“No es porque Hamás cometió un acto terrorista contra Israel, que Israel tiene que matar a millones de inocentes”, afirmó Lula al retomar su habitual transmisión semanal “Conversación con el Presidente”, después de tres semanas de recuperación tras una cirugía en la cadera.
Desde el ataque perpetrado por Hamás el 7 de octubre en territorio israelí, en el cual las autoridades israelíes informaron que al menos 1,400 personas perdieron la vida y alrededor de 220 fueron tomadas como rehenes, Israel ha llevado a cabo una implacable campaña de bombardeos en la Franja de Gaza. Estos bombardeos, según el movimiento palestino, han resultado en al menos 5,791 víctimas mortales.
En este contexto de conflicto y violencia, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, comúnmente conocido como Lula, ha expresado la necesidad imperante de establecer una mesa de negociación para buscar una solución al conflicto. Lula abogó porque Israel mantenga los territorios que le corresponden, según las delimitaciones de la ONU, mientras los palestinos tengan derecho a su propia tierra, con el objetivo de evitar invasiones territoriales.
El presidente también manifestó su preocupación sobre la debilidad actual de la ONU y sugirió que, si la organización internacional tuviera un papel más influyente, podría ejercer un mayor impacto en la resolución de conflictos como este.
Vale la pena mencionar que Brasil ostenta la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU en este momento. El Consejo de Seguridad se reúne nuevamente para abordar el conflicto israelo-palestino, después de haber fracasado en dos ocasiones en sus intentos por aprobar una resolución al respecto. La situación en la región sigue siendo una preocupación global y un desafío diplomático de gran envergadura.
Lula reiteró su firme compromiso con la preservación de la vida de los niños en medio del conflicto, enfatizando la necesidad urgente de establecer un corredor humanitario que garantice el suministro constante de electricidad en los hospitales y facilite la entrada de ayuda humanitaria. Esta asistencia, que comenzó a llegar de manera limitada desde el pasado sábado, se convierte en un rayo de esperanza para aliviar la difícil situación en la región.
En su discurso, Lula también se refirió a la reciente ola de violencia en Río de Janeiro, donde milicias parapoliciales desencadenaron un episodio devastador. Más de 30 autobuses y la cabina de un tren fueron incendiados en un acto de protesta tras una operación policial que resultó en la muerte de uno de sus miembros.
Esta escalada de violencia ha generado una creciente preocupación en la comunidad y ha planteado la urgente necesidad de abordar los problemas de seguridad en la ciudad.
El gobierno, en respuesta, busca una “mayor intervención” de las fuerzas militares en los puertos con el objetivo de combatir de manera más efectiva el crimen organizado. También se plantea una “acción con mayor fuerza” por parte de la policía federal en las calles, lo que refleja un enfoque más enérgico para abordar los desafíos de seguridad en Río de Janeiro y en todo el país.
La situación se torna aún más compleja y requiere soluciones concretas y efectivas para garantizar la estabilidad y la seguridad de la población.
A su vez, el mandatario de los brasileños compartió que se encuentra en un estado de salud en constante mejora después de someterse a una cirugía de cadera el pasado 1 de octubre. Con satisfacción, expresó que ahora puede moverse con la misma naturalidad que antes. Sin embargo, debido a las indicaciones médicas, aún no está en condiciones de realizar viajes y se mantendrá en Brasilia, la capital de Brasil, en las próximas cuatro semanas.
*Con información de AFP.