Brasilia desplegará toda su policía para la asunción presidencial de Luiz Inácio Lula da Silva el primero de enero, dijeron este martes las autoridades, ante preocupaciones por los disturbios y el intento de ataque con explosivo, atribuido a ciudadanos inconformes con la elección (del 30 de octubre, en segunda vuelta).
El domingo “habrá una movilización del 100 % de las fuerzas policiales del Distrito Federal (DF), para garantizar la seguridad no solo del presidente, sino también de las delegaciones extranjeras y del público”, dijo a periodistas Flávio Dino, futuro ministro de Seguridad del gobierno electo.
De momento, agregó Dino, no se ha tomado una decisión sobre si Lula hará el tradicional desfile ante el público en la Explanada de los Ministerios en un auto cerrado o en uno descapotable, como es costumbre. “Ambos escenarios estarán disponibles ese día” y la decisión se tomará “en el momento”, añadió en una conferencia junto al futuro ministro de Defensa y el gobernador del Distrito Federal, responsable de la policía local.
Será una ceremonia “segura” y “en paz”, dijo Dino, quien incentivó a los brasileños a viajar desde otros estados para acompañar los actos institucionales y shows culturales previstos en la región central de Brasilia, donde se esperan cientos de miles de personas.
Numerosos seguidores de Lula expresaron en las redes sociales temer que ocurran disturbios o atentados en la multitud durante la investidura, especialmente después de que un presunto seguidor del todavía presidente, Jair Bolsonaro, fuera detenido y acusado de terrorismo el sábado por un explosivo hallado en un camión de combustible cerca del aeropuerto de Brasilia. Aunque hubo un intento de activarlo, el artefacto no llegó a explotar.
Según dijo a los investigadores el hombre, identificado como George Washington de Oliveira Sousa, con el atentado pretendía “iniciar el caos” e “impedir la instauración del comunismo en Brasil”.
El gobernador de Brasilia (la capital), Ibaneis Rocha, dijo este martes (en conferencia de prensa) que el detenido llegó a hacer cursos de francotirador para manejar armamentos. Y destacó su “mentalidad totalmente orientada para el crimen”.
Además, informó que un segundo hombre, sospechoso de ayudar a Oliveira Sousa, es buscado, pero informaciones indican que “ya se fugó” de la capital.
Desde la derrota de Bolsonaro por 50,9 % a 49,1 % en el balotaje del 30 de octubre, sus simpatizantes bloquearon carreteras y se manifestaron ante cuarteles militares para pedir a las fuerzas armadas que impidiesen la toma de posesión del próximo mes.
El 12 de diciembre, manifestantes de uno de estos campamentos chocaron con la policía e incendiaron buses y otros automóviles en Brasilia, tras la detención de un indígena que participaba en uno de estos actos. “Pequeños grupos terroristas y extremistas no pondrán contra la pared a las instituciones de la democracia brasileña”, aseguró Dino este martes.
El futuro ministro pidió al Supremo Tribunal Federal suspender el porte de armas en la capital desde el miércoles hasta el dos de enero, día posterior a la juramentación. Bolsonaro, por su parte, no se ha manifestado públicamente sobre los incidentes, ni ha confirmado que traspasará a Lula la banda presidencial el domingo.
Hace algunos días, el mandatario entrante presentó a otros integrantes de su gabinete en una jornada en la que afirmó que recibía un país en “penurias”, al hacer mención a un informe de empalme. En esa misma jornada también cuestionó la gestión de su predecesor, Jair Bolsonaro, quien desde los resultados electorales ha limitado sus pronunciamientos.
“Recibimos este gobierno en una situación de penuria, en que las cosas más simples no se hicieron, de manera irresponsable, porque el presidente prefería contar mentiras que gobernar este país”, aseguró Lula.
*Con información de AFP.