Estados Unidos vive un periodo convulso y polarizado al extremo al cumplirse más de la mitad del mandato del presidente demócrata Joe Biden. Las discusiones alrededor de lo que ha sido su periodo en la Casa Blanca por ciertos manejos y promesas incumplidas no han sido un problema para que esta semana el gobernante, de 80 años, anunciara su intención de volver a las urnas para buscar la reelección.

Biden venía aplazando el anuncio desde hace tiempo, aunque para todo el mundo en el Gobierno y en el Partido Demócrata era un secreto a voces que iba a volver a lanzarse. Sin embargo, el momento parece difícil, en principio, porque las encuestas no lo acompañan.

Según un sondeo de Reuters/Ipsos, solo el 41 por ciento de los estadounidenses apoyan su mandato, y la encuesta de NBC muestra que un 70 por ciento no cree que debería buscar un segundo periodo.

La principal preocupación parece ser la edad de Biden, ya que el octogenario mandatario cumplirá 81 años en noviembre y, si llegase a ser reelegido, asumiría con 82 años y saldría de la Casa Blanca con 86 años. Esto aumentaría su récord como el presidente más longevo de la historia del país por más de diez años de diferencia con el más cercano, Donald Trump, que asumió con 70 años.

President Joe Biden speaks as he meets with Colombian President Gustavo Petro in the Oval Office of the White House in Washington, Thursday, April 20, 2023. (AP Photo/Susan Walsh) | Foto: Copyright 2023 The Associated Press. All rights reserved.

Más que la edad, preocupa su salud, pues muchas veces se le ha visto en sus apariciones públicas confundido y perdido, con equivocaciones en sus discursos; yerra en los nombres de las personas y sus asistentes lo tienen que ayudar en muchas tareas, indicándole, incluso, lo que tiene que decir o dónde debe situarse para sus intervenciones.

Igualmente, Biden arrastra varios lastres de fracasos ocurridos durante su administración y promesas incumplidas, por las cuales muchos votantes le reclaman. En primer lugar, su propuesta de reconciliar a Estados Unidos ha fallado, la polarización y el extremismo se mantienen y los fanáticos conspiracionistas favorables a Trump siguen siendo el pan de cada día en la nación norteamericana.

En segundo lugar, el mandatario se hizo elegir con la promesa de que reactivaría la economía del país luego de estar bastante golpeada tras la pandemia de la covid-19. Si bien logró reducir el desempleo a un 4 por ciento y retomar la senda del crecimiento económico con un alza del 2 por ciento al cierre de 2022, la inflación sigue alta y la desigualdad aumentó después de más de diez años.

En otras materias, Biden no logró prohibir el acceso a los rifles de asalto, pese a sus promesas tras tiroteos masivos. No pudo hacer mucho cuando la Corte Suprema puso fin al derecho al aborto. No frenó los abusos policiales o la ola de sobredosis por los opioides. Además, se le reclama por la violenta evacuación de las tropas estadounidenses en Afganistán, no poder evitar la guerra en Ucrania o la tensa relación que mantiene con el régimen chino de Xi Jinping, que siempre vive al límite.

¿Segundo round?

La verdad es que el Partido Demócrata no tiene a nadie más a quién nominar para hacerle competencia a Trump en caso de que el expresidente gane la nominación republicana, a pesar de los líos judiciales que enfrenta. Los otros nombres que han sonado para la contienda son el de la vicepresidenta Kamala Harris, cuya imagen nunca despegó, la eterna precandidata Elizabeth Warren y Robert F. Kennedy, más conocido por su legado familiar.

El escenario más probable es precisamente un segundo round entre el actual mandatario y su predecesor tras el que se vivió en las elecciones de 2020. Por los lados republicanos, Trump la tendrá más difícil contra sus adversarios más jóvenes y populares, como el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur, que amenazan con quitarle la nominación republicana y podrían, según las encuestas, darle más pelea a una candidatura de Biden.

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Otro factor para tener en cuenta son los problemas judiciales de Trump, que lo tienen contra las cuerdas. En primer lugar, la acusación de la actriz de cine para adultos Stormy Daniels, quien lo acusa de haberla sobornado.

Segundo, el escándalo de los documentos clasificados encontrados en su casa en Florida, las actuaciones como presidente durante el asalto al Capitolio a inicios de 2021 y los intentos cuando aún era mandatario para cambiar los resultados de las elecciones en el estado de Georgia con el objetivo de ser reelegido. Alguno de estos casos, si prospera lo suficiente, podría dejarlo afuera de la carrera o al menos muy herido.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis es un duro opositor de Trump | Foto: Con derechos gestionados de Getty Images

Desde ambas esquinas del ring, cada una de las campañas cree que está en el escenario perfecto si se enfrentan Biden y Trump entre sí. El Partido Demócrata está convencido de que luchar contra el exmandatario será sencillo por ser un candidato muy radical que genera más odios que amores, mientras que los republicanos consideran que la pelea contra el presidente debe ser fácil por su errático mandato y su avanzada edad.

Por extraño que parezca, la mayor preocupación de los votantes sobre Biden no es precisamente una fortaleza de Trump: la edad. Si bien el actual presidente es mayor que su contrincante republicano, Trump no está precisamente en la flor de su juventud, y, si llegara a ganar las elecciones del próximo año, se posesionaría cerca de los 78 años para salir del poder a los 81. Sumada a su conocida frágil salud y malos hábitos alimenticios, podrían poner su condición también en riesgo.

“Con una presidencia tan calamitosa, es casi inconcebible que Biden haya siquiera pensado en postularse para la reelección. Ha destruido nuestro país. Y, sin embargo, dice en su anuncio que quiere terminar el trabajo. Yo digo que quiere terminar el trabajo de destruir nuestro país”, fue lo que manifestó el exmandatario al reaccionar sobre el lanzamiento del demócrata, como clara muestra de que los ataques voraces contra sus rivales seguirán siendo su estrategia de campaña.

Ahí es donde podría estar precisamente la clave para Biden, que, si bien ha tenido varios fracasos durante su mandato, se sigue viendo como una opción moderada frente a Trump.

En la encuesta de Reuters/Ipsos, el actual mandatario estadounidense ganaría en una hipotética elección contra su predecesor con 43 por ciento de los votos frente a 38 por ciento del republicano. Además, la ventaja solo aumenta contra otros candidatos rivales.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden | Foto: Con derechos gestionados de AFP

Aún es pronto para saber qué pasará en las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos. Dependerá mucho de la situación de Trump, la cual marcará qué tan duro será el intento de reelección de Biden, quien, si no encuentra un rival fuerte, podría tener una reelección de trámite. Esto, a pesar de los altos puntos negativos de su mandato como presidente.

Aun así, verse como una solución tranquila mientras surgen otros liderazgos o se afianzan algunos parece ser la convicción de la mayoría de los estadounidenses hoy por hoy, aunque todo podría cambiar con el pasar de los meses. Por ahora, es oficial. Donald Trump y Joe Biden podrían enfrentarse de nuevo por la Casa Blanca.