Una jueza estadounidense fijó para octubre el comienzo del proceso de Twitter contra el magnate Elon Musk para forzarlo a comprar la red social en 44.000 millones de dólares. La jueza accedió así a la demanda de Twitter de hacer un juicio rápido y el proceso tendrá una duración de cinco días.

La batalla judicial entre Twitter y Musk se abrió así el martes 19 de julio, una semana después de que la red social iniciara una querella contra el fundador de Tesla y SpaceX para tratar de obligarle a adquirirla. La plataforma recurrió a un tribunal especializado en derecho empresarial en el estado de Delaware, luego de que Musk abandonara el acuerdo de compra, que incluía una cláusula de recisión.

Esta era una audiencia preliminar dentro de una batalla legal sin precedentes entre el hombre más rico del mundo y la popular red social. A pesar de que atraviesa una crisis reputacional por la andanada de ataques y críticas de Musk, “las acciones de Twitter han estado en buena forma” desde que presentó la demanda, dijo el analista Dan Ives de Wedbush Securities.

“Da la impresión de que muchos inversores que leyeron la demanda concluyeron que este enfrentamiento tipo Game of Thrones en la corte terminará con una victoria de Twitter”, sostuvo.

Al decir “victoria”, Ives se refiere a que la jueza decida obligar a Musk a comprar la compañía californiana al precio que se pactó a finales de abril (54,20 dólares por acción) o que pague una considerable indemnización.

El magnate deshizo unilateralmente el acuerdo el 8 de julio, tras alegar que la junta directiva de Twitter no le había entregado información confiable sobre la cantidad de cuentas falsas activas en la red. El litigio estará en manos de la Corte de Chancery, en el pequeño estado de Delaware, Estados Unidos, que se especializa en derecho empresarial. Su presidenta Kathaleen McCormick tomó el caso. “Es una jueza muy seria, no se dejará intimidar por ninguna de las partes. (...) En el pasado, no ha sido blanda con quienes muestran mala fe”, afirmó Adam Badawi, profesor de Derecho de la Universidad de Berkeley.

En su demanda, Twitter precisamente acusa a Musk de “hipocresía” y “mala fe”. “Después de armar un gran show para ir por Twitter, y de proponer y luego firmar un acuerdo de fusión, Musk cree que es libre (...) para cambiar de opinión, difamar a la compañía, interrumpir su negocio, destruir el valor de sus acciones y lavarse las manos”, explicaron los abogados de la empresa.

Kathaleen McCormick es conocida por haber obligado a Kohlberg, una empresa que también intentó salirse de un compromiso, a comprar la empresa DecoPac. La red social utilizada en todo el mundo por políticos, celebridades, activistas e influencers, parece tener poco que ver con compañías más pequeñas.

Sin embargo, “no es suficientemente diferente para que Delaware arriesgue su reputación y decida no implementar los términos del acuerdo”, considera Badawi.

Los expertos anticipan que habrá que analizar “montañas de datos” para demostrar, como afirma Musk, que la plataforma tiene muchas más cuentas automatizadas y de spam que el 5 % oficial que ha presentado. El magnate y la junta directiva de Twitter aún pueden optar por cerrar el trato en un precio ligeramente más bajo del pactado para evitar seguir con el litigio.

“Pero eso sería un pensamiento racional”, advierte Badawi, en referencia al carácter impredecible de Elon Musk, quien según el experto actúa como un “electrón libre”.

Con información de AFP