El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, abogó este miércoles 18 de enero por una “política continental” para preservar la Amazonía, recurso clave en la carrera internacional para frenar el cambio climático. Tal y como lo ha expuesto públicamente en varias ocasiones el presidente de Colombia Gustavo Petro.
“La cuestión climática hoy en día es una necesidad para preservar la especie humana en el planeta y todo el mundo tiene responsabilidad”, dijo el mandatario de izquierda en entrevista con el canal GloboNews.
“Estoy intentando pactar una reunión con los presidentes (de países) de la Amazonía, con Ecuador, Colombia, Perú, Venezuela, Bolivia y Guayana Francesa para que discutamos una política continental para preservar nuestra Amazonía”, informó.
En su tercer mandato, iniciado el 1 de enero, Lula se ha propuesto regresar a Brasil a una posición de liderazgo internacional luego de la indiferencia del ultraderechista Jair Bolsonaro por las relaciones exteriores durante sus cuatro años de gobierno (2019-22).
Bolsonaro, un aliado de la agroindustria y negacionista del cambio climático, provocó protestas internacionales durante su administración por una oleada de incendios y deforestación en la Amazonía. Durante su gobierno, la tala de la selva amazónica, que corresponde al 59% del territorio brasileño, se disparó un 60%.
Los expertos dicen que la destrucción se debe principalmente a las granjas y los acaparadores de tierras que arrasan la selva para ganadería y cultivos.
Lula, de 77 años, promete acabar para 2030 con la deforestación en esa zona, vital en la lucha contra el cambio climático. Para ello, prevé, según dijo este miércoles, crear un grupo de la policía federal que “actúe con más fuerza” en la protección de la selva y fortalecer otras autoridades estatales.
“El compromiso es lograr la deforestación cero en la Amazonía para 2030. Y voy a buscar eso con fuego y espada. Voy a necesitar de las Fuerzas Armadas, voy a necesitar de la Policía Federal [...], para que podamos resolver definitivamente este problema en Brasil”, afirmó.
Lula sigue con la purga de militares
El Gobierno de Brasil dispensó a 13 militares que integraban un gabinete de seguridad de la Presidencia, profundizando la reforma ordenada por el mandatario Luiz Inácio Lula da Silva en el Ejecutivo, tras la violencia desatada por partidarios del exgobernante ultraderechista Jair Bolsonaro, el 8 de enero en Brasilia.
El anuncio fue publicado en el Diario Oficial de la Unión este miércoles –18 de enero–, un día después de que otros 40 militares fueran también apartados de sus funciones en la residencia presidencial, el Palacio de la Alvorada, en la capital.
Los uniformados separados este miércoles integraban el Gabinete de Seguridad Institucional, responsable de asistir al presidente en labores de seguridad nacional y política de defensa. Los cambios ocurren una semana después de que el mandatario de izquierda, de 77 años, manifestara su desconfianza sobre algunos uniformados que cumplen funciones auxiliares en las sedes de gobierno.
Lula compartió sus reservas sobre algunos de ellos, tras la invasión a las sedes de los tres poderes públicos en Brasilia, a manos de miles de seguidores de Bolsonaro, a quien derrotó en un balotaje a finales de octubre pasado.
El dignatario dijo entonces que estaba convencido de que hubo complicidad interna en la invasión del 8 de enero, ocurrida exactamente el día en que cumplía una semana de regresar al poder por tercera vez en su trayectoria.
La reforma en el entorno más cercano de Lula tiene lugar en momentos en que avanzan las investigaciones para determinar quién participó, organizó y financió la violenta invasión a los edificios de la Presidencia (Palacio de Planalto), el Congreso y la Corte Suprema.
Más de 2.000 personas han sido detenidas desde entonces, de las cuales 1.382 continúan en manos de las autoridades. La Fiscalía General presentó el lunes ante el Tribunal Supremo (STF) –máxima corte– sus primeros cargos contra 39 personas sospechosas de participar en los desmanes.
*Con información de AFP.