En medio de la tensión entre Rusia y Ucrania, ocasionada por el conflicto militar que ya cumplió el año de estar activo, el presidente de Siria, Bashar al-Ásad, arribó a Moscú.
El propósito de su visita será sostener conversaciones con su homólogo, Vladimir Putin, frente a asuntos políticos, comerciales y humanitarios. En horas de la tarde del 14 de marzo, al-Ásad llegó al Aeropuerto Internacional de Vnukovo, donde fue recibido por Mikhail Bogdanov, viceministro de Relaciones Exteriores y representante del mandatario ruso; el embajador ruso en Siria, Aleksandr Yefimov y el embajador sirio en Rusia, Bashar Al Jaarafi.
Durante su arribo, se entonaron los himnos de ambas naciones y las tropas rusas le rindieron honores al mandatario de Oriente Medio. Se prevé que las partes aborden el desarrollo de las relaciones bilaterales y la cooperación entre Moscú y Damasco en el ámbito político, humanitario y económico-comercial. Asimismo, los presidentes discutirán las perspectivas de solución del conflicto en Siria, según información de la agencia SANA.
“Se discutirán temas de actualidad de mayor desarrollo de la cooperación ruso-siria en las esferas política, comercial, económica y humanitaria, así como las perspectivas de su arreglo integral de la situación en Siria y sus alrededores”, indicó el Kremlin por medio de un comunicado.
Cabe mencionar que al-Ásad siempre ha sido un aliado estratégico para Putin, siendo septiembre de 2021 la última vez que ambos estuvieron reunidos. Asimismo, en febrero del año anterior dio a conocer públicamente su apoyo a Rusia con respecto a la guerra que tiene contra Ucrania.
En el último tiempo, ambos países se han apoyado mutuamente en temas de conflicto. El primer encuentro entre ambos mandatarios fue en 2015, cuando desde Moscú se suministró arsenal militar y soldados a Siria, en aras de fortalecer el Ejército que se encontraba en una situación tensa durante el estallido de la Guerra civil, la cual hasta ahora se mantiene.
Cuatro años después, las tropas de Estados Unidos se fueron del territorio sirio, por lo que Rusia aumentó su presencia allí, enviando más militares y armamento. Además, gran parte de esta ayuda se acentuó en una base naval ubicada en Tartous, zona costera mediterránea. Este año, cuando ocurrió el terremoto que afectó a Turquía y Siria, Rusia suministró más de 20 toneladas de ayuda humanitaria, entre la cual hubo alimentos y recursos de primera necesidad.
Rusia reitera el no reconocimiento de la Jurisdicción de la Corte Penal Internacional
La reciente visita de al-Ásad se da el mismo día que desde el Kremlin aseguraron que la Corte Penal Internacional no tiene ninguna legitimidad. El portavoz, Dmitry Peskov, dio a conocer el anuncio.
“No reconocemos este tribunal. No reconocemos la jurisdicción de este tribunal. Así es como nos sentimos al respecto”, señaló Peskov en una conferencia de prensa al señalar que durante años ningún órgano internacional se había preocupado por la situación civil en Damasco, por lo que el hecho que lo hagan ahora no tiene razón de ser.
El origen de esta afirmación recae en la decisión que tomó la Corte, la cual consiste en abrir dos procedimientos contra funcionarios de Rusia en materia de crímenes de guerra. Las acusaciones son: secuestro de niños ucranianos y atacar deliberadamente la infraestructura civil del país invadido.
Karim Khan, fiscal jefe, presentará los respectivos cargos ante la entidad, luego que se hayan emitido órdenes de arresto contra los presuntos responsables, para corroborar si efectivamente hubo violación de derechos humanos. Por su parte, Rusia niega haber atacado deliberadamente infraestructuras civiles en Ucrania y afirma que sus ataques pretenden reducir la capacidad de lucha de Kiev.