El gobierno de Joe Biden le manda un mensaje claro a Nicolás Maduro. El presidente de Estados Unidos había intentado mediar para que Venezuela llegara a una transición democrática, pero el fraude electoral consumado en las pasadas elecciones demostró que el líder del vecino país siempre estuvo haciendo conejo.
Aferrado al poder, Maduro recibió este lunes uno de los golpes más duros de los últimos tiempos: Estados Unidos incautó su avión presidencial. CNN, que tuvo la exclusiva de esa noticia, comparó la aeronave con el AirForce One de ese país. Se trata de un jet Dassault Falcon 900EX, siglas T7-ESPRT, que “fue adquirido ilegalmente por 13 millones de dólares a través de una empresa fantasma y fue sacada de contrabando de Estados Unidos para uso de Nicolás Maduro y sus compinches”, dijo el fiscal Merrick Garland.
Las autoridades sostienen que la transacción viola las sanciones impuestas al país por Estados Unidos, que se endurecieron en 2019 tras la primera reelección de Maduro el año anterior.
“Que esta incautación envíe un mensaje claro: los aviones adquiridos ilegalmente en Estados Unidos para beneficio de funcionarios venezolanos sancionados no pueden simplemente volar hacia el ocaso”, dijo el subsecretario de Control de Exportaciones, Matthew S. Axelrod, del Departamento de Comercio. “No importa cuán elegante sea el jet privado o cuán poderosos sean los funcionarios: trabajaremos incansablemente con nuestros socios aquí y en todo el mundo para identificar y devolver cualquier avión contrabandeado ilegalmente fuera de los Estados Unidos”, agregó.
De acuerdo con el documento que publicó el departamento de Estado, las pesquisas sobre el avión datan de mucho tiempo. “Según la investigación estadounidense, a finales de 2022 y principios de 2023, personas afiliadas a Maduro supuestamente utilizaron una empresa fantasma con sede en el Caribe para ocultar su participación en la compra ilegal del avión Dassault Falcon 900EX (que en ese momento estaba valorado en aproximadamente 13 millones de dólares), de una empresa con sede en el Distrito Sur de Florida”, señala el organismo.
Y agrega: “Posteriormente, en abril de 2023, el avión fue exportado ilegalmente desde Estados Unidos a Venezuela a través del Caribe. Desde mayo de 2023, el Dassault Falcon, con el número de cola T7-ESPRT, vuela casi exclusivamente hacia y desde una base militar en Venezuela y ha sido utilizado en beneficio de Maduro y sus representantes, incluido el transporte de Maduro en visitas a otros países”.
Se sabe que el avión fue usado por Maduro cuando viajó a San Vicente y las Granadinas en diciembre pasado para una reunión por el conflicto fronterizo con Guyana, o días después cuando fue liberado Álex Saab, señalado de ser testaferro del presidente, en un intercambio de prisioneros con Estados Unidos.
“La incautación de esta aeronave es otra acción importante de Investigaciones de Seguridad Nacional que trabajan con nuestros socios nacionales e internacionales contra las actividades ilegales del régimen de Maduro”, dijo el agente especial a cargo, Anthony Salisbury de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) Miami.
El gobierno de Maduro, por su parte, reaccionó como siempre. “Esta no es una acción aislada”, protestó el ministerio venezolano de Relaciones Exteriores, que tachó la medida de “acción criminal” y un acto de “piratería”. “Forma parte de una escalada de acciones contra” el gobierno de Maduro.
El canciller dominicano Roberto Álvarez dijo que el decomiso se materializó cuando la aeronave pasaba por mantenimiento en Santo Domingo. “Ni el Gobierno dominicano ni el Ministerio Público han participado en el proceso de investigación”, indicó.
Venezuela dijo que las autoridades dominicanas eran “cómplices” de los “actos delincuenciales” de Estados Unidos.
*Con información de AFP.