Los ojos del mundo se posaron sobre Brasil este 8 de enero, cuando violentas y masivas manifestaciones de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro se posaron sobre algunos edificios gubernamentales, muy al estilo del asalto al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021.
Sin embargo, un punto diferencial entre lo sucedido en Estados Unidos y Brasil fue la interferencia del expresidente Donald Trump, quien utilizó sus redes sociales para incitar a sus seguidores a tomarse el Capitolio al no aceptar los resultados de las elecciones nacionales en las que ganó Joe Biden.
Pero en Brasil la situación incluso, fue rechazada por el mismo Bolsonaro, a quien también llaman el Trump brasileño, pero al parecer, no todos los políticos de la potencia latinoamericana estarían totalmente convencidos de la inocencia del expresidente, por lo que este viernes 13 se informó sobre una petición de investigación contra Bolsonaro.
Fue la Fiscalía General de Brasil la que solicitó al Supremo Tribunal Federal (STF) que incluya al expresidente Jair Bolsonaro en la investigación sobre el asalto a las instituciones brasileñas por parte de simpatizantes bolsonaristas. La solicitud fue presentada por varios miembros del Ministerio Público.
Y ahora corresponderá a la presidenta del STF, Rosa Weber, analizar la petición y decidir si abre una investigación contra Bolsonaro o solamente se queda con el material hasta el momento investigado, haciendo caso a las comunicaciones que emitió el expresidente a través de diversos canales el mismo día de las manifestaciones, según ha informado el diario ‘O Globo’.
Pese a que la petición, firmada por el fiscal general adjunto, Carlos Frederico Santos, no nombra de forma directa al expresidente, sí refleja que es necesario investigar a los que han atacado las urnas, insinuado un fraude electoral o aquellos que han deslegitimado la victoria del actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.
Así mismo, también asegura que son objetivo de estas investigaciones sobre terrorismo los que hayan atacado al Supremo e incluso aquellos que estén en el extranjero. Bolsonaro actualmente se encuentra en Estados Unidos.
Brasil redobla la seguridad
Tras la invasión de las sedes de los tres poderes el domingo en la capital brasileña, entre ellas el palacio de Planalto, Lula anunció este jueves en un desayuno con periodistas que “es hora de una revisión profunda” del equipo que trabaja en el edificio presidencial.
“Estoy convencido de que la puerta del Palacio de Planalto fue abierta para que las personas entraran, porque no hay puertas rotas”, dijo el mandatario de izquierda. “Significa que alguien les facilitó la entrada aquí”, agregó sobre el violento ingreso de los partidarios del expresidente Jair Bolsonaro al edificio.
Las autoridades avanzan en las investigaciones para determinar quién organizó y cómo se financiaron los manifestantes que protagonizaron los violentos disturbios. Miran además si hubo fallas internas por parte de los responsables de resguardar las sedes de los poderes públicos.
Casi 2.000 personas fueron detenidas después de las manifestaciones del domingo, con 1.159 que permanecen recluidas tras ser interrogadas, de acuerdo con el último parte oficial.
El miércoles, el gobierno reforzó las medidas de seguridad, especialmente en Brasilia, donde el acceso a la zona principal de edificios públicos fue cerrado, ante el anuncio en redes sociales de nuevas manifestaciones, que finalmente no se materializaron.
El Ejecutivo instaló barreras físicas para cercar la Explanada de los Ministerios, una larga extensión que concentra las sedes de las secretarías de Estado y que desemboca en el Congreso Nacional, el palacio presidencial de Planalto y el Supremo Tribunal Federal.
La “Mega Manifestación para retomar el poder” fue convocada por redes sociales para la tarde del miércoles en varias capitales estatales. Pero los seguidores de Bolsonaro no acudieron a la cita. En Río de Janeiro, fue dispuesto un nutrido operativo de seguridad en la turística playa de Copacabana, pero los manifestantes no comparecieron.
En Sao Paulo, solo dos jóvenes aparecieron en la principal avenida Paulista vistiendo camisetas verdes y amarillas, los colores de la bandera nacional que se apropiaron los bolsonaristas. Uno de ellos sostuvo que la convocatoria fracasó por temor a las acciones de la justicia.
*Con información de Europa Press y AFP.