El mandatario francés, el centrista Emmanuel Macron, acusó este miércoles a su rival de extrema derecha en la elección presidencial, Marine Le Pen, de “depender del poder ruso” y del presidente Vladimir Putin.
“Usted depende del poder ruso y del señor Putin (...) Usted habla a su banquero cuando habla de Rusia”, dijo Macron a Le Pen durante el único debate televisado entre ambos, a cuatro días de la segunda vuelta.
“No es cierto y es bastante deshonesto”, le replicó la candidata de Agrupación Nacional (RN), quien afirmó que ningún banco francés le había concedido un préstamo y que no tenía “otra dependencia que la de devolverlo”.
En 2014, el Frente Nacional (FN), partido predecesor del RN, contrató un préstamo de 9 millones de euros (unos 9,8 millones de dólares) con un banco ruso que cerró en 2016. La deuda acabó en manos de una empresa dirigida por antiguos militares rusos.
En un contexto de ofensiva rusa en Ucrania, que reavivó el temor de los franceses sobre su poder adquisitivo ante el aumento de precios de la energía, Emmanuel Macron intenta presentar a su rival como complaciente con Moscú.
Horas antes del debate, tanto el opositor ruso Alexéi Navalni, en prisión en su país, así como el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, señalaron también la relación entre la ultraderechista y Putin. El ucraniano urgió a Le Pen a admitir que “se equivocó”.
“Vivimos un momento de mucha gravedad (...) El papel de Francia y de Europa es apoyar a Ucrania”, dijo el candidato de La República en Marcha (LREM), para quien “una Europa fuerte (...) con potencias fuertes como Francia” puede pesar en la escena internacional.
Para despejar dudas, Le Pen reiteró que la “agresión del pueblo ucraniano es inadmisible” y aseguró apoyar “una Ucrania libre”, independiente de Estados Unidos, de la Unión Europea (UE) y de Rusia.
A cuatro días de la elección presidencial, Macron aventaja en 12 puntos a Le Pen, según el último barómetro de Ipsos/Sopra Steria. En 2017, el centrista batió a la ultraderechista con un 66,1 % de votos.
“Desde hace cinco años, he visto sufrir al pueblo de Francia (...), preocuparse por el futuro y dudar. Otra elección es posible”, dijo Le Pen al inicio del debate, presentándose como la presidenta de la “libertad”, del “poder adquisitivo” y de la “fraternidad nacional”.
Macron subrayó por su parte el “período difícil” que Francia atravesó durante su mandato y expresó su deseo de continuar al frente del país para lograr que Francia sea “más fuerte e independiente”, para “mejorar la vida cotidiana” y avanzar en la transición ecológica.
Ambos debatieron sobre sus propuestas relacionadas con poder adquisitivo, seguridad, juventud, política internacional y medioambiente, durante el debate de dos horas retransmitido por televisión y por Twitch.
Camino a la segunda vuelta
“Hay un tercio del electorado que se siente huérfano, que son los votantes de Jean-Luc Mélenchon y de la izquierda en general, que de hecho se oponen tanto a Emmanuel Macron como a Marine Le Pen”, indicó Emmanuel Rivière, politólogo de Kantar, en la radio RFI.
Muestra del desencanto de una parte de la población obligada a escoger entre el “peligro” ultraderechista y el poco popular mandatario, el lema “Ni Macron ni Le Pen” resonó la semana pasada en una simbólica Sorbona ocupada por estudiantes.
El cara a cara de los candidatos del duelo final se anuncia así clave, ya que esa parte del electorado lo mirará “con la esperanza” de “confirmar una elección que no es del todo segura” o de que los ayude a tomar finalmente una decisión, según Rivière.
La candidata de Agrupación Nacional (RN), de 53 años, busca romper la tendencia favorable de su rival de La República en Marcha (LREM), de 44 años, quien agita, como en 2017, cuando ya derrotó a Le Pen, el miedo de la llegada de la extrema derecha al poder.
El debate de 2017 representó una debacle para la ultraderechista, a la que se le reprochó su “agresividad” y “su falta de preparación”. Días después, reconoció un “error estratégico”, un mea culpa que reiteró en la actual campaña.
Como ya ocurriera con su padre, Jean-Marie Le Pen, en 2002, la mayoría de candidatos derrotados, así como artistas, deportistas o expresidentes, llamaron a votar por el actual mandatario liberal o contra la heredera del Frente Nacional (FN).
La presidenciable se ha esforzado en mostrar una imagen menos radical y aparecer como la defensora del poder adquisitivo en la primera vuelta. Pero los temores regresaron cuando el foco estuvo puesto en su programa de gobierno e internacional en la recta final.
Le Pen, vista como próxima a la Rusia de Vladimir Putin, propone abandonar el comando integrado de la Otan, que fija la estrategia militar de la Alianza, y su elección asestaría otro revés a la Unión Europea tras la reelección del húngaro Viktor Orbán.
Horas antes del debate, tanto el opositor ruso Alexéi Navalni, en prisión en su país, así como el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, señalaron la relación entre la ultraderechista y Putin. El ucraniano urgió a Le Pen a admitir que “se equivocó”.
“Demasiado autoritarios”
A diferencia de 2017, cuando con un 66,1 % de los votos se proclamó por primera vez presidente, Macron debe defender ahora su gestión, marcada por las crisis: protestas sociales, pandemia de coronavirus, consecuencias de la guerra en Ucrania.
El leitmotiv de su programa es recuperar el impulso reformista y liberal que las crisis le obligaron a aparcar, como el retraso de la edad de jubilación de 62 a 65 años. Para atraer a los votantes de izquierda, se dijo dispuesto a atrasarla solo hasta los 64 años.
Le Pen aprovechó esta impopular propuesta y la inquietud de los franceses con el aumento de la inflación para buscar reforzar la imagen de Macron de “presidente de los ricos”, que galvanizó la protesta social de los “chalecos amarillos” en 2018 y 2019.
Según el barómetro de Ipsos/Sopra Steria, alrededor de la mitad de los franceses estiman que ambos candidatos son “demasiado autoritarios”.
Le Pen está considerada como la que mejor comprende los problemas de la gente y Macron, como aquel con mejor imagen internacional.
El domingo en la noche se conocerá el nombre de quien presidirá Francia durante los próximos cinco años y empezará la campaña de las legislativas de junio que definirán con qué mayoría parlamentaria gobernará, algo incierto en un tablero político en recomposición.
*Con información de la AFP.