El argumento de que los pájaros “son drones del gobierno de los Estados Unidos” diseñados para “controlar y vigilar a la ciudadanía” es una tendencia que se ha popularizado en redes sociales de varios jóvenes de la generación Z (nacidos en los últimos años de los noventa e inicios de los 2000). Incluso, ha llegado a aparecer en diferentes anuncios publicitarios de Pittsburgh, Memphis y Los Ángeles.
Taylor Lorenz, reportera de cultura y tecnología estadounidense para la sección de estilos de The New York Times, habló con el líder y fundador del colectivo Birds Aren’t Real (Los pájaros no son reales, en español), Peter McIndoe, en relación con este experimento ideado para burlarse de la desinformación que existe hoy en día, no solo en EE. UU., sino en todo el planeta.
En la nota publicada en ese diario, se manifiesta que ha sido tanto el impacto de la premisa que varias personas creen en su veracidad. Según Elda Cantú, internet se ha convertido en un escenario en el que se propaga todo tipo de información y se hace hasta lo imposible para crear credibilidad en el espectador, a pesar de que sea todo lo contrario. Un ejemplo de esto se da cuando varias personas siguen algunas páginas en redes sociales únicamente porque aparecen animales tiernos, sin ser confiables, especifica la también periodista.
Birds Aren’t Real es un movimiento en el que varios jóvenes se reúnen y visten camisas alusivas a su ideología. Ellos saben que su teoría es falsa, inventada, pero Lorenz comunica que es un movimiento social paródico con un propósito: en el mundo de la posverdad (en que los datos objetivos tienen menos importancia), estos jóvenes han criticado, combatido y burlado la desinformación, un intento de “desbaratar la madriguera del conejo con el absurdo”, dice la periodista.
McIndoe, de 22 años, le dijo a Lorenz que “al lidiar con el mundo de la desinformación durante los últimos años hemos sido muy conscientes de la línea que pisamos” y añadió que “la idea pretende ser muy absurda, pero nos aseguramos de que nada de lo que decimos sea demasiado realista. Eso es algo que hay que tener en cuenta al salir del personaje”.
Por otro lado, Claire Chronis, de 22 años, organizadora de Birds Aren’t Real en Pittsburgh, manifestó que este movimiento “es una forma de combatir los problemas del mundo que no se pueden combatir de otra manera”.
Gran parte de los jóvenes que conforman la ‘brigada de los pájaros’ manifiesta haber nacido y rodearse de la desinformación. Para muchos, es una forma de enfrentarse a las situaciones de su diario vivir junto a las conspiraciones que día a día se crean en el mundo.
Cameron Kasky, de 21 años, le comentó a la periodista del diario estadounidense que este movimiento la hace reír: “Parar un segundo y reír. En un momento singularmente sombrío para alcanzar la mayoría de edad, no está de más tener algo de lo que reírse juntos”.
Desde luego, McIndoe manifiesta haber vivido en un mundo de conspiraciones durante la mayoría de su vida y que YouTube, a través de documentales y videos, le ha abierto los ojos y mostrado una nueva realidad.
Toda esta idea empezó, según el diario, cuando en enero de 2017 McIndoe viajó a Memphis para visitar a unos amigos. En ese entonces, Trump fue elegido presidente y había marchas sobre su imposición. En ese momento, el joven decidió coger un cartel y escribir que “los pájaros no eran reales”.
Mientras McIndoe estuvo en las marchas, expresó que pertenecía a un movimiento mayor que creía que los pájaros habían sido sustituidos por drones de vigilancia y que el encubrimiento comenzó en la década de 1970, por lo que varios transeúntes lo grabaron y viralizaron en redes sociales.
Desde ese entonces, el fundador del movimiento empezó a “encarnar al personaje y a construir el mundo al que pertenecía”, sostuvo en la entrevista realizada por Taylor Lorenz.