Días después del intento de golpe de Estado perpetrado por manifestantes que siguen a Bolsonaro, el miércoles 11 de enero se convocó nuevamente a manifestarse en contra del presidente Lula da Silva.
Tres días antes se pudo ver por todo el mundo cómo los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro quisieron tomarse el Palacio presidencial, el Congreso y la Corte Suprema. Sin embargo, la orden federal proveniente de la presidencia que le permitió a la Fuerza Militar devolver el orden impidió que los manifestantes lograran su cometido.
Por medio de redes sociales, varios colectivos y grupos seguidores de Bolsonaro manifestaron que sobre las seis de la tarde, hora de Brasil, convocarían nuevamente a manifestaciones en contra de la administración de Lula. Las ciudades en donde se concentrarán será en las principales del país, como lo son Brasilia, São Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte.
Por otro lado, estas marchas, además de estar en contra del presidente actual, también responderán a las manifestaciones que se presentaron ayer en apoyo a Lula. Después del fallido golpe de Estado por parte de los bolsonaristas, las personas y organizaciones civiles salieron a las calles el 10 de enero como apoyo a Lula. Las ciudades en donde se presentó mayor aglomeración fueron São Paulo y Brasilia.
Aproximadamente al medio día, en São Paulo se reunieron los manifestantes frente a la entrada de la Facultas de Derecho de la USP. La marcha fue convocada, justamente, por el Colectivo USP bajo el lema: “En defensa de la Democracia ante los graves hechos golpistas ocurridos en Brasilia y otras ciudades del país”.
En otro punto de la ciudad, aunque a las 6:00 de la tarde, movimientos populares liderados por Pvo Sem Medo, Brasil Popular y CUT San Pablo, protestaron en contra de los actos ocasionados días anteriores. “Estamos presentes en la Avenida Paulista, por la lucha de la democracia. No estamos de acuerdo con lo acontecido en Brasilia y además tenemos que estar presentes en las calles. Tenemos que hacer todo lo necesario para mantener la democracia”, puntualizó Moisés Selegres, presidente del Sindicato de los Metalúrgicos, gremio que simpatizó con la manifestación.
Brasilia, la ciudad epicentro de los ataques por parte de los manifestantes afines a Bolsonaro, fue el escenario de otra manifestación a favor de Lula. Mientras se movilizaban en São Paulo, el Partido de Trabajadores convocó a una marcha en las principales vías de la capital. En medio de esta, la presidente del partido, Gleisi Hoffmann, dijo lo siguiente en sus redes sociales: “A partir de ahora estamos en movilización permanente. Mañana al final de la tarde tendremos actos en defensa de la democracia y contra los delincuentes en varios lugares de Brasil. Además de la ofensiva judicial y policial tenemos la popular”.
Fue tanto el apoyo hacia el mandatario actual y la no legitimidad de las manifestaciones del domingo que también se presentaron convocatorias alrededor del mundo. Seguidores de Lula se manifestaron en Nueva York, Buenos Aires, Berlín, Barcelona, Roma, Dublín, Ciudad de México, Lisboa y Zúrich.
Como medida de protección frente al ataque de la masa radical de Bolsonaro, el gobierno de Brasil reforzó la seguridad en el país. El Ministro de la Presidencia, Rui Costa, declaró que la Abogacía General de la Unión y la Fiscalía le solicitaron a la Corte Suprema tomar las medidas necesarias para asegurar la seguridad frente a otro intento de carácter ‘terrorista’, ‘violento’ y ‘vandálico’.
“Determinamos medidas para reforzar la seguridad en todo el país debido a que están circulando invitaciones a nuevas manifestaciones. Por eso, adoptamos una posición de precaución en torno a la seguridad de la Explanada de los Ministerios y en ciudades de todo el país”, sostuvo Costa con respecto a la medida.
Hasta el momento, lo ocurrido en la capital de Brasil ha dejado el saldo de 1.500 detenidos por parte de las autoridades, quienes fueron catalogados como personas que cometieron ‘actos terroristas’.