La violencia en México no cesa, en las últimas horas tres agentes de la Policía Municipal de Chilchota, en Michoacán, han muerto tras ser emboscados por sicarios mientras realizaban un operativo de vigilancia.
Los agentes realizaban tareas de prevención del delito cuando fueron emboscados por un grupo de hombres armados que les dispararon en repetidas ocasiones, lo que dio inicio a un tiroteo.
Tras el ataque se ha desplegado un operativo de las fuerzas de seguridad en el que se halló a los agentes ya sin vida. Las víctimas han sido identificadas como Cecilia Villa Cendejas, Edgar Isidro Martínez Muñiz y Pedro Sosa Bautista.
Sin que parezca suficiente, doce cuerpos fueron hallados en una fosa clandestina debajo de un salón de baile en Tenango, Estado de México, a poco más de una hora de la capital del país.
Las autoridades pudieron establecer a mediados del mes de enero el lugar donde habrían sido enterrados los cuerpos gracias a la detención de Jaime Luis “N”, alias el “Pozolero”, identificado como uno de los líderes del Cartel Jalisco Nueva Generación, que se encargaba de desaparecer los cadáveres de sus contrincantes dentro de la organización.
En la fosa, ubicada debajo de una bodega en renta, las autoridades ubicaron 42 envoltorios con restos óseos que corresponden a 12 personas.
“La fiscalía de Justicia del Estado de México logró analizar los envoltorios y determinó que corresponden a 12 cuerpos, 11 hombres y una mujer”, dijo el subsecretario de Seguridad Pública, Luis Rodríguez Bucio.
Entre esos cuerpos, Araceli Vega busca a su hijo Elisandro, de 24 años, quien fue reportado como desaparecido hace unos dos años, “yo espero que me den una respuesta positiva, de por lo menos, sí, espero encontrarlo ahí”, dijo Vega a la cadena Milenio de México.
México suma 110.178 personas desaparecidas desde 1964, según registros oficiales. Desde esa fecha, el Estado de México suma unas 11.888 personas desaparecidas.
El país, liderado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, registra unos 340.000 muertos -en su mayoría atribuidos a acciones del crimen organizado- desde 2006, cuando se desplegó una polémica ofensiva antidrogas con creciente participación militar.
El Cartel Jalisco Nueva Generación, uno de los más poderosos de México, ha realizado este tipo de ataques en una especie de respuesta al gobierno de México por la detención de algunos de sus miembros más importantes.
Hace pocas semanas, el Ministerio de Defensa de México detuvo a Antonio Oseguera, hermano del líder del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio Oseguera, alias ‘El Mencho’.
Según ha detallado la cartera de Defensa mexicana en un comunicado, Antonio Oseguera ha sido apresado en la localidad de Tlajomulco de Zúñiga, en el estado de Jalisco, y está bajo custodia policial y en situación de traslado hacia un centro penitenciario.
Las autoridades de Jalisco han reconocido estar en alerta ante una posible respuesta del CJNG, más aún cuando aún permanecen en la memoria los enfrentamientos violentos ocurridos en octubre de 2019 cuando se arrestó a Ovidio Guzmán, hijo del reconocido narcotraficante ‘Chapo Guzmán’.
En aquel episodio, conocido como ‘Jueves Negro’, murieron un total de 14 personas, cuatro de ellos civiles, y hubo más de 20 heridos. Los incidentes se solucionaron con la puesta en libertad de Ovidio Guzmán por orden del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
De hecho, a principios del año, las autoridades mexicanas confirmaron la llegada de 1.500 militares adicionales al estado de Sinaloa, en el oeste del país, para hacer frente al aumento del crimen que ha escalado tras la detención de Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, exlíder del Cartel de Sinaloa.
Con información de Europa Press y AFP*