, lo que se entiende, ya que era mi cumpleaños. Pero a las seis todavía no me dejan levantarme, de modo que tuve que contener mi curiosidad hasta las siete menos cuarto. Entonces ya no pude más: me levanté y me fui al comedor, donde Moortje, el gato, me recibió haciéndome carantoñas. Poco después de las siete fui a saludar a papá y mamá, y luego al salón, a desenvolver los regalos. Lo primero que vi fuiste tú y quizás hayas sido uno de mis regalos más bonitos. Entonces pasó a buscarme Hanneli y nos fuimos al colegio. Al llegar a casa, ya me estaba esperando Sanne Lederman. A Ilse Wagner, Hanneli Goslar y Jacqueline van Maarsen las traje conmigo de la clase de gimnasia, porque son compañeras mías del colegio. Hanneli y Sanne eran antes mis mejores amigas, y cuando nos veían juntas, siempre nos decían: ‘Ahí van Anne, Hanne y Sanne’. A Jacqueline van Maarsen la conocí hace poco en el liceo judío y es ahora mi mejor amiga”.
De este modo, la pequeña Annelies Marie Frank Holländer, más conocida como Ana Frank, escribía los primeros fragmentos en su diario, al que se refería como “Querida Kitty”. Y, de paso, hablaba de Hannah Elisabeth Goslar, también llamada Hanneli o Lies. Hoy El diario de Ana Frank es uno de los libros más leídos del mundo y sigue conmoviendo a millones.
Desde su inocencia, y con el intelecto que adquirió al leer y escribir tanto mientras permanecía encerrada en La Casa de Atrás, en Ámsterdam, desde 1942 a 1944, la pequeña relató cómo los nazis bombardeaban la ciudad en plena Segunda Guerra Mundial y cómo siempre quiso ser periodista o escritora.
Ahora, en 2022, su amiga Hannah Pick-Goslar, apellido que adquirió tras contraer matrimonio con el médico Walter Pinchas Pick, recordó que ambas iban de la mano de sus madres cuando tuvieron un encuentro en un almacén de Países Bajos. Luego, coincidieron en el colegio de Ámsterdam, donde se hicieron inseparables, y hasta fundaron La Osa Menor Menos Dos, un club de amigas en el que también dejaban ver sus destrezas a la hora de jugar ping-pong. Ana tenía 13 años, y ella, 14.
“Ella era una niña normal, común y corriente, como todo el mundo. La verdad, nunca me imaginé que se volvería tan famosa”, aseguró Goslar a SEMANA desde Kiryat Moshé, barrio de Jerusalén, en Israel. Madre de tres hijos, con diez nietos y alemana de 93 años de edad, la judía habló de la invasión de Rusia a Ucrania, del libro sobre el supuesto delator de Ana Frank, así como de la película que estrenó Netflix con su historia. “Ella escribía muy bien, pero nunca imaginé que en algunos años se hiciera tan famosa. Cuando estás siendo perseguido por alemanes, con miedo, esa ilusión de escribir tan hermoso se termina”.
Goslar, de tono pausado y una mezcla extraña de inglés con hebreo, sobreviviente de la Shoá, habló de la invasión de Rusia a Ucrania, un ataque que ha llegado a ser calificado como la tercera guerra mundial. “Creo que lo de Rusia con Ucrania es una locura. Las personas deberían hablar más unidas. Todos tenemos una religión o un color diferente, la solución es hablar con el otro, no abrir fuego a los demás. De hecho, incluso aquí en Israel estamos en gran peligro con los iraníes y necesitamos a los americanos como amigos, pero también necesitamos a los rusos. Necesitamos ser muy cuidadosos, sabemos lo que están haciendo, pero no lo podemos decir”, agregó Hanneli, sin querer hablar más sobre el particular.
¿El delator de Ana Frank?
En enero de 2022, poco antes del Día Internacional de la Conmemoración del Holocausto cada 27 de enero, cuando tropas soviéticas liberaron el campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau en 1945, se conoció un libro. La publicación The Betrayal of Anne Frank, que supuestamente revela quién delató el paradero de su amiga, conmocionó al mundo. La autora canadiense Rosemary Sullivan señaló que recurrió a inteligencia artificial e investigó durante seis años quién delató a los escondidos en la que se conoció como La Casa de Atrás.
Sullivan dijo que fue el notario Arnold van den Bergh, fallecido el 28 de octubre de 1950 de cáncer, quien lo hizo a cambio de que le perdonaran la vida. “Ana sí fue traicionada, pero no sabemos por quién. Algunos dicen que no quiero decir, que quizá sé, pero nunca he tenido una respuesta; no solo yo, nadie. De lo que sí estoy segura es que fueron traicionados”.
