Fuertes imágenes llegan desde París, Francia, donde un grupo de manifestantes logró ingresar a las instalaciones de la Bolsa de Valores del país.
En estampida, quienes protestan contra la reforma pensional que aprobó el presidente Emmanuel Macron se tomaron el edificio. La policía de París actuó de manera inmediata para replegar a los manifestantes, quienes causaron daños a la fachada del edificio.
Las autoridades no reportaron heridos, luego de que se tomara nuevamente el control del lugar.
La reforma de las pensiones, aprobada por decreto y promulgada el sábado 15 de abril, provocan desde el pasado mes enero las mayores protestas contra una reforma social en tres décadas en Francia.
“No le pido a la gente que tome las decisiones complicadas por mí, seguiremos mejorando las cosas sobre las condiciones laborales”, le respondió Macron a una joven manifestante.
“Tengo 34 años, estoy realmente preocupada. Sólo le pedimos una cosa, una señal de apaciguamiento, algo que no estamos viendo ahora mismo”, replicó la mujer.
Hasta en los colegios protestan contra Macron y su reforma
Macron nuevamente enfrentó a cientos de manifestantes durante una visita a un centro educativo en el sur de Francia, donde las fuerzas de seguridad tuvieron que confiscar cacerolas para evitar protestas ruidosas.
La visita al colegio de secundaria Louise Michel de Ganges, al norte de Montpellier (sur), es el segundo desplazamiento público de Macron desde la promulgación de su impopular reforma de las pensiones.
“Los huevos y las cacerolas sirven sólo para cocinar en mi casa”, comentó Macron a su llegada a Ganges durante una conversación con el diputado izquierdista Sébastien Rome, que le aseguraba que la “resistencia” estaba “un poco más lejos”, aunque “no se la oyera”.
El prefecto de la zona prohibió los “dispositivos sonoros portátiles”, por lo que los gendarmes confiscaron cacerolas a los manifestantes y los mantuvieron bastante alejados de la delegación del presidente, usando incluso gases lacrimógenos.
“¿Se puede salir de una crisis democrática prohibiendo cacerolas?”, se preguntó la diputada ecologista, Sandrine Rousseau. “Esperamos con impaciencia el proyecto de ley que prohibirá su venta”, ironizó el portavoz comunista Ian Brossat.
El mandatario liberal, de 45 años, ya fue acogido con abucheos y caceroladas en Sélestat (noreste), donde había reanudado sus visitas por Francia con el objetivo de defender su plan de 100 días para superar la crisis social y política que generó su reforma.
En Ganges, prometió así aumentar el salario de los docentes “entre 100 y 230 euros netos al mes” (110 y 250 dólares), ya que “hay que reconocer y pagar mejor a los profesores”.
Pese al rechazo de los sindicatos y una gran mayoría de los franceses, según los sondeos, Macron presentó una ley para retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años y la adoptó por decreto en marzo, al temer perder la votación en el Parlamento.
Para intentar pasar página rápidamente del conflicto social, se dio el lunes 100 días e inició una gira por Francia para defender los asuntos con los que quiere relanzar su segundo mandato hasta 2027, como la reindustralización o la educación.
*Con información de AFP.