El presidente de Francia, Emmanuel Macron, le pidió al presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, el retiro de las tropas de Rusia de su territorio y que han servido para la invasión a Ucrania.
El mandatario reveló que sostuvo una conversación con su homólogo buelorruiso en la que, según dijo, le solicitó que “garantizara la retirada de las tropas rusas del territorio de su país”.
En trino escrito en ruso añade que “la hermandad entre los pueblos bielorruso y ucraniano debe empujar a Bielorrusia a negarse a convertirse en vasallo y cómplice real de Rusia en la guerra contra Ucrania”.
El llamado de Macron fue hecho en medio de la arremetida de tropas rusas que busca tomarse Kiev, la capital de Ucrania.
Pocos gobernantes occidentales han invertido tanto en la relación con Putin como el presidente francés Emmanuel Macron.
En una entrevista con la revista The Economist en noviembre de 2019, Macron argumentó que la Otan sufría de muerte cerebral y que Europa necesitaba un diálogo estratégico con Rusia.
Al examinar las opciones estratégicas rusas bajo Putin, Macron comentó en la entrevista que Moscú no podría prosperar en situación de aislamiento, y que tampoco quería ser un “vasallo” de China, por lo cual eventualmente optaría por “un proyecto de alianza con Europa”.
Incluso la semana pasada, Macron buscó ansiosamente una acción diplomática para evitar la catástrofe, llegando a gestionar una cumbre entre Putin y el presidente estadounidense Joe Biden.
En Francia, los agricultores temen efectos de invasión rusa de Ucrania
“Esta guerra va a durar” y “hay que prepararse”. Esta advertencia del presidente francés, resonó por los pasillos del Salón de la Agricultura, donde ganaderos y campesinos temen de nuevo los efectos de las acciones rusas en Ucrania.
La cita anual del mundo rural en París, ineludible para políticos y gran público, estaba este año de celebración tras una edición suspendida en 2021 por la pandemia del coronavirus. Sin embargo, la invasión rusa de Ucrania aguó la fiesta.
“La guerra volvió a Europa”, afirmó Macron durante la inauguración del Salón, confirmando los temores del sector: “Sin duda va a haber consecuencias para nuestras exportaciones en los principales sectores”, como el vino, los cereales, entre otros.
Los productores de manzanas lo saben bien. El embargo ruso de 2014 contra productos agrícolas europeos, en respuesta a las sanciones occidentales después de que Moscú anexara la ucraniana Crimea, representó un mazazo para este sector y otros como el lácteo.
“Actualmente no exportamos nada a Rusia. Esto frenó en seco las exportaciones francesas”, explica a la AFP Sandrine Gaborieau, de la Asociación Nacional de Manzanas y Peras, que antes del embargo podía exportar hasta 50.000 toneladas de manzanas a Rusia.
América Latina y Asia remplazaron en parte al mercado ruso y aunque los productores ya no exporten a este último, no se sienten exentos de nuevas repercusiones, especialmente en el precio de los fertilizantes y de los productos utilizados para proteger los cultivos.
“El contexto internacional va a cambiar las reglas”, dice a la AFP Christian Pipaud, un ganadero de 60 años del oeste de Francia, subrayando que “hacía tiempo que los precios de la agricultura no eran tan buenos”, aunque “las cargas son también elevadas”.
Y pueden serlo todavía más. Rusia y Ucrania están consideradas como los “graneros de Europa” y la ofensiva rusa sobre su vecino disparó los precios del trigo, así como las cotizaciones de petróleo y gas en los mercados internacionales.
¿Teme las consecuencias en la agricultura del actual contexto internacional? “No las temo, las constato”, asegura Lise Chastang, una ganadera de 54 años del centro de Francia, que ante el alza del precio decidió no utilizar este año fertilizantes.
Cita electoral clave
Francia es el primer productor agrícola de la Unión Europea (UE), pero su sector envejece y, según datos oficiales, cuenta con 389.000 explotaciones agrícolas en sus territorios en Europa, 100.000 menos que en 2010 y cuatro veces menos que en 1970.
Es el caso de Chritian Pipaud. Mientras presencia la llegada de vacas de la raza normanda en un pabellón del Salón, explica a la AFP que se jubila este año, pero no tiene a nadie que retome su vacada de 70 reses criadas en pasto. “Tenemos todos los activos de futuro”.
El declive del sector no impide que la agricultura y su Salón mantengan su peso simbólico en el imaginario de Francia, sobre todo en campaña electoral, donde la mayoría de candidatos recorren los pasillos de esta cita, un termómetro de su popularidad.
“El mundo rural y agrícola es esencial en la votación de abril”, indicó la semana pasada en su emisión en la radio pública France Info Gaspard Gantzer, ex consejero de comunicación del expresidente francés, François Hollande.
Según Pierre Lefébure, politólogo de la universidad Sorbonne Paris Nord, la agricultura es aún un sector que “es muy estructurador de la vida social y económica en Francia”, país de Europa, junto a Italia, que cuenta con una “producción diversificada y de excelencia”.
“En Francia hay de todo, hay vino, queso, carne, frutas y verduras”, subraya a la AFP Lefébure. “El Salón de la Agricultura es una demostración del poder económico de todo el territorio y de una gama muy amplia de productos de calidad”, agrega.
A pesar de la crisis internacional, Macron, que debe confirmar la próxima semana su candidatura a la elección presidencial de abril, decidió acudir así brevemente al Salón con rostro serio, lejos de la maratónica y festiva visita de otras ediciones.
* Con información de AFP
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