El gobierno del presidente francés Emmanuel Macron está considerando una nueva cuarentena estricta para los ciudadanos del país, debido a que las medidas actuales no están consiguiendo frenar el avance del virus, que hasta ahora han costado la vida de 74.800 personas.

El portavoz del gobierno, Gabriel Attal, indicó cuál será el posible plan del Gobierno en los próximos días, después de que el consejo de ministros se reuniera en el Palacio del Elíseo el 27 de enero para discutir la respuesta a la pandemia.

“El toque de queda de las 6:00 p. m. ha sido relativamente ineficaz. Tenemos datos que muestran que (...) en esta etapa no se ralentiza lo suficiente la circulación del virus”, dijo Attal. Ante esta situación, los escenarios que baraja Macron van “desde mantener el marco actual, hasta una contención muy estricta”, agregó el portavoz ante diferentes medios.

Ante estas declaraciones, también opinó el ministro de Salud, Olivier Verán, quien indicó que lo importante es “evitar una pandemia dentro de la pandemia”. El funcionario señaló que el virus está “circulando más ampliamente y se propaga más rápido cada semana”, lo que significa que la efectividad del toque de queda nocturno está cayendo.

“Hay un sentimiento de cansancio, duda y necesidad de cuestionar, todo esto es legítimo. Y al tomar una decisión política, hay que tener en cuenta la aceptación social”, señaló a varias cadenas radiales el presidente del parlamento y jefe del Partido République en Marche (LREM) de Macron, Christophe Castaner.

Al inicio de la pandemia, en marzo del año pasado, Macron decretó un toque de queda estricto, luego del cierre de las escuelas y explicó que en ese momento “estaban en guerra”, lo cual sorprendió a los franceses, aunque estos aceptaron las medidas por la gravedad de la situación.

Sin embargo, la aceptación social de este tipo de medidas ha venido cayendo durante los últimos meses, pues mientras que en un principio llegaba al 85 %, actualmente se encuentra sobre 40 %, según varios sondeos realizados en Francia.

Esta situación se ha explicado, como en la mayoría de países, por el cansancio y la fatiga de los ciudadanos, que ya llevan muchos meses encerrados por lo que en redes sociales han aparecido etiquetas como #JeNeMeReconfineraiPas” (#NoVolveréalEncierro).

Durante el pasado fin de semana cientos de personas fueros capturadas por violar el toque de queda, lo cual ha sido calificado por autoridades como los peores hechos de desobediencia de los últimos 40 años, en un país que no había sufrido este tipo de medidas desde la segunda Guerra Mundial.

Cabe recordar que en diciembre el presidente Macron dio positivo a un test de coronavirus, por lo que tuvo que permanecer aislado durante varios días; sin embargo, no presentó síntomas graves y se reintegró a sus funciones normales a los pocos días.

Por otra parte, a principios de este año Francia anunció que iba a empezar a exigir una prueba negativa de covid-19 a todos los viajeros externos a la Unión Europea.

“Vamos a endurecer las condiciones de entrada en el país y reforzar los controles fronterizos” para “evitar” que la cepa variante del virus “se extienda”, anunció el primer ministro francés, Jean Castex, en conferencia de prensa a principios de enero.

Francia seguirá con la planeación de los Juegos Olímpicos de 2024

“Pase lo que pase”, Francia continuará con la organización de los Juegos Olímpicos de París en 2024, según indicaron las autoridades en los últimos días, ante las dudas que existen sobre el desarrollo del evento en Tokio, Japón, debido a la emergencia de salud mundial.

El presidente del Comité de Organización de los Juegos Olímpicos de París 2024, Tony Estanguet, indicó que aún si hay un nuevo aplazo de la cita en Japón, eso tendrá un impacto “limitado” en los Juegos parisinos.