El presidente francés, Emmanuel Macron, que estuvo muy activo en una mediación entre Ucrania y Rusia, condicionó el anuncio de su candidatura a la reelección en abril a una desescalada en esta crisis, que en las últimas horas alcanzó, sin embargo, su máxima tensión tras el polémico anuncio de los rusos.
Tras un maratónico fin de semana de llamadas a sus pares de Estados Unidos, Joe Biden, de Ucrania, Volodimir Zelenski, y Rusia, Vladimir Putin, este último reconoció como repúblicas independientes dos territorios ucranianos en manos de separatistas prorrusos.
El anuncio generó una oleada de indignación en Kiev y en los países occidentales y en Francia abrió la puerta a los ataques de la oposición contra Macron, que en los últimos días trabajó su imagen internacional con su tentativa de mediación.
“Macron trató de utilizar esta secuencia de diplomacia para apoyar su entrada en campaña”, afirmó la candidata ultraderechista a la presidencial Marine Le Pen, rival del mandatario centrista en el balotaje de 2017.
Le Pen afirmó que el Elíseo mediatizó en exceso esas gestiones. “Nos preguntamos si realmente [Macron] era el presidente de la República o si buscaba el Premio Nobel de la Paz”, declaró. La izquierda pidió firmeza en la respuesta de los occidentales, pero el candidato izquierdista Jean-Luc Mélenchon cargó también contra el “penoso balance” del jefe de Estado francés.
La derecha también criticó a Macron. “No podemos reprocharle al presidente que haya intentado dialogar con Putin, pero el diálogo ha sido demasiado tardío y solitario”, afirmó la candidata Valérie Pécresse, para quien Putin “instrumentalizó su diálogo con Macron”.
“Ventana de oportunidad”
Antes del anuncio de Putin, en la presidencia francesa reinaba cierto optimismo debido a un acuerdo de principios para una cumbre entre Vladimir Putin y Joe Biden, a iniciativa de Francia. Desde hace casi un mes, los servicios de Macron comunican en tiempo real sobre las llamadas telefónicas del presidente y su fotógrafa oficial publicó el fin de semana imágenes en las que se le ve con barba de tres días y expresión de cansancio.
Sus aliados salieron rápidamente al rescate. Francia “no ha escatimado esfuerzos para que prevalezca el diálogo y la vía diplomática”, dijo el primer ministro, Jean Castex, tras criticar el uso partidista de la crisis en Ucrania.
Para Gaspard Estrada, politólogo en Sciences Po, “es todavía demasiado temprano” para saber si el deterioro de esta crisis “va a afectar a Macron”, quien “está buscando una ventana de oportunidad para lanzar su candidatura”. El plazo para anunciar candidaturas termina el 4 de marzo. Los observadores consideran, sin embargo, que el presidente ya entró en campaña hace meses y se encuentra en posición de fuerza.
A 47 días de la primera vuelta, los sondeos le otorgan 24 % de intención de voto, seguido de Le Pen (16,5 %), del ultraderechista Éric Zemmour (16 %) y de Pécresse (15 %) y lo dan vencedor frente a cualquiera de los tres en la segunda vuelta.
¿La mediación está entonces libre de riesgos? Para Estrada, pese al fracaso, “nadie puede reprochar a Macron haberlo intentado”, pero alerta de posibles consecuencias electorales si finalmente la crisis acaba teniendo “un impacto [negativo] en la economía francesa”.
“Si tiene un impacto por ejemplo en el precio de la electricidad, del gas, de los alimentos”, detalla el experto, máxime cuando la principal preocupación de los franceses de cara a la presidencial es el poder adquisitivo.
Pero Estrada relativiza el eventual impacto de una “presión rusa” sobre el gas, cuando Europa se encuentra en la recta final del invierno, y avanza que las consecuencias electorales podrían medirse también en las legislativas de junio.
*Con información de AFP.