Ucrania desde hace más de dos meses se convirtió en el epicentro mundial del terror y la barbarie. Todo empezó cuando el régimen de Putin lanzó el 24 de febrero la llamada “operación militar especial”, que desde entonces ha servido no solo como un eufemismo para la guerra, sino una excusa para pasar por encima de la población.
Los ciudadanos son las víctimas silenciosas en un conflicto que, además de miles de soldados muertos, deja 2.787 civiles fallecidos en medio de la confrontación, según cifras que lanzó esta semana la ONU. Pero con la salida de las tropas rusas de una parte del país al concentrar su invasión en la zona oriental ucraniana, el mundo se ha vuelto testigo de las atrocidades de parte de Rusia.
La defensora del pueblo ucraniana, Liudmila Denisova, remarcó esta tragedia en una entrevista a medios de su país, en la que contó las barbaridades que sufrieron los ciudadanos a manos de los soldados rusos, quienes usaron la violencia sexual como un arma de guerra para amedrentar a la población.
Durante la entrevista, la funcionaria contó que se han denunciado más de 400 casos de abuso sexual de parte de las tropas rusas durante la ocupación parcial en Ucrania, y que, a medida que los soldados del Kremlin abandonaron las zonas aledañas a Kiev, estos se hicieron conocidos para el mundo.
Denisova relató algunos de los crudos hechos que llegaron a su oficina. Uno de los más estremecedores señaló que, durante la ocupación de una de las poblaciones aledañas a Kiev, un soldado ruso violó a una mujer ucraniana durante varios días y le dijo: “Me he enamorado de ti. Quiero que vengas conmigo a Rusia. Ella respondió que no con la excusa de que tenía que cuidar de su madre. Y, como respuesta, él mató a la madre”, relató la funcionaria.
También contó que una niña de 14 años de Bucha fue violada por cinco rusos y ahora está embarazada. La menor planea quedarse con el bebé después de que los médicos advirtieran que, si se sometía a un aborto ahora, dada su edad, es posible que no pueda tener hijos en el futuro, según el informe.
Los terroríficos casos no han discriminado el género de las víctimas, que poco tienen que ver con el conflicto. “Por ejemplo, un hombre de 45 años de la región de Kiev, que no estaba siendo reclutado, salió a buscar agua y fue brutalmente violado, golpeado y arrojado a la carretera. Cuando llamó, dijo: ‘Probablemente pensaron que estaba muerto’”, contó Denisova.
Otro hecho de extrema gravedad es el de un niño de 11 años violado frente a su madre por un soldado ruso. La mujer fue atada a una silla para ver. Esto también sucedió en Bucha, una de las poblaciones más afectadas por la guerra y en donde hace unas pocas semanas se reveló cómo las tropas rusas masacraron a la población y destruyeron gran parte de la ciudad.
Los abusos en masa fueron una constante en Bucha, según contó la funcionaria. “Aproximadamente, 25 niñas y mujeres, de entre 14 y 24 años, fueron violadas de forma sistemática durante la ocupación en el sótano de una casa en Bucha”. De estas, nueve habrían resultado embarazadas y ahora se debaten en si abortar o tener los niños, a pesar de las circunstancias.
Durante semanas, Bucha fue un verdadero infierno para los ciudadanos ucranianos que permanecían en la población. Esta semana también trascendió el caso de Karina Yershova, una joven que cuando inició la guerra subestimó el alcance de las tropas rusas y se mantuvo en casa. Después de que los soldados de Rusia sitiaron la ciudad, fue retenida al ir a comprar comida y le dispararon en varias ocasiones, la curaron para que no se desangrara, abusaron de ella y luego la asesinaron a sangre fría.
La defensora del pueblo relató que por las líneas de ayuda llegó otro terrible atropello a sus oídos. “Una joven llamó para decirnos que su hermana menor, de 16 años, fue violada en plena calle delante de ella. Mientras abusaban de ella, le gritaban: ‘Esto le pasará a todas las prostitutas nazis’”, afirmó.
“Me contó que había estado como prisionera, en un sótano, y que allí estaba el cadáver de su madre, asesinada delante de sus ojos. Los soldados rusos la violaban todos los días. Y, cuando se desmayó, le echaron agua fría en la cara y la siguieron violando. Los soldados le dijeron que no daría a luz a un bebé ucraniano, porque después de eso no querría volver a acostarse con un hombre”, relató un testimonio dado a conocer por la RFI acerca de una menor de 15 años en Bucha.
Las ONG que han tratado los casos cuentan que no es la primera vez que Rusia usa el abuso sexual como un arma de guerra, arbitrariedades similares se vivieron cuando las tropas prorrusas invadieron el oriente del país. “El primer testimonio que recibimos fue el 4 de marzo, en Jersón. Una mujer nos contó que ella y su hija habían sido violadas en una reunión, una delante de la otra, por soldados rusos. En 2014 ya tuvimos este tipo de testimonios durante el conflicto en el Donbás. Sabíamos que ahora habría nuevos casos”, contó en la RFI la psicóloga ucraniana Aliona Krivuliak.
Según un documento de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (Osce), durante la invasión en Ucrania las tropas rusas han vulnerado en múltiples ocasiones el derecho internacional humanitario. “Los informes indican casos de violencia de género relacionada con el conflicto, como violación, violencia sexual o acoso sexual”, relató el comunicado.
En la oficina de la Defensoría del Pueblo de Ucrania, hay reportados oficialmente 12 embarazos forzados, pero se cree que el número es muy superior. Asimismo, para los refugiados la pesadilla es aún mayor, porque muchos salieron hacia Polonia donde el aborto es legal bajo casos de abuso, pero, al no existir un caso penal, el proceso se hace casi imposible de momento.
La difícil tarea para las autoridades ucranianas será poder asistir a las víctimas, que quedaron marcadas de por vida por parte de las inhumanas tropas rusas, que decidieron acabar con su dignidad y someterlas a tratos denigrantes. La primera de las acciones la tomó la Federación Internacional de Planificación de la Familia, la cual ha enviado cerca de 2.880 paquetes de la píldora del día después a Ucrania para evitar embarazos no deseados.
Ahora, distintas fundaciones del mundo se unen en torno a los ucranianos afectados por los crímenes de violaciones y tortura de las tropas rusas. Dichas organizaciones ofrecen muchas veces de manera gratuita asistencia humanitaria, médica, psicológica y jurídica, a la vez que visibilizan los casos para que el mundo se congregue en un rechazo generalizado hacia Rusia.
A menos que las víctimas lo acepten, su identidad es salvaguardada por las autoridades ucranianas para evitar que sean estigmatizadas. Por ejemplo, muchas de las mujeres que sufrieron dichos abusos se encuentran ahora en un refugio en una locación oculta.
A pesar de los duros testimonios, los cientos de casos, las certificaciones internacionales que atestiguan los abusos y crímenes de guerra, desde el régimen de Rusia han negado de manera contundente que sus soldados hayan cometido tales delitos o agresiones sexuales durante la invasión a Ucrania.
Por ser una noticia de interés mundial, todo el contenido sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania será de libre acceso para nuestros lectores en todas las plataformas digitales de SEMANA.