El jefe de Estado francés, Emmanuel Macron, asumió “por completo” este viernes 7 de enero sus polémicas declaraciones de esta semana sobre las personas no vacunadas contra el covid, a las que calificó de nuevo de “irresponsables” a tres meses de las elecciones presidenciales.

“Algunos pueden haberse sentido impresionados por una manera de hablar que parece coloquial y que asumo por completo”, dijo Macron en rueda de prensa junto a la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sobre la presidencia francesa de la Unión Europea (UE).

“A mí, lo que me impresiona es la situación (sanitaria) en la que estamos. La verdadera fractura del país es esta, cuando algunos hacen de su libertad, que se convierte en una irresponsabilidad, un eslogan”, agregó el mandatario.

Macron aseguró, en una entrevista publicada el martes por el diario Le Parisien, querer “fastidiar hasta el final” a las personas no vacunadas, unas inesperadas declaraciones que le valieron las críticas de toda la oposición, de la izquierda radical a la ultraderecha.

El mandatario liberal, que todavía no confirmó su candidatura a la reelección, utilizó en francés el verbo “emmerder”, un registro coloquial que sorprende en un jefe de Estado y que se puede traducir como “joder”, “molestar”, “fastidiar” o “complicar la vida”.

El presidente francés Emmanuel Macron responde preguntas durante una entrevista en el Palacio del Elíseo en París. (Photo by Ludovic MARIN / AFP) | Foto: AFP or licensors

Para los observadores, con esta polémica, Macron intentó aglutinar detrás de él a los partidarios de la vacunación e imponer el tema de la pandemia de la covid-19, en una precampaña electoral protagonizada por los temas de derecha: migración e inseguridad.

Las personas no vacunadas “no solo ponen en peligro la vida del resto, sino también limitan la libertad de los demás y eso no puedo aceptarlo”, subrayó este viernes Macron, reiterando que su estrategia para salir de la crisis sanitaria pasa por “vacunar, vacunar, vacunar”.

Sus declaraciones desataron una tormenta en la clase política, desde la izquierda radical hasta la extrema derecha, y alimentaron su imagen de arrogante.

También contribuyeron a suspender de nuevo el debate en la Asamblea Nacional, en el que el gobierno es mayoritario, sobre la aprobación de un pasaporte de vacunación que sustituya al actual pasaporte sanitario.

El ejecutivo quiere que esta nueva medida se aplique a mediados de enero en el país, inmerso en una severa quinta ola que el martes hizo que se registraran 271.686 nuevos casos en 24 horas, una cifra récord.

Si se aprueba, los mayores de 12 años sin vacunar no podrán ir a restaurantes, museos, gimnasios, cines ni usar ciertos transportes, aunque presenten un test de diagnóstico negativo de menos de 24 horas.

“No corresponde al presidente de la República escoger entre buenos y malos franceses”, aseguró a la cadena CNews la candidata del partido derechista Los Republicanos a la presidencial, Valérie Pécresse, que se dijo “indignada”.

Pécresse, a la que algunos sondeos dieron vencedora de la presidencial frente al actual mandatario tras su designación en diciembre, llamó además a los franceses a “poner fin al quinquenio del menosprecio”.

Los presidenciables ultraderechistas, bien situados en las encuestas, tampoco dudaron en atacar la “violencia”, en palabras de Marine Le Pen, del mandatario, que busca “existir en la campaña”, según otro aspirante a presidente, Éric Zemmour.

La candidata socialista, la alcaldesa de París Anne Hidalgo, y el comunista Fabien Roussel cuestionaron su voluntad de “unir” a los franceses. El izquierdista Jean-Luc Mélenchon denunció una “confesión alucinante de Macron”.

Desde su llegada al poder en 2017, este exbanquero y exministro, de 44 años, ha intentado borrar su imagen de político insolente cercano a las élites, si bien su mandato está salpicado de polémicas frases.

En una entrevista en diciembre, el presidente justificó estas controversias por su “voluntad de sacudir” el sistema, como cuando aseguró que en “las estaciones de trenes te cruzas con gente que ha tenido éxito y personas que no son nada”.

Sus polémicas declaraciones sobre pobres o desempleados también sirvieron de catalizador durante las manifestaciones de los “chalecos amarillos” entre 2018 y 2019, que surgió tras un alza del precio de los combustibles, pero terminó siendo un movimiento de protesta mucho más amplio.

*Con información de AFP