El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró este lunes, 17 de julio, en Bruselas (Bélgica), que su país está interesando en discutir con la Unión Europea (UE) temas como el clima y la transición hacia energías renovables.
“Queremos profundizar con la UE la discusión sobre la cuestión climática”, dijo Lula, durante un encuentro con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El mandatario brasileño dijo que en agosto presentará un programa de desarrollo para el país, plan que incluye un “paquete sobre transición energética”.
Brasil, aseguró Lula, “cumplirá con su parte en la cuestión climática. Tenemos un compromiso de deforestación cero para 2030 en la Amazonia, y es casi un compromiso de fe para mí y para los brasileños”.
Sin embargo, pidió a Von der Leyen, que “la UE comprenda que viven en la Amazonia sudamericana 50 millones de personas que precisan tener condiciones de sobrevivencia digna y decente”.
Por su parte, Von der Leyen, dijo que la visita de Lula a Brasil tenía “una dimensión histórica”.
“Estamos enfrentados con el desafío generacional del cambio climático. Por eso precisamos a nuestros amigos próximos, que estén a nuestro lado en estos tiempos de incertidumbres”, expresó.
“Por eso, saludo el retorno de Brasil al escenario internacional (…) Es muy oportuno, e incluso ya ha dado un impulso positivo a la asociación estratégica entre nuestras dos regiones”, añadió.
Lula participará este lunes y martes en la III Cumbre entre líderes de la UE y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la primera desde 2015.
La cuestión de los compromisos contra la deforestación y las cuestiones ambientales se tornó en un freno en las demoradas negociaciones sobre un acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay).
En su discurso, Von der Leyen dijo que su ambición era “resolver los asuntos pendientes lo antes posible, de forma de concluir este acuerdo”.
Países amazónicos, decididos a preservar su selva en medio de crisis climática
Los ocho países de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) decidieron el pasado sábado, 8 de julio, en Leticia (Colombia) promover medidas urgentes para preservar la selva tropical más grande del mundo.
“Lo que se hace en un rincón de Sudamérica repercute en otro. Por eso nuestra cooperación es tan importante”, expresó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien junto a su homólogo de Colombia, Gustavo Petro, dio por cerrada una reunión técnico-científica de dos días promovida por Bogotá, con miras a la cuarta cumbre de la OTCA de agosto en la ciudad brasileña de Belém.
Delegados de la OTCA, integrada por Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, coincidieron en la necesidad de evitar sobrepasar el punto de no retorno en cuanto a la degradación de la Amazonía, afectada por la deforestación, la explotación de minerales y petróleo y la extensión de las fronteras agrícolas y ganaderas.
“Para sostener la Amazonía, de acuerdo a la ciencia, necesitamos sostener 80 % de sus bosques en pie y no lograr pasar más allá del 20 % de deforestación, y desafortunadamente ya estamos en el 17 %”, expresó durante la cita la ministra colombiana de Ambiente, Susana Muhamad.
Agregó que “perder la Amazonía, llegar al punto de no retorno, tiene unas consecuencias en el cambio climático mundial irreversibles”.
Que los ricos cumplan
Pero las decisiones políticas son insuficientes si no hay apoyo financiero para conservar la selva amazónica, que alberga un 10 % de todas las especies de flora y fauna, y posee la reserva de agua dulce más grande de la Tierra, incluido un “verdadero” océano subterráneo, destacó Lula.
“Salvar la vida en el planeta y superar la crisis climática obliga una inversión de 3,3 billones (…) de dólares al año y 30 veces menos, que es 100.000 (millones), ni siquiera han sido cumplidos”, dijo a su vez Petro.
El mandatario colombiano hizo alusión al compromiso de los países ricos de aportar 100.000 millones de dólares para enfrentar la crisis climática que surgiera de la cumbre de Copenhague de 2009.
“Hasta allá no ha llegado Europa, Estados Unidos, China, y ellos son los que contaminan el mundo”, añadió.
Lula citó que el principio de responsabilidades comunes “pero diferenciadas” sigue siendo central y sostuvo que “tendremos que exigir, juntos, que los países ricos cumplan con sus compromisos” ante la crisis climática.
“Después de todo, históricamente han emitido la mayoría de los gases de efecto invernadero”, señaló el gobernante brasileño, apuntando que “quien tiene las mayores reservas forestales y la mayor biodiversidad merece una mayor representación” como es el caso de las naciones amazónicas en organismos como el Fondo para el Medio Ambiente Mundial.
Cero deforestación hasta 2030
Lula enfatizó que es la primera vez en la historia que Brasil y Colombia tienen gobiernos progresistas que comparten el compromiso de colocar a la Amazonía en el centro de sus políticas.
Alertó que la deforestación en la Amazonía —que ocupa un 40 % de Sudamérica— reduce las lluvias en la región, amenazando el suministro de agua, y anunció que su país institucionalizará un Observatorio Regional Amazónico que orientará políticas públicas de conservación y generará alertas sobre sequías, inundaciones, incendios y contaminaciones.
En la reunión técnico-científica se abordaron temas “fundamentales” como la protección de pueblos indígenas, bioeconomía y lucha contra los crímenes transnacionales, informó.
La selva amazónica tiene 50 millones de pobladores. En su vasta espesura habitan 400 pueblos originarios que hablan 300 idiomas diferentes, de acuerdo con el mandatario brasileño.
Brasil, que ocupa la mayor parte de la Amazonía, afronta una acelerada deforestación. Lula indicó que su gobierno (2023-2027) reducirá a cero la tala ilegal de árboles hasta 2030.
“Ese es un compromiso que los países amazónicos pueden asumir juntos en la cumbre de Belém”, sostuvo.
*Con información de AFP.