Este miércoles, 19 de julio, Perú vive lo que algunos sectores han denominado como la ‘Tercera Toma de Lima’, una forma de protestar y exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, quien hace casi dos semanas completó siete meses en funciones. Las primeras horas de la jornada transcurrieron en aparente normalidad.
Sin embargo, a medida que se acercaba el mediodía empezaron a registrarse los primeros choques con las fuerzas de seguridad, uno de los cuales se presentó en la ciudad de Huancavelica, donde han estado presentes los gases lacrimógenos. En videos que ya circulan por redes sociales, se observa el caos que empezó a ocupar el primer plano.
“Hay niños, hay madres”, “El pueblo unido, jamás será vencido” y hasta acusaciones como “asesinos” son parte de las consignas que se alcanzan a escuchar.
El llamado a las calles fue convocado por sectores antigubernamentales que insisten en varios de sus pedidos: la salida de Boluarte, el adelanto de comicios generales, el cierre del Congreso y una convocatoria para que se redacte otra Constitución. Esas peticiones fueron reafirmadas un día antes por uno de los representantes gremiales.
“La marcha es democrática. El día de mañana reactivamos las movilizaciones a nivel nacional para pedir la renuncia de Dina Boluarte y nuevas elecciones generales”, dijo a la AFP el secretario general de la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP), Gerónimo López.
Sobre el mediodía de este miércoles las marchas ya estaban en la plaza San Martín, punto que en anteriores concentraciones ha sido escenario de enfrentamientos.
Por su parte, la Superintendencia de Transporte informó que había bloqueos en al menos siete carreteras de todo el país en múltiples regiones involucradas. “Hasta el momento se han bloqueado vías en 16 provincias”, dijo en conversación con Exitosa Rolando Luque, adjunto de la Defensoría del Pueblo en materia de conflictos sociales y gobernabilidad.
“La mayoría de estas vías son locales e interdepartamentales. Muchas de las marchas y bloqueos son intermitentes”, agregó Luque. La Defensoría del Pueblo dijo que, en el caso de Ayacucho, algunos ciudadanos no habían podido cumplir sus citas médicas por la falta de transporte público y que, en general, los servicios asistenciales brindaban con ‘normalidad’ sus servicios.
En cuanto a Arequipa, ese organismo aseguró que estuvo en la “terminal terrestre donde comprobamos suspensión de venta de pasajes debido a anuncios de movilizaciones. No obstante, verificamos que transporte interregional se desarrolla con normalidad”.
Boluarte pidió que las marchas fueran en paz
Previamente, la jefa de Estado pidió a los manifestantes que las marchas fueran pacíficas. Además, hizo un llamado los representantes gremiales a priorizar el diálogo y enfatizó en que no se avalará el caos. “Respetamos las marchas de protestas pacíficas, pero también les decimos que actos de violencia no se van a permitir”.
“Esperamos todos los peruanos que esta movilización (...) sea dentro del marco constitucional, una marcha pacífica, sin generar violencia, caos, crisis o querer protagonizar un anarquismo en el país”, dijo Boluarte desde el Palacio de Gobierno.
Boluarte presentó a comienzos de año dos proyectos al Legislativo para adelantar las elecciones a 2024; sin embargo, por falta de acuerdo ambos fueron rechazados, lo que avivó aún más la incertidumbre y crisis política.
Las hostilidades en la nación andina empezaron a tomar mayor fuerza cuando el 7 de diciembre de 2022 Pedro Castillo intentó disolver el Congreso y, horas más tarde, fue destituido y encarcelado. Actualmente, el exmandatario permanece en prisión preventiva, mientras insiste en que ha sido víctima de “persecución”.
Desde entonces, han sido numerosas las protestas que, hasta el momento, se saldan con alrededor de 50 muertos. De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de esta cifra una veintena ha recibido impactos de bala por parte las Fuerzas Militares.
*Con información de la AFP.