Los escondidos fueron Ana Frank, su hermana (Margot), su madre (Edith Frank) y su padre (Otto Frank). También la familia Van Pels, compuesta por Hermann, su esposa (Auguste) y su hijo (Peter). Y Fritz Pfeffer, el dentista de Mieps Gies, una de las seis personas que les suministraron lo necesario para que sobrevivieran encerrados. Fue Gies quien luego de ese 4 de agosto de 1944, cuando todos fueron descubiertos por el general austriaco Karl Josef Silberbauer, al servicio de Adolf Hitler, decidió ir a la casa y guardar pertenencias, entre ellas el diario de Ana. Terminada la guerra, se lo entregó a Otto Frank, que publicó los escritos y le cumplió el sueño a su hija de ser una escritora reconocida mundialmente. “Hablé con la organización de Ana Frank en Ámsterdam. Ya en el año 2005 se había escrito sobre Van den Bergh, pero él no tiene nada que ver con esto. No sé por qué pusieron su nombre, es muy despreciable porque es un hombre judío. Todo es una mentira y ese libro está prohibido para mí”, aseveró Pick-Goslar.
“Yo me reuní con Otto Frank. Vino a visitarme porque tuve que quedarme en un hospital tras sobrevivir al campo de concentración de Bergen-Belsen; él ya estaba sano. Nos buscó, a mí y a mi hermana, Gabi. Después de la guerra, una tía me dijo que nos iba a llevar a vivir a Estados Unidos, pero mi hermana y yo no queríamos por nada del mundo. Así que terminamos llegando a Palestina, hoy Israel, donde vivo”, explicó Goslar.
Hannah Goslar siempre tuvo la duda respecto a qué había pasado con su amiga Ana. Pensó que había viajado a Suiza, mientras ella en Ámsterdam vivía su propio cautiverio. Cayó en Westerbork en junio de 1943, un lugar holandés donde mantenían cautivos a judíos como ella.
El 15 de febrero de 1944 fue enviada al campo de concentración de Bergen-Belsen, en Alemania, junto con su hermana, Rachel Gabrielle, conocida como Gabi, entonces de 4 años de edad. Su madre, Ruth Klee, murió en el parto de su tercer hijo, al igual que el bebé que venía en camino, y su padre, Hans Goslar, falleció mientras soportaba con ellas. “Mi hermana está viva gracias a Dios, todo fue un milagro”, dijo.
Durante su estadía allí, dio cuenta de uno de los hechos más emotivos de la guerra, los mismos que le siguen arrancando lágrimas. Su reencuentro con Ana Frank. “Estábamos en dos campos diferentes, pero llegué a Bergen-Belsen porque tenía papeles para ser intercambiada, y los rusos se estaban acercando cada vez más a los alemanes. Me enteré de que Ana estaba allí”.
Ana había soportado Auschwitz, el más salvaje de los campos, y había sido enviada a Bergen-Belsen. “Me acerqué lo más que pude a una celda, era demasiado peligroso, y una mujer la trajo a una reja; pudimos hablar de frente y mirarnos a los ojos”, recordó. “Lloramos mucho y hablamos de lo que estaba sucediendo. Me pidió comida y, después de algunos días, le llevé algo”.
Hanneli la notó muy deteriorada, con pérdida de cabello, demasiado delgada. “Nunca más la volví a ver porque la movieron a otro lugar”, lamentó. Se estima que Ana murió en febrero de 1945 de tifus, virus adquirido por estar en contacto con pulgas infectadas y producto de las condiciones infrahumanas en las que estaban a manos de los nazis. Margot Frank murió de lo mismo días antes.
El campo de Bergen-Belsen fue liberado el 15 de abril de 1945 por tropas británicas, y la Segunda Guerra Mundial terminó de manera oficial el 2 de septiembre de 1945. Faltó poco para que Ana Frank y millones de judíos sobrevivieran.
La película
El primero de febrero de 2022, Netflix presentó Mi mejor amiga Ana Frank, una cinta sobre Ana y Hannah Goslar. Allí se narran varios de los hechos contados por Goslar. Josephine Arendsen, como Hannah, y Aiko Beemsterboer, como Ana, ambas de Países Bajos, protagonizaron el filme.
“Sigue siendo muy lejano a la realidad. Es mucho, pero mucho más ficción que realidad. Al final, nadie podía irse, nadie tenía derechos, nadie podía tomar nada. Por eso no es tan parecido”, aseveró. Finalmente, Hannah Pick-Goslar fue consultada sobre Colombia. “Sé que han luchado por lograr y mantener la paz. Eso es admirable. Deben hablar, ser unidos y no dispararse entre sí. Solo traten de generar y tener más paz juntos, y así el mundo será mucho mejor”.
Por:
Alfonso Rico Torres
aricot@semana.com
Julio Artuz contribuyó a la traducción de esta entrevista