Este jueves 17 de agosto quedará en la memoria de los colombianos como el día en que un sismo de 6,1 sacudió Bogotá y que desencadenó 48 réplicas en todo el país. Las alarmas sonaron, millones de personas evacuaron y, por fortuna, no hubo que lamentar pérdidas humanas por caídas de edificaciones o derrumbes. Sin embargo, quedó en evidencia que no hay una cultura sísmica y que falta mucho por hacer para evitar entrar en pánico ante estas eventualidades propias de la naturaleza.
Uno de los países referentes que Colombia debería mirar es Chile, una nación que se encuentra en el anillo de fuego del Pacífico, lo que la hace más propensa a los terremotos de gran alcance. Sin embargo, Chile ha tenido que aprender sobre la marcha. El Gobierno comenzó a trabajar en un plan de prevención del riesgo y desastres después del terremoto de 8,8 en 2010, temblor que afectó las zonas costeras de parte importante del país. Además, provocó un tsunami.
En ese momento murieron más de 500 personas y unas 500.000 viviendas sufrieron graves daños. Se considera el peor sismo de la historia reciente, desde 1960, cuando el fatídico terremoto de Valdivia mató a más de 20.000 personas.
Carmen Paz Castro, experta en reducción del riesgo de desastres de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, aseguró, en un artículo publicado por esa institución, que la clave ha sido impulsar un “enfoque preventivo”.
En ese sentido, Colombia debería trabajar más en la construcción de un plan de prevención robusto que permita estar preparados ante una eventual tragedia causada por un terremoto. “El país requiere de un sistema de gestión del riesgo muy robusto y transversal, que se haga cargo del escenario multi amenaza en que vivimos, por lo cual todos los sectores deben estar convocados como responsables y coordinados para actuar en conjunto y no generar duplicidades de esfuerzos”, explicó la docente.
Paz Castro también propone que reducir el riesgo es una tarea de todos los actores y sectores de la sociedad, “no solo una responsabilidad del Estado ni menos del Gobierno”. Por esa razón, recomienda las redes de apoyo entre vecinos, familiares y amigos.
Temblor en Colombia ha tenido 41 réplicas
El Servicio Geológico Colombiano (SGC) publicó qué tan relevante fue el sismo registrado a las 12:04 p. m. de este jueves 17 de agosto, y que se sintió en gran parte del país, especialmente en ocho departamentos.
Así mismo, el SGC explicó en qué consisten las denominadas réplicas y por qué es tan importante determinar la profundidad de los sismos. A continuación, algunos datos:
Cundinamarca y Meta, los departamentos con más reportes
Conforme con el SGC, hubo casi 2.000 reportes del sismo, que se sintió en más de un centenar de poblaciones en Colombia.
“Hemos recibido más de 1.900 reportes de personas que sintieron el sismo en 115 centros poblados o municipios, principalmente en Cundinamarca, Meta, Caquetá, Risaralda, Caldas, Cauca, Nariño y Santander”, informó.
Un temblor de magnitud 6,1 y profundidad menor a 30 km
De acuerdo con el SGC, el sismo no solo se sintió duro por su magnitud, sino por su profundidad. Entre menos profundo, puede generar mayores afectaciones, por ejemplo. “El sismo principal fue de magnitud 6,1 y su profundidad fue menor a 30 km, lo que quiere decir que fue superficial. La profundidad de los sismos es importante, porque pueden generar más afectaciones entre más superficiales sean”, documentó.
La intensidad, otro indicador clave en los sismos
Los sismos no solo se miden en escalas cuantitativas, como la de Richter, que se concentra en la energía que libera, sino en cualitativas, en las que se determina su intensidad. El SGC lo explicó de la siguiente manera: “Otra forma de medir los sismos es por su intensidad. Esta es una medida cualitativa que describe los efectos causados sobre la superficie en las personas e infraestructura. Para este caso, la intensidad máxima es de 6, que equivale a daños leves”.