"Hemos perdido tantas cosas, que terminamos también perdiendo el miedo”, responde a DW Gustavo Villasmil con la cita de un graffiti caraqueño. El doctor Villasmil Prieto es médico internista y profesor de la Universidad Central de Caracas (UCV) y a menudo se encuentra ante la siguiente situación: ni los pacientes tienen con qué pagar un medicamento, ni su consultorio ni nadie tiene el medicamento. Describir la situación hospitalaria en Venezuela, contar la desesperación de los pacientes en busca de cura o preguntarse ¿cómo llegamos a esto? es riesgoso en la Venezuela de hoy. Los médicos venezolanos están por estos días especialmente en la mira del régimen de Nicolás Maduro por haber tratado de alertar a la misión de la ONU, actualmente de visita en el país, sobre la grave escasez de equipos y medicamentos. Ya algunos cuestionan, por ello, la veracidad de los reportes que recibirá la médica Michelle Bachelet, alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. ¡Como por arte de magia! El médico Keyner Celis fue sacado a la fuerza del Hospital José María Benítez, estado de Aragua, por denunciar la crisis humanitaria, informó este 18 de marzo en Twitter el diputado de la Asamblea Nacional (AN) José Manuel Olivares. También hay reportes de que el médico Carlos Prosperi fue arrestado por haber dado información a la prensa. Le puede interesar: Cerca de 800.000 personas mueren al año en el mundo por la falta de acceso a agua potable "Esta mañana sacaron a la fuerza a la presidenta de la Escuela de Medicina del hospital de Maracay, y desde entonces no sabemos dónde se encuentra", dijo el 11 de marzo a afp Jaime Lorenzo, director ejecutivo de la ONG Médicos Unidos. Algo similar le ocurrió este 16 de marzo al médico Ronnie Villasmil, integrante de Médicos Unidos por Venezuela, cuya casa fue allanada en Carabobo. Enfermeras de hospitales visitados por la misión de la UNO se aterran de que ahora, "como por arte de magia”, haya comida para los pacientes, se pinten paredes y lleguen jeringas, todo bajo el control de "colectivos” que vigilan la conducta del personal hospitalario y advierten que esos insumos "serán recogidos luego”. Salud en Venezuela: de pionera a caso perdido ¿Cómo llega Venezuela a esta situación, si en 1962 tenía más camas que Alemania y había vencido la malaria primero que Italia, el país que le dio su nombre? Según la Encuesta Nacional de Hospitales 2018, de 18.300 camas hospitalarias disponibles en 40 hospitales públicos, el 33% está inoperativa. Y, con respecto a la malaria, Venezuela registra en 2019 un millón de casos. Peor aún, resalta Villasmil, "Luisana Melo, la única ministra de Salud chavista que compareció ante el Parlamento en 20 años, reconoció en 2016 que el 31% de los enfermos admitidos en hospitales públicos muere”. Hoy Venezuela, se ha convertido, en efecto, en un riesgo epidémico para la región, como lo confirma a DW la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El Hospital José María Vargas de Caracas fue inaugurado en 1891. El “Vargas” es una réplica del Lariboisière de París y trabaja en cooperación con la Universidad Central de Venezuela. Pero el desmantelamiento de la salud pública en Venezuela no empezó con Chávez, aunque sí se agravó. "A mediados de los 70, en los tiempos del primer auge petrolero, que creó un consumismo desenfrenado, la salud fue volcada hacia el sector privado, en detrimento de la atención pública”, explica el profesor Villasmil, quien también es politólogo. Pero luego vino otra fatal decisión que en vez de levantar al enfermo, lo dejó agónico. "Cuando Hugo Chávez (1999- 2013) iba perdiendo el referendo de 2004, quiso reflotar la salud pública, pero no modernizando el sistema hospitalario venezolano sino contratando médicos cubanos. Así, Chávez prefirió pagarle 34 mil millones de dólares al régimen cubano y no invertirlos en la salud pública de Venezuela”, acota el médico internista, quien critica que "ninguno en Venezuela ha podido comprobar que los cubanos son verdaderos médicos, pero sí que a muchos les faltan hasta conocimientos básicos”. No muy lejos del Cuartel de la Montaña, en donde está la tumba del extinto Hugo Chávez, y a unos 500 metros del Palacio de Miraflores, está la parroquia 23 de enero, icónica comuna del chavismo pero en donde también se muere, como en el resto de Venezuela. "Como muchos pacientes saben que pueden correr mayor riesgo en un hospital, prefieren que los atienda en sus casas, porque hoy en Caracas, ni siquiera el emblemático Hospital Vargas funciona plenamente”, cuenta a DW un médico especialista en salud mental, que mientras se escribían estas líneas, advirtió a DW de amenazas contra el personal de su hospital, por parte de "colectivos”, por lo que preferimos no publicar su nombre. Le sugerimos: Gobierno de Venezuela acusa a Trump y a Bolsonaro de hacer una apología a la guerra Medicamentos sin control, médicos sin título "Los pocos medicamentos que el Gobierno ha puesto a disposición entran al país sin ningún control, provenientes de Irán, Palestina, la India, Rusia, o los que comerciantes entran de contrabando desde Colombia”, cuenta el médico comunitario, antiguo chavista, reconociendo que "es muy triste ver morir a pacientes en el quirófano en donde el personal tiene que usar sus celulares para alumbrar la mesa de operaciones”. "Fue justo la atrocidad de este sistema de salud que nos han impuesto la que me hizo perder la creencia en los ideales y decisiones de Hugo Chávez”, confiesa a DW el galeno. A la desconfianza en los médicos cubanos, y en la idoneidad de los jóvenes venezolanos preparados por estos, se suma el arribo de unos 60 palestinos que un día de febrero de 2019 llegaron al hospital vestidos de cirujanos, recetando antidiarréicos producidos en Palestina, pero con quienes una comunicación parece imposible porque solo dicen hablar árabe, como relata el psiquiatra comunitario. "Estamos convencidos de que, como muchos de los supuestos médicos cubanos, se trata de milicianos. Lo sabemos porque ellos mismos nos lo han contado. Nos hemos hecho amigos con algunos cubanos que luego abandonan Venezuela por las "trochas", llaman desde Cúcuta y terminan en América del Sur o Miami”. Pero no solo los médicos cubanos están huyendo de Venezuela; ya lo han hecho más de 20 mil médicos venezolanos, un tercio de los registrados, como lo reseña la última Encuesta Nacional de Hospitales. ¿Qué hacer cuando el Vargas, el hospital emblemático de Venezuela, es ahora conocido como "el hospital de la muerte”? Los hospitales en Venezuela "han pasado de ser salas silenciosas de la batalla contra la muerte, a campos de batalla en donde criminales dictan lo que el personal puede decir o no a la prensa", dice uno de los médicos consultados por DW. Pero no todo parece estar perdido, como lo recalca: "A la mayoría, el único miedo que nos queda es el de no salir de esto”.