El saliente primer ministro de Perú, Héctor Valer Pinto, dijo este sábado que se retirará a sus “cuarteles para curar sus heridas”, al día siguiente de que el presidente Pedro Castillo lo despidiera del cargo que había asumido tres días antes.

“En el campo de la batalla de la política hay que saber reconocer victorias y derrotas. Yo reconozco mi derrota”, dijo Valer, quien enfrentó una ola de repudio luego de que varios medios peruanos publicaran el jueves que fue denunciado por violencia doméstica en 2016.

Para mantenerse al frente del gabinete ministerial, Valer debía obtener un voto de confianza del Congreso, controlado con la oposición derechista, pero era prácticamente imposible que lo consiguiera tras las expresiones de rechazo en su contra, incluso de tres ministros del gobierno izquierdista.

“Han herido a un premier y por eso se retira a sus cuarteles para curar sus heridas y volver cuando el pueblo así quiera”, declaró Valer a los periodistas afuera del Palacio de gobierno, vestido con una casaca roja.

Agregó que entregó este sábado en la tarde su carta formal de renuncia a Castillo.

“Con el show de Valer la imagen de Castillo cambia para mal, porque parece un manejo político oscuro y de improvisación”, declaró a la AFP el analista político y exembajador Hugo Otero.

“Hay un gran desconcierto nacional porque, a través de sus actos, el presidente está destruyendo su imagen popular y de símbolo de esperanza con la que ganó la elección” de 2021, añadió.

Cuarto gabinete en seis meses

Castillo anunció el viernes en la noche, en mensaje difundido al país por televisión, que había optado por “recomponer” su gabinete, una medida que implicaba la salida de Valer, un abogado y parlamentario de 62 años.

Horas antes, la jefa del Congreso, la opositora María del Carmen Alva, había pedido a Valer que diera “un paso al costado”, pero el tiro de gracia se lo dieron aparentemente tres ministros que también cuestionaron los antecedentes de su superior jerárquico.

“El ejercicio público requiere de funcionarios libres de esas denuncias”, indicó en su cuenta de Twitter el canciller César Landa, un diplomático de carrera que posiblemente no será incluido por Castillo en el próximo gabinete, el cuarto en sus seis meses de gobierno.

El mandatario, un profesor rural de Cajamarca (norte), todavía no ha designado a su nuevo primer ministro ni al resto del gabinete, de 19 miembros.

No la golpeé

Varios periódicos criticaron a Castillo por no haber mencionado los cuestionamientos al primer ministro en su mensaje, sino que fustigó al Congreso por negarse a recibir este sábado a Valer para solicitar el voto de confianza. “Recambio de gabinete sin mea culpa”, tituló La República en portada.

Tradicionalmente el Congreso peruano debate los pedidos de confianza tres o cuatro semanas después que se nombra un nuevo gabinete, no a los pocos días.

Valer quedó en entredicho luego de que varios medios limeños publicaran el jueves que su esposa y su hija universitaria lo denunciaron en 2016 por supuesta violencia familiar.

Según el diario El Comercio, la esposa y la hija denunciaron que “fueron agredidas por Valer” en su casa en Lima, el 21 de octubre de 2016. En una comisaría la hija declaró que su padre “le propinó bofetadas, puñetes, patadas [...] y jalones de los cabellos”, lo que Valer ha negado afirmando que no es un “maltratador”.

“No la golpeé [a mi hija]”, dijo este sábado Valer, agregando que va a presentar querellas judiciales contra “aquellas personas que mancharon” su honra.

El cargo de “presidente del Consejo de Ministros” de Perú, creado en 1856, da mucho poder y prestigio, pero es muy volátil. Desde el año 2000, han sido designados 30. En 2020 uno duró 20 días y otro apenas cuatro, uno más que Valer.

En la práctica es el número dos del Ejecutivo peruano, porque el vicepresidente no tiene responsabilidades ni salario mientras el presidente está en funciones, aunque lo sucede si debe dejar el mando anticipadamente.

*Con información de AFP