Después de un incremento constante en los precios de la vivienda en Estados Unidos, finalmente los precios empiezan a bajar en algunas ciudades. Especialmente está sucediendo en la costa oeste, las ciudades californianas San José, San Diego y Sacramento están en esta lista junto con Seattle, en el estado de Washington, y Las Vegas, en Nevada.
En Seattle, por ejemplo, para el mes de agosto las ventas se redujeron en un 34 %, respecto al mismo período del año anterior. Mientras que el aumento de precios interanual había sido de 23 % según el último dato, en esta ocasión la vivienda típica se vendió por un 2 % menos entre un mes y otro, es decir, entre agosto y julio.
En las ciudades en las que se produjeron máximos de precios muy altos durante la pandemia, la caída de los precios ha sido más notable. Es el caso de Las Vegas, por ejemplo, donde los precios de las viviendas se redujeron en un 3 % mes a mes, de julio a agosto. Desde hace un tiempo reciente, se ha registrado una disminución en la venta de viviendas en Estados Unidos, incluido el mercado inmobiliario de los usados, que representa el 80 % de las ventas.
Mercado inmobiliario en Estados Unidos
El volumen de solicitudes de hipoteca en Estados Unidos ha disminuido en más del 50 % este año. Desde hace unos meses la venta de vivienda nueva ha caído, con respecto al año anterior. El rápido aumento de las tasas hipotecarias ha conllevado una reducción de muchos posibles compradores de inmuebles.
Ese aumento de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal busca enfriar la economía, para combatir la inflación. De acuerdo con analistas, esta reducción de los precios, podrían finalmente ayudar a aliviar la prolongada crisis de asequibilidad del sector inmobiliario, que se agravó especialmente tras el inicio de la pandemia y dada la búsqueda de muchos compradores, de viviendas que suplieran las necesidades del teletrabajo.
Crisis inmobiliaria, tras pandemia precios por las nubes
Desde el inicio de la pandemia, el incremento en los precios de los inmuebles en Estados Unidos había registrado aumentos entre un año y otro, de cerca del 19 %. Durante este período en el que se ha hablado de burbuja inmobiliaria, los registros en el aumento de precios en varias ciudades han sido alarmantes. Por ejemplo, el precio en Phoenix, en el Estado de Arizona, subió cerca de un 30 %. Otras ciudades, entre las cuales se encuentra Seattle, que hoy registra una disminución, llegaron a un aumento del 20 %.
La medición del avance en el valor de los inmuebles se lleva a cabo a través del índice Case-Shiller, que se elabora tomando la base de los precios de los inmuebles en las 20 ciudades más grandes de Estados Unidos; justamente en ese índice en los años recientes, para las 20 ciudades el incremento de los precios en todos los casos era de dos dígitos.
El temor frente a una posible burbuja inmobiliaria, como la que se venía dando, se debe a que puede ser el preludio de una crisis global, como la que inició en 2006 y se consolidó en 2008, como resultado del no pago de créditos hipotecarios otorgados a individuos con poca liquidez.
Durante la década de los 2000 y con la intención de muchas instituciones financieras en Estados Unidos de maximizar los beneficios, realizaron diversas inversiones de alto riesgo, especialmente orientadas a otorgar créditos a clientes con bajos ingresos y muy ajustados, para poder cubrir sus pagos mensuales. La falta de pago de estos deudores conllevó a una grave crisis que después terminó con el rescate de varias instituciones financieras, para evitar que cayeran en bancarrota.