El fútbol podría ser fácilmente el deporte que más desate pasiones entre los aficionados, aún más en la actualidad, cuando restan menos de 50 días para la Copa del Mundo Catar 2022, en la que no participará la Selección Colombia, pero que para otros países de esta parte del mundo no deja de revestir una importancia máxima. Por Conmebol los clasificados a la cita orbital fueron: Argentina, Brasil, Uruguay y Ecuador.

Así las cosas, la previa de este magno evento tiene varios atenuantes y entre los más importantes está, desde hace muchos años, llenar el álbum oficial del certamen, donde como es costumbre salen las nóminas completas de las selecciones, los estadios, escudos y otro tanto de fichas que para los amantes se convierten desde el día que salen hasta que logran completarlo en su totalidad, en una carrera casi frenética.

Decenas de vendedores ambulantes, entre ellos migrantes venezolanos, viven una pequeña bonanza con la fiebre por el mundial de fútbol | Foto: MARIO VILLALOBOS - SEMANA

En Colombia, desde hace un par de meses se ha visto a pequeños y grandes con la fiebre del mundial en diferentes partes del país. A pesar de que la Tricolor no hará presencia entre los 32 equipos que disputarán el torneo más importante, la colección del Panini no se ha quedado quieta y de manera acelerada se mueven fichas, cajas y los álbumes en las calles.

Ahora bien, si en Colombia este negocio se ha movido de esa forma tan acelerada sin que el equipo nacional vaya a la cita orbital, no se espera menos de países como Argentina, donde son aún más pasionales por el fútbol y tienen la firme ilusión de que en esta oportunidad, después de tantas tristezas, Lionel Messi por fin podrá consagrarse como campeón mundial.

Una historia refleja lo que es que una pasión pase por encima de la razón. El más claro ejemplo es la de de la abuela de 74 años, Ana del Rosario Mulet, de Mendoza, Argentina, quien ha decido sacar todos sus ahorros de la pensión para llenar la mayor cantidad de libros para sus nietos: “Muchos me critican. Me dicen: ‘Cómo vas a gastar tanto en estampillas’. Yo respondo siempre lo mismo: vivo un momento único con mis nietos. ¿Para qué quiero un plazo fijo? Prefiero gastar la jubilación en paquetes. Nada me llena más. Si usted viera las caritas de mis nietos cuando pegan las estampas”, contó a un medio de su país tras conocerse la historia y hacerse viral.

Entre otros de sus alocados testimonios, señaló la manera en que piensa la vida y por qué hace lo que hace de cara al evento deportivo: “Moneda que voy teniendo, no la llevo al banco, compro un paquete de figuritas para abrir con mis nietos, o un chocolate para regalarles y compartir con ellos. La vida es el hoy”.

A su vez, cuenta por qué lo hace, quiénes son los que la motivan a realizarlo y afirma que ya lleva varios completos: “Muchos de mis nietos ya están grandes. Tengo seis que tienen entre 3 y 16 años. Para ellos estoy juntando las estampas. Ya estoy pegando jugadores en el cuarto álbum”.

Es tal su anhelo de que sus nietos tengan en su totalidad llenos los libros, que no es impedimento su edad para cada sábado salir a encuentros con las autoridades municipales de la entidad a la que pertenece y cambiar las fichas que tenga repetidas: “Voy siempre. Llevo las que tengo repetidas y las cambio con los padres de los chicos”.

Finalmente, sin importarle lo que puedan pensar de ella, Mulet dice que ha perdido la cuenta de su gasto, situación que le es completamente irrelevante: “¿Le digo la verdad? No sé cuánto dinero llevo gastado en álbumes, pero no me preocupa”.