En medio de la convulsión política que vivió Perú el día de hoy por cuenta de la serie de sucesos que llevaron a la salida del poder de Pedro Castillo Terreros, su arresto y la juramentación en el poder de su vicepresidenta, Dina Boluarte, diversas voces internacionales también se dejaron oír para presentar su punto de vista frente a lo acontecido.

Precisamente, una de esas voces fue la de la figura de izquierda latinoamericana y presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien a través de un comunicado sentó su posición frente a la situación política que atraviesa Perú.

Lula admitió que, a la distancia, siguió con “preocupación, los hechos que llevaron a la destitución constitucional del presidente del Perú, Pedro Castillo”, reconociendo que la destitución, a su juicio, siempre es un destino lamentable para quienes llegaron al poder a través de un proceso democrático, pero reconociendo que la salida del dirigente se dio a través de los mecanismos constitucionales vigentes en Perú.

En su comunicado, Lula evitó referirse a los hechos puntuales en los que Castillo apostó, a pocas horas de que se votara su moción de vacancia, por frenar el proceso de destitución disolviendo el órgano en el que recaía su suerte, pero sí emitió su punto de vista frente a las necesidades que tiene Perú en medio de la actual crisis.

En ese sentido, Lula apuntó que tanto Perú como toda América Latina “necesitan en este momento diálogo, tolerancia y convivencia democrática, para resolver los problemas reales que todos enfrentamos”.

En la misma senda, el presidente electo de Brasil también se refirió a la llegada al poder de la nueva mandataria peruana, Dina Boluarte, la primera mujer en ocupar ese cargo, enviando un mensaje en el que le desea “éxito” en su gestión, y reconociendo que la tarea que la nueva dirigente enfrenta es la de “reconciliar al país y conducirlo por la senda del desarrollo y la paz social”.

En ese mismo sentido, reconociendo la importancia de la cohesión entre los diferentes órganos estatales en un momento de crisis, Lula afirmó que “espero que todas las fuerzas políticas peruanas trabajen unidas, dentro de una convivencia democrática constructiva, único camino capaz de llevar la paz y la prosperidad al querido y hermano pueblo del Perú”.

Desde Brasil, Lula también anticipó que desde el 1.° de enero, fecha en al que retomará las riendas de su país, pretende trabajar “incansablemente para reconstruir la integración regional”.

En ese sentido, Lula se refirió a la importancia de fortalecer entonces los lazos con su país vecino, Perú.

Por su parte, el presidente actual, Jair Bolsonaro, no se ha pronunciado frente a lo ocurrido en Perú este miércoles.

La conmoción despertada este miércoles en Perú comenzó con un sorpresivo anuncio, a través de un mensaje televisado, en el que Castillo Terreros anunció que disolvía el Congreso de su país, ordenando a demás a los ciudadanos que poseen armas a entregarlas en un término de 72 horas, declarando a su vez un toque de queda.

La acción de Castillo despertó múltiples voces de rechazo en todo el país y la región, donde políticos de todas las orillas políticas cuestionaron la decisión, advirtiendo que con ello se estaba ‘rompiendo el orden constitucional’. En ese mismo sentido,se hicieron evidentes las renuncias por parte de los miembros del gabinete ministerial e incluso su vicepresidenta, y ahora mandataria, Dina Boluarte, se pronunció para rechazar el que consideró un golpe de Estado, advirtiendo que eso agravaba la crisis existente en Perú.

En ese mismo sentido, instituciones como el Ejército y la Policía, órganos llamados a responder a las órdenes de su comandante supremo, el presidente de la República, también advirtieron que no romperían su mandato constitucional, y llamaron a la población a confiar en las instituciones.

Al igual, el Congreso, órgano disuelto por Castillo, hizo caso omiso de la disposición y, según lo planeado, se convocó para realizar la votación de la moción de vacancia por incompetencia moral en contra de Castillo, quien tras lo ocurrido perdió aún más apoyos, dando lugar a que prosperara la destitución.

En ese sentido, mientras el Congreso llamaba a la vicepresidenta para que tomara posesión como presidenta, Castillo intentó escapar, pero la Policía alcanzó a detenerlo.

Castillo ya había sido sometido a dos mociones de vacancia durante lo corrido de su mandato. Aunque estas nunca prosperaron por falta de apoyos a la propuesta de destituirle, un tercer intento terminó por desbancarlo, tras los múltiples señalamientos que se ciernen en su contra relacionados con escándalos de corrupción y otros delitos en los que están involucrados varios de sus familiares, casos sobre los que la Fiscalía ha advertido que Castillo Terreros es el ‘cabecilla de la organización delictiva’.