La invasión de Rusia a Ucrania, los ensayos con armas de destrucción masiva por parte de Corea del Norte y las provocaciones entre China y Estados Unidos por cuenta de Taiwán han hecho que países que últimamente se han caracterizado como pacíficos tomen medidas militares de manera inmediata.
Ese es el caso de Japón, que mediante su Parlamento nacional aprobó el viernes 28 de abril los nuevos tratados de cooperación militar con Australia y Reino Unido como instrumento de defensa adicional contra la presencia de China en el Indo-Pacífico, en un momento en que las relaciones entre Tokio y Pekín atraviesan “una coyuntura crítica”, según el nuevo embajador de China en Japón, Wu Jianghao.
Los llamados Acuerdo de Acceso Recíproco (RAA) con Londres y Canberra, todavía pendientes de ratificación en los parlamentos británico y australiano, son estructuralmente muy parecidos a los acuerdos militares bilaterales entre Estados Unidos y Japón, que facilitan el despliegue de fuerzas conjuntas en simulacros de combate o en operaciones de ayuda a desastres, informa la agencia oficial de noticias Kiodo.
Estos acuerdos además tienen un alcance jurídico particular al estipular la jurisdicción pertinente en el caso de que un militar cometa un crimen en otros país firmante del tratado, teniendo en cuenta que la pena de muerte sigue vigente en Japón, pero no en Australia ni Reino Unido.
El Gobierno japonés estrecha así todavía más sus vínculos con el eje AUKUS (Australia - Reino Unido - Estados Unidos) dentro de la remodelación integral de su nueva estrategia militar anunciada a principios de este año y que se desvía de su tradicional postura defensiva para adoptar una aproximación más agresiva, en particular en el Indo-Pacífico.
Todo esto se da luego que el nuevo embajador chino se presentara en sociedad no solo avisando del delicadísimo estado de las relaciones bilaterales, sino también de que en modo alguno China permitirá que Japón se entrometa en los asuntos internos del país como, por ejemplo, sus reclamaciones de soberanía sobre Taiwán.
“La idea de que Taiwán está vinculado a la seguridad de Japón es absurda y carece de cualquier tipo de base”, declaró el diplomático de 59 años y experto en las relaciones bilaterales entre ambos países antes de recalcar que su país “en modo alguno tiene intención de tratar a Japón como un enemigo”.
Con todo, las autoridades de Japón han mostrado hoy su “recelo” ante las maniobras militares realizadas por China y Rusia en la región y han advertido de que los intereses nipones “se encuentran ante la mayor amenaza”.
En este nuevo plan que traza la política japonesa en sus aguas territoriales y que también ha sido aprobado el Gobierno japonés también se ha comprometido a aumentar la cooperación entre el Ejército y la Guardia Costera ante posibles emergencias y un aumento de la preocupación por la creciente presencia militar china en la zona.
La tensión en Asia sigue creciendo y la creencia del inicio de un posible conflicto bélico mantiene prendidas las alarmas en la región.
Filipinas también está preocupada por el actuar chino
Al igual que en el caso de Japón, otro de los países que en la región ha mostrado especial preocupación por las acciones que actualmente viene desarrollando China en la zona del IIndo-Pacífico, es Filipinas, cuyas autoridades, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, se pronunció a través de la publicación de un comunicado dirigido al régimen de Xi Jinping, en el que advirtió que las maniobras realizadas la semana pasada por la Guardia Costera de China en el mar de China Meridional son “totalmente incompatibles”, advirtiendo el riesgo que ello ha revestido para la libertad de navegación”, calificándola como una movida “altamente peligrosa”.
De acuerdo con lo recogido por medios internacionales, en su comunicado, las autoridades de Filipinas buscaron reivindicar el derecho que tiene su país para “realizar patrullas marítimas de rutina en sus aguas territoriales”, por lo que les resultan inaceptables algunas acciones disuasorias en respuesta por parte de China.
La preocupación de las autoridades filipinas se ha hecho manifiesta desde el pasado fin de semana, en el marco de una visita oficial adelantada por el ministro de Asuntos Exteriores de China, Qin Gang, a la ciudad de Manila. Precisamente, en ese contexto, se realizaron unas maniobras de vigilancia por parte de una patrulla de la guardia costera filipina, en inmediaciones de terrenos del atolón Second Thomas Shoal, una zona que si bien se disputan varios países, está bajo control militar filipino.
Sobre el particular, y ante la ocurrencia de maniobras por parte de la Guardia Costera de China para interferir la misión de rutina fue calificada por el Gobierno local como un hecho totalmente incompatible con la libertad de navegación, advirtiendo a la vez que esta no sería la única, y que también se ha presentado una serie de incidentes documentados que refirieron maniobras consideradas peligrosas.
Sobre las interferencias, altos funcionarios filipinos han señalado que han revestido una gravedad alta, señalando incluso que estuvieron cerca de derivar en colisión entre embarcaciones.
En ese sentido, se ha revelado que las acciones sobre las que advierte y cuestiona Filipinas, ocurrieron el pasado 19 de abril y otra, cuatro días después, en un hecho aún más significativo y que involucró a dos patrullas a 50 yardas de chocar.
Desde China no se han quedado con los ‘brazos cruzados y han elevado acusaciones en contra de Manila, advirtiendo escenario en los que las fuerzas de Filipinas se han adentrado en aguas territoriales chinas, y denunciando que así han efectuado “movimientos deliberados de provocación”.
En el marco de esas tensiones, también ha trascendido que Estados Unidos y Filipinas han efectuado acciones disuasorias conjuntas, una de ellas el pasado miércoles 26 de abril, cuando activaron o dispararon una salva de cohetes contra un barco que representaba un buque enemigo.
Si bien la acción fue vista con recelo por parte de las autoridades de China, esta es la primera vez que ambos países realizan un ejercicio con fuego real en estas aguas que está en pugna con China.
A su turno, la embajadora de Estados Unidos en Filipinas, MaryKay Loss Carlson, aclaró que los ejercicios militares de su país y el lanzamiento de armamento pesado se desarrollan en medio del “desarrollo de nuestras capacidades y nuestras tropas fortalece la alianza en materia de defensa”, afirmaciones que dio a conocer a través de Twitter.
*Con información de Europa Press.