El derrumbe de un edificio en Surfside, en el condado de Miami-Dade (Estados Unidos), ha dejado hasta el momento la trágica cifra de cuatro muertos y al menos 159 desaparecidos, según los últimos reportes conocidos sobre los hechos ocurridos en la madrugada del pasado jueves, aunque las autoridades han dicho que no está claro cuántas personas estaban dentro del edificio.

Un rescatista que intentaba encontrar sobrevivientes entre los escombros del desastre del condominio en Miami dijo el viernes que los golpes que se escucharon el jueves en los escombros se habían ”disipado”, lo que redujo la esperanza de encontrar a algunas de las personas desaparecidas casi 48 horas después del colapso del edificio.

El doctor Howard Lieberman, cirujano de trauma del grupo de trabajo de Bomberos de Miami-Dade, le dijo a CNN que los equipos de rescate escucharon ‘algunos golpes’ ayer, o un ruido que indica que algunas de las víctimas aún pueden estar vivas.

Sin embargo, comentó que esos leves sonidos se habían “disipado”. A pesar de esto, asegura que el equipo de rescatistas no ha perdido la esperanza.

“Realmente no hemos escuchado nada en un tiempo, pero eso no quiere decir que todavía no haya personas atrapadas que estén vivas (...) A medida que se acaba el tiempo, es posible que se enfermen un poco más, no tanto como antes, pero, como dije, seguiremos buscando”, le dijo a CNN.

“Creo que estos muchachos, ya sabes, esa es su forma de pensar también: simplemente van a seguir adelante, seguir adelante, seguir adelante hasta que, como dije, se voltee cada piedra y se eliminen todos los escombros”, agregó Lieberman.

Sobre lo que encuentran en las labores de rescate, la descripción del rescatista conmueve a muchos: “Estamos viendo peluches, ositos de peluche, cajas de pañales, una litera para niños y estamos encontrando muchas fotos, fotos familiares (...) Es un poco más emotivo que ir a algún lugar donde sabes que no hay nadie, digamos de un huracán, donde tuvieron suficiente advertencia y tuvieron tiempo de evacuación y salieron”.

En cuanto a los ruidos que se escuchan entre los escombros, el asistente del jefe de bomberos de Miami-Dade, Raide Jadallah, explicó que, “cada vez que escuchamos un sonido, nos concentramos en esa área. Podría ser solo acero retorcido, podría ser escombros lloviendo, pero no específicamente sonidos de golpes o sonidos de una voz humana”, precisó.

Sus comentarios se produjeron después de que la primera víctima del desastre de la torre de condominios de Miami fuera identificada como la madre de un niño de 15 años que sobrevivió a los restos. Stacie Fang, de 54 años, murió el jueves cuando Champlain Towers South en Surfside, cerca de Miami Beach, colapsó repentinamente alrededor de la 1:30 a. m. de esa mañana.

Ella era la madre de un niño de 15 años que fue rescatado dramáticamente de los escombros con la ayuda de un paseador de perros que pasaba.

Golpeadas por ráfagas de viento y azotadas por lluvias intermitentes, dos grúas pesadas eliminaron los escombros de la pila con grandes garras el viernes, creando un estruendo de vidrio y metal que se estrellaron mientras recogían material y lo tiraban a un lado.

Una vez que las máquinas se detuvieron, los bomberos –con máscaras protectoras y cubos rojos– se subieron a la pila para quitar manualmente las piezas más pequeñas, con la esperanza de encontrar lugares donde las personas pudieran quedar atrapadas.

Parte del edificio seguía ardiendo y los bomberos usaron camiones grúa para rociar agua sobre la estructura derrumbada donde habían surgido incendios intermitentes. En un estacionamiento, los rescatistas, con el agua hasta las rodillas, usaron herramientas eléctricas para cortar el edificio desde abajo.

La alcaldesa de Miami-Dade, Danielle Levine Cava, le habló a The New York Times acerca de que los rescatistas estaban usando cámaras, perros y equipo especiales de detección de sonido para buscar sobrevivientes.

“Están en los túneles, están en el agua, están encima de la pila de escombros”, explicó. Señaló que la inestabilidad de la pila de escombros hacía que los esfuerzos de rescate fueran peligrosos ya que las tripulaciones no pueden desalojar los escombros que podrían lesionarlos en el proceso.

Los expertos han dicho que los esfuerzos de rescate siguen siendo esperanzadores porque saben por experiencias anteriores que las personas sobreviven durante semanas debajo de montones de escombros